Search

Santa Fe y el voto no positivo

Panorama político, por David Narciso. La candidatura de Del Sel como vía para expresar descontentos varios y no para elegir gobernador. La incomodidad de Perotti, y el “PJ no kirchnerista” que trabaja para Duhalde o Rodríguez Saá.

A pesar de que la ley manda contarlos como “votos afirmativos”, buena parte de los santafesinos que el domingo 24 de julio eligieron a Miguel del Sel optaron por un voto no positivo.

¿Cuántos de los que lo votaron pensaron que era la persona indicada para gobernar Santa Fe? No es difícil intuir que pocos. De hecho, él mismo confesó en plena campaña que no estaba preparado para esa responsabilidad. Y al andar la campaña electoral quedó demostrado que ni siquiera estaba preparado para sanatear en los debates con sus adversarios y las notas periodísticas.

Susana Giménez lo soltó ingenuamente y casi la matan durante el sketch de cierre de campaña: “¡La gente me pide que sea candidata! ¡Ni loca! Para eso hay que estudiar, prepararse, es algo muy complejo, no es para cualquiera”, rechazó jocosa. Sólo la destreza de Dady Brieva salvó el momento.

Llamarlo voto no positivo puede resultar irritante para algunos. O puede pensarse que es menospreciar a Miguel del Sel. Nada más alejado de lo que se pretende en estas líneas. Es voto no positivo en el sentido de que se intuye que no intentaba consagrar a un candidato; pero visto desde otra perspectiva es positivo en el sentido de que expresa la necesidad y empuja a cambiar algo.

Desde la perspectiva discursiva la campaña que le armaron a Del Sel fue un éxito, porque convenció a no pocos de que era la antipolítica aunque todo lo que lo rodeaba era gente de Reutemann, Duhalde, Macri, Luis Barrionuevo y otros ex menemistas como Vicente Mastrocola y Jorge Triaca hijo.

Carlos Reutemann lo llamó voto bronca y Hermes Binner lo llamó voto castigo. Como sea, el electorado cazó al vuelo la falta de preparación y seriedad de Del Sel como candidato a gobernador y lo tomó y usó como lo que era: una vía de expresión de descontento, apatía, cansancio, intolerancia, reproche, llamado de atención o como se lo quiera llamar. Los brasileños vivieron un fenómeno similar  a fines de 2010 cuando asombrados vieron que 1,3 millón de electores votó al payaso Tiririca como diputado nacional. Antes de asumir Tiririca tuvo que demostrar que no era analfabeto y en la primera votación formal se confundió y votó en contra de su propia voluntad.

En Santa Fe el segundo lugar de Miguel del Sel expresó tanto un rechazo al kirchnerismo local, como alerta amarilla para el gobierno del Frente Progresista que, sin haber hecho una mala gestión, no logró enamorar a los santafesinos. El resultado fue que Del Sel penetró en todos los segmentos electorales ya sea que se los clasifique por pertenencia urbana o socioeconómica.

Pocos imaginaron que al optar por un voto no positivo dejaban a las puertas de la gobernación al cómico de Midachi. Así consumaban la peor pesadilla del Movimiento Evita, que días antes de la elección pegó afiches con la leyenda: “Si usted quiere un payaso como gobernador vote a Del Sel”.

Todo cambia

Omar Perotti rema cuesta arriba. Hace dos meses era el nuevo niño mimado del PJ santafesino; hoy sólo se le arriman los parias kirchneristas y los intendentes interesados en usufructuar el vínculo con la Casa Rosada.

El intendente de Rafaela había logrado reunir en torno a su precandidatura a gobernador a obeidistas y reutemistas, los que se autodenominan el PJ no kirchnerista, y consiguió ser la sorpresa de esas elecciones. Salió segundo, hundió a Rafael Bielsa y fue el canal de expresión de un no menor sector del peronismo provincial.

Días después fue convocado a la Casa Rosada, se sacó la foto con la presidenta y  aceptó ser cabeza de la lista de diputados nacionales. Desde ese instante quienes hasta ahí eran sus socios políticos le huyen como si jugaran a la mancha venenosa.

Para colmo, el mal resultado del kirchnerismo a nivel provincial animó al autodenominado PJ no kirchnerista a salir a la luz y trabajar para las candidaturas de Eduardo Duhalde o Alberto Rodríguez Saá, que son los otros dos candidatos peronistas que los expresan a nivel nacional.

