La polémica por la crítica situación de la lechería se incrementó cuando el ministro de la Producción de Santa Fe, Luis Contigiani, advirtió que la actividad se encamina a un proceso de “cartelización”.
Ocurre que los tamberos cobran entre 2,40 y 2,60 pesos el litro de la leche cruda en tranquera, un valor que se ubica por debajo de sus costos de producción, pero no pueden mejorarlo porque la industria se niega a recalcular.
El concepto que surgió en medio de la crisis es el de cartelización, es decir, la acción de un grupo de empresas pertenecientes a un sector determinado que “acuerdan” los precios que ofrecerán en un mercado que dominan.
La Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (Carsfe) precisó que en la Argentina hay más de 1.000 empresas lácteas que producen para el mercado interno, pero sólo 15 están preparadas para la elaboración de leche en polvo.
Lo más alarmante de las precisiones brindadas por Carsfe es que sólo tres compañías acumulan más del 70 por ciento de la exportación de Argentina de este producto, clave en la base alimentaria de muchos países.
“¿Hacia dónde vamos entonces si Argentina produce 11.000 millones de litros anuales, consume 8.200 millones y no está preparada para ser un jugador competitivo en el mercado internacional?”, se preguntó la Confederación de Santa Fe, donde está una de las mayores cuencas lecheras, la de Rafaela.
La Carsfe publicó un comunicado firmado por su presidente, Gustavo Vionnet, y su secretario, Ignacio Mántaras, quienes coincidieron con Contigiani al trazar un panorama sombrío sobre este sector de la economía.
Los fuertes y los débiles
Contigiani advirtió que la actividad no está ante un problema de oferta y demanda sino de cartelización, falta de transparencia, ajuste por los sectores más débiles (que son el tambero y el consumidor final), falta de arbitraje y reglas de juego.
Para los ruralistas de la Carsfe, en tanto, la inestabilidad que esta situación genera conduce inexorablemente hacia dos posibilidades que agregan mayor incertidumbre, según publicó el Portal Lechero.
Dos caminos
En principio, el achicamiento del sector hasta volver a generar equilibrio de productos con la demanda interna, lo que hoy implica el cierre de 3.000 tambos y más de 600 industrias Pyme, con la pérdida de 20.000 puestos de trabajo directos y otros 30.000 indirectos, “produciendo un impacto brutal en la economía de los pueblos del interior”.
La otra alternativa es la del crecimiento: “Ganar mercados, con instalaciones industriales que sean capaces de producir productos de exportación, con calidad y precios competitivos internacionalmente”.
Consideraron los ruralistas de la Carsfe que el achique no parecería ser una opción para un país como la Argentina, con posibilidades reales de convertirse en un jugador internacional de peso. Sin embargo, señalaron que ésta es la opción que, en silencio, está puesta en marcha hoy, “cuando sólo se pierde tiempo intentando actuar sobre la coyuntura, sin poner sobre la mesa el tema estructural que se ha planteado”.
Se preguntan en la Carsfe si las 17 industrias que acopian el 65 por ciento de leche cruda se sienten las conductoras de la lechería nacional, con todo el peso y poder para poner a sus referentes en los puestos de toma de decisiones.
El mercado de este agronegocio está compuesto por los productos lácteos, y la “mesa de los argentinos” consume el equivalente a 8.200 millones de litros de leche anuales convertidos en quesos, manteca, leche fluida y leche en polvo.
En los últimos 10 años, los tambos han producido en promedio un total de alrededor de 11.000 millones de litros anuales, sin mostrar crecimiento.
Mientras los precios internacionales se mantuvieron por arriba del promedio y el tipo de cambio fue competitivo, fue posible exportar lo que no consumía el país, a pesar de las restricciones impuestas por el anterior gobierno.
Comité de crisis
El ministro Contigiani propuso “que se arme un comité de crisis nacional en el que estén sentados todos los actores de la cadena porque se ve que no están dando resultados los encuentros bilaterales”.
Y la diputada bonaerense del Frente Renovador María del Huerto Ratto reclamó al gobierno provincial que se exima a los tamberos de pagar los impuestos y también de la suba anunciada en la tarifa eléctrica.