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Santa Fe: penitenciario intentó matar a su ex esposa y quedó preso

El uniformado ingresó a la casa de la mujer, con la que tuvo cinco hijos, y frente a ellos la golpeó varias veces y le rompió una botella de vidrio en la cabeza que la desmayó. Tenía una orden de restricción y tres denuncias penales radicadas en los últimos meses

Un empleado del Servicio Penitenciario de Santa Fe fue imputado por tentativa de femicidio y quedó preso luego de atacar brutalmente a su ex esposa frente a los cinco hijos de ambos, de entre 3 y 11 años, en su domicilio de la capital provincial. La mujer de 30 años sobrevivió a dos botellazos en la cabeza que además de cortes en el rostro le provocaron pérdida de conocimiento. Al recuperarse dijo estar aterrada de que la mate, tras recordar que se divorciaron en marzo pasado días después de un episodio similar y tras soportar 12 años de maltratos físicos y psicológicos.

“No quería golpearme. Quería matarme. No le importaron ni su trabajo, ni sus hijos, ni perder absolutamente nada. A él lo único que le importa es que yo no esté con nadie, que no rehaga mi vida. Tengo miedo. Estoy entre la vida y la muerte. Esperando que lo vuelvan a liberar para que venga a matarme”, dijo Gimena B. en declaraciones a una radio local luego de mencionar que ya radicó tres denuncias penales contra el padre de sus hijos aunque sin éxito porque se ampara en la impunidad que le brinda ser funcionario de una fuerza de seguridad.

El agresor, Carlos Walter Maranzana, de 36 años y efectivo en la Unidad Penitenciaria N° 16 de Rosario, fue detenido el viernes pasado dentro de la casa de Gimena, ubicada en Cafferatta al 8500 de la capital provincial, luego de que una sobrina de la mujer la encontrara desvanecida y llamara a la Policía. Según relató la víctima, su ex observó con burlas y risas cuando la cargaban en una ambulancia.

La mujer contó que ese viernes llegó a su casa alrededor de las siete de la mañana acompañada por su nueva pareja, quien la saludó en la puerta y se fue. Ella se acostó y minutos después notó que su ex estaba adentro de su domicilio, sin saber si la había seguido o la estaba esperando, ni cómo consiguió las llaves. Recordó que primero le habló bien y le pidió que le devolviera una tarjeta de débito que se había olvidado, pero cuando ella se levantó a buscarla la atacó con golpes de puño en la cabeza hasta que cayó al piso. Luego, le rompió una botella de cerveza vacía en la cabeza que le provocó cortes en el rostro, el cuello y los brazos y, como con eso no logró desmayarla, tomó otra botella y la desvaneció de un golpe.

Gimena contó que más tarde se despertó con su sobrina intentando despabilarla entre llantos y vio que su hijo mayor, de 11, corrió a cerrar la puerta con llave para que el padre no vuelva a entrar. Pero Maranzana, al ver que no la había matado, burló una ventana y volvió a ingresar a su casa para agredirla, hasta que llegó la Policía que fue alertada por su sobrina y lo redujo. “Cuando lo arrestaron se seguía riendo y burlando de mí”, dijo Gimena.

La mujer contó que los 12 años que duró su matrimonio fueron un infierno pero que se agravó a medida que su ex no lograba dominarla: “Siembre me maltrató con cachetazos y empujones, pero cuando vio que no podía dominarme las agresiones fueron cada vez más fuertes”.

En marzo un ataque similar al de este viernes la hicieron juntar fuerzas y se divorció. “Durante 12 años siempre hubo episodios pero siempre buscamos la excusa, por los hijos, por lo que dirán los demás, por su familia, por cómo estábamos educados. Los demás me decían que no lo denuncie porque lo iban a echar del trabajo y tengo cinco hijos a mi cargo. Pero él psicológicamente no está bien. Y casi me mata. Siempre me amenazaba que iba a renunciar al trabajo y no me iba a pasar nada para los chicos. Pero ahora me quiere matar y no le importa nada”, dijo Gimena quien recordó que las últimas denuncias que radicó fueron en vano porque como es penitenciario “tiene muchos contactos que lo ayudan y sale enseguida”.

El penitenciario fue imputado el domingo en los tribunales de la ciudad de Santa Fe por la fiscal Cristina Ferraro por el delito de tentativa de femicidio mientras que este martes, el juez Pablo Busaniche le dictó prisión preventiva por el plazo de ley.

Durante la audiencia, la fiscal Ferraro le atribuyó la autoría de delito de tentativa de homicidio calificado por el vínculo y por ser perpetrado por un hombre en contra de una mujer mediando violencia de género y le endilgó la autoría de otros hechos anteriores en perjuicio de la misma víctima por los cuales le imputó lo acusó de lesiones leves calificadas y amenazas coactivas calificadas.

En relación al último ataque, la fiscal esgrimió que el penitenciario ingresó sin autorización a la casa donde vive su ex y sus cinco hijos y “en un claro contexto de violencia de género, con el objetivo de darle muerte, agredió con golpes de puño y con patadas en la cabeza a su ex pareja, además de partirle una botella de vidrio en la cabeza”.

Durante la acusación se aclaró que la agresión fue presenciada por una sobrina de la mujer y los cinco hijos de la víctima. Tras la detención de Maranzana, Gimena fue traslada en ambulancia al hospital Iturraspe donde recibió las primeras curaciones y luego derivada al Cullen donde le realizaron una tomografía.

Para la fiscal Ferraro, el ataque estuvo motivado “en celos generados por una supuesta relación sentimental de la mujer con otro hombre, lo cual se tradujo en una actitud de posesión propia del círculo de violencia psicológica”.

Además el imputado fue acusado de dos hechos ocurridos en 2019, que incluyeron violencia física y verbal y motivaron una exclusión del hogar y una medida de distancia de 500 metros respecto de su ex pareja.

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