Tras el cachetazo al kirchnerismo local en las elecciones provinciales, Perotti reorientó su candidatura, a la que presenta como “un gesto de apertura” de la presidenta por elegirlo a él, que ante determinadas circunstancias se distanció del discurso oficial.

El mensaje de Perotti tiene lógica, pero a la luz de los resultados del 24 de julio expresan más un deseo que la realidad: la relación con amplios sectores del PJ santafesino hoy está quebrada.

“Para el 14 de agosto hay libertad para que cada uno apoye al candidato peronista que más le guste”, dijo esta semana Mario Lacava, mano derecha de Jorge Obeid. Su mensaje es claro, no hay ambigüedad. Alberto Crosetti, histórico senador del departamento Belgrano que acaba de ser reelecto, dijo que junto “a los demás sectores que siempre trabajaron en el espacio del senador Reutemann” deberán definir a quién apoyan en las primarias nacionales. Unos y otros, incluso quienes hace tres meses estaban aliados a Perotti, apoyarán a Eduardo Duhalde o Rodríguez Saá.

Lo que no se dice

Carlos Reutemann trabaja abiertamente en contra del kirchnerismo aunque, como siempre, no lo admite, vaya a saber por temor a qué.

Rompió el silencio cuatro días antes de las elecciones de Santa Fe para llamar al electorado justicialista a votar sin culpa por otra opción electoral (el PRO, por supuesto). “Soy peronista, no kirchnerista”, dijo. No hay que darle vueltas: ¿hay alguien más kirchnerista en Santa Fe que Agustín Rossi?

También rompió el silencio (aunque lo rompe tan seguido que ya no tiene nada de silencio) la semana pasada, a días del balotaje porteño, para hundir el cuchillo en la herida que dejó abierta la pelea gobierno-campo.

Carlos Reutemann y Mauricio Macri mantienen estrechas relaciones políticas desde 2002. Ninguno aceptó ser candidato a presidente, pero ambos trabajan en los cimientos de un espacio político que mine el kirchnerismo, si no es en 2011 en 2014, con el invalorable respaldo de grupos mediáticos que apuestan en el mismo sentido. Eduardo Duhalde es la otra pata de ese esquema, y él sí será candidato.

Los vasos comunicantes entre macrismo y duhaldismo son evidentes en muchas provincias. En Santa Fe basta ver quiénes son los diputados provinciales que entraron por la lista de Unión PRO: el principal dirigente duhaldista de la provincia; el manager de Del Sel (macrismo o nada); una actual diputada ultrarreutemista; un funcionario del gobierno de Macri; una dirigente de Chabás vinculada a Hilda Chiche González de Duhalde; y un dirigente gremial de Luis Barrionuevo, pata sindical del duhaldismo.

Cristina, Binner, y el voto cruzado

La Argentinatiene sobradas experiencias de electorados que votan en un sentido a nivel local y en otro a nivel nacional. Sin ir más lejos, es lo que decían las encuestas antes del 24 de julio: mientras la presidenta tenía una aceptación superior al 60 por ciento, Agustín Rossi nunca pudo siquiera arrimarse a esos guarismos. Aún con esas salvedades, el pronóstico es reservado: para conseguir un buen resultado en Santa Fe, Cristina tiene que diluir el efecto de lo que ocurrió con el Frente Santa Fe para Todos en sólo tres semanas. Tendrá más tiempo para la decisiva en octubre.

Hasta el 24 de julio la alta imagen de la presidenta sólo era superada por el gobernador Hermes Binner, quien logró traducir esos números en votos: primero en las primarias de mayo y luego, aunque con susto, en las generales de julio.

Ahora falta saber si todo ese capital político le alcanzará a Binner para lograr adhesiones en su patriada en busca de un cargo tan distante como el de presidente dela Nación. EnSanta Fe ganó, aunque no alcanzó el resultado que esperaba. El domingo se juega su suerte en Córdoba uno de los socios del FAP.

La presidencial es una carrera en la que arranca desde atrás, disputando espacios en un universo opositor atomizado, que combina desde partidos comola UCRa candidatos que compensan devaluación personal con alta instalación. El aliciente para Hermes Binner y el socialismo es que sus objetivos son bastante modestos: será una gran elección si resulta un escalón aceptable desde el cual trabajar en desarrollo político a futuro.

10
toto togel
linitoto
dongjitu
slot depo 10k
cantoto
cantoto
cantoto
slot depo 10k
slot depo 10k
togeldong
cantoto