Las cifras publicadas por el Censo 2023 muestran que las mujeres son el 52% de la población argentina, sin embargo ganan un 26,3% menos que los hombres en promedio en todo el país. En Santa Fe, específicamente, se registró una distancia incluso mayor: un hombre gana un 29,4% más que una mujer. La provincia ocupa el cuarto puesto entre los distritos con la brecha salarial por género más importante del país, superada por Santa Cruz (36,5%), Chubut (35,9%) y Buenos Aires (29,5%).
Los números se desprenden de un informe publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) a través de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) al relevar la distribución del ingreso en los sectores urbanos del país. Las mujeres en Argentina ganan $68.310 en promedio, mientras que el ingreso medio de los varones a nivel nacional se ubica en los $92.655: casi 28 mil pesos menos por realizar la misma actividad.
Candelaria Botto, licenciada en Economía, docente de la UBA y actual directora ejecutiva de la asociación civil EcoFeminita, explicó a El Ciudadano: «una parte de esta brecha salarial tiene que ver con que estas personas que trabajan de lo mismo, en el mismo sector y cobran distinto, caben dentro de un marco de desigualdad, una discriminación directa de género, y otra parte se explica por la sobrecarga de trabajos domésticos y de cuidados», es decir que la mayor parte del trabajo doméstico no remunerado lo realizan las mujeres. Botto agregó que «Las tres cuartas partes del total de ese trabajo doméstico lo realizan las mujeres, según lo que vimos en la Encuesta del Uso del Tiempo del Indec».
Según la última Encuesta del Uso del Tiempo de 2021 del INDEC, las mujeres dedican en promedio 6 horas y media a los trabajos no remunerados mientras que los varones lo hacen por poco más de la mitad. Esta desigualdad en la distribución de los trabajos no pagos incide directamente en la desigual distribución de ingresos.
A su vez otro elemento que la economista destacó es que los sectores relacionados a los trabajos de cuidados, como son la docencia, la enfermería, las trabajadoras de casas particulares, «tienen salarios promedio más bajos que los sectores típicamente masculinizados», como la construcción, industria, la logística, entre otros puestos de trabajo comúnmente ocupados por varones: «Eso también genera que haya desigualdades en los ingresos».
En su informe titulado “Menos plata y más trabajo”, la organización liderada por Botto explica: “La necesidad de compatibilizar el trabajo doméstico y de cuidados no pago con un trabajo remunerado provoca que muchas mujeres se inserten en empleos con peores condiciones laborales. La crisis no se relaciona tanto con la actividad, que no evidencia una recesión, sino con las condiciones del empleo y los ingresos. El 35,7% de las asalariadas no poseen descuento jubilatorio, es decir, no tienen una relación laboral formal, mientras esta proporción alcanza al 31,3% de los asalariados varones».
Santa Fe mejora sus números al momento de hablar de los ingresos medios de su población: si la media per cápita nacional se ubica en los 50.074 pesos, el registro provincial se colocó por encima de esa marca, llegando a los 53.488 pesos. Ahora bien, los varones santafesinos ganan una media de casi 98 mil pesos, mientras que las mujeres presentan un ingreso promedio de $69.140.
«La mayoría de los representantes políticos son varones, y hablo de los gobernadores, de los ministros y las posiciones que están en una posición de poder”, reflexionó Botto, y agregó: “De hecho, la paridad en el Congreso es algo que se conoció hace poco, pero no hay una Ley de Paridad ni para el Poder Ejecutivo ni para el Poder Judicial. Todavía nos falta mucho en términos de representatividad política de las mujeres en el sector público y también nos falta estar en los espacios de toma de decisiones del sector privado. Cuando uno ve a los CEOs de compañías, ve en la mayor parte de los casos a varones».
La directora ejecutiva de EcoFeminita entiende que la desigualdad que se muestran en la brecha salarial por género se fundamenta, principalmente, en una asignación desigual en relación a los trabajos de cuidados: «Está socialmente aceptado que las mujeres son mejores o sirven más para cuidar a sus familiares, a sus hijos, a los padres, a familiares, personas con discapacidad y personas enfermas y eso genera un uso del tiempo que es diferente y que nos deja menos tiempo para participar en el mercado de trabajo pago».
A su vez, esta situación, agrega Botto, deja sin tiempo a aquellas mujeres interesadas en formar parte de espacios políticos, sindicales y gremiales: «Nos deja menos tiempo también para formarnos e incluso para tener tiempo libre. Entonces ese uso, esa disposición de tiempo que dejamos para hacer un trabajo que es necesario para toda la sociedad nos repercute en estos indicadores”, en referencia a la brecha salarial.
“Si bien hay muchas conquistas culturales e incluso legislativas, los indicadores económicos como los indicadores de femicidios, lamentablemente son bastante o mucho más rígidos de de lo que quisiéramos así que en pos de construir una sociedad realmente igualitaria, que mejoran estos indicadores hay que pensar en políticas del cuidado y en ese sentido el Gobierno viene muy atrasado», dijo Botto a El Ciudadano.
Santa Cruz es la provincia donde la diferencia entre lo que gana un hombre y una mujer por el mismo trabajo es más profunda en el país: la brecha salarial alcanza el 36,5% promedio en la provincia, seguida por Chubut (35,9%) y por la provincia de Buenos Aires, que registra 29,5% de diferencia entre lo percibido por un varón y una mujer.