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Santa Fe: una víctima más se suma a la masacre de barrio Scarafía

Así se conoce a la matanza perpetrada el 24 de noviembre en la ciudad capital. Un joven de 20 años, Mauro Díaz, gritó “los voy a matar a todos” y comenzó a disparar sobre sus invitados. Tres de ellos murieron ese día. Tras agonizar casi un mes, Miguel Ravelli se transformó en el cuarto

Masacre de barrio Scarafía. Así se conoce a la matanza perpetrada el pasado domingo 24 de noviembre en la ciudad de Santa Fe, que ya quedó en los archivos de la historia criminal provincial. En esa ocasión un joven de 20 años, Mauro Díaz, gritó “los voy a matar a todos” y comenzó a disparar sobre sus cinco invitados. Tres de ellos murieron ese día. Este miércoles, tras agonizar casi un mes, Miguel Ravelli, de 35 años, se transformó en el cuarto asesinado.

Ravelli murió por la tarde en el hospital José María Cullen, donde permaneció internado en la sala de cuidados intensivos luego de haber sido sometido a una cirugía, ya que había recibido dos balazos en el pecho y uno en la espalda en durante una sobremesa dominical en la casa del padre de Mauro Díaz, hoy preso e imputado por triple homicidio.

Todo ocurrió en Arzeno al 7300. Según fuentes judiciales, en un arrebato de violencia, Díaz extrajo un arma y disparó sobre todos los presentes. Omar Amarilla (33), María Soledad Ingui (35) y Antonio Matías Fernández (16) murieron ese mismo día, lista a la que se suma ahora el nombre de Ravelli.

También resultó herida una mujer llamada Celeste Villarisa, quien participó de esa reunión celebrada en la casa del padre de Díaz y que terminó intempestivamente por una cuestión relacionada al narcomenudeo, según creen los investigadores.

De acuerdo a la pesquisa, para cometer los ataques el sospechoso utilizó una pistola calibre 9 milímetros.

Según los voceros, Ingui y Fernández fueron hallados asesinados en el patio de la casa de Díaz, mientras que Amarilla sobrevivió unas horas y falleció cerca de la medianoche del mismo día en un centro asistencial.

Según la fiscal del caso, Ana Laura Gioria, Villarisa declaró que se encontraban compartiendo la jornada del domingo en un patio trasero de la casa del propio imputado cuando con un arma en la mano les gritó “los voy a matar a todos” y comenzó a disparar. La funcionaria judicial agregó que por el relato de la mujer que siguió con vida «la intención evidente del imputado era darles muerte, porque cuando ella finge haberse desvanecido, él se le acerca y le dice «¿A ver si vos estás viva…?»; y entonces empieza a golpearla porque ya se había quedado sin proyectiles».

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