Un ciudadano de origen paraguayo de 48 años fue ejecutado anteanoche dentro de su domicilio del barrio Santa Lucía, en la zona oeste, frente a su hijo de 12 años. El matador ingresó sin forzar la puerta de ingreso a la finca, que se presume estaba abierta, le dio dos certeros tiros en el pecho y se dio a la fuga a bordo de una camioneta conducida por una mujer. La Policía desconoce los motivos del ataque y lo único que descarta es la hipótesis de robo.
El crimen tuvo lugar cerca de las 21.30 de anteayer dentro de una casa de material de pasaje Aguilar al 7500. La víctima, un albañil que tenía una empresa contratista, se encontraba en la cocina cuando al menos un hombre armado ingresó a su vivienda, que nunca cerraba con llave, y redujo a su pequeño hijo cubriéndole la cabeza con una frazada.
Cuando Tranquilino Sanabria Velázquez observó la escena corrió a su habitación en busca de un arma para defenderse, pero un certero tiro en la pierna lo derrumbó. En esos momentos, su hijo menor logró zafar e intentó en vano alcanzarle el arma a su padre, que fue liquidado con dos tiros en el tórax. Tras los disparos, su atacante se dio a la fuga a bordo de una Ford EcoSport color gris con vidrios polarizados que era conducida por una mujer, según indicaron voceros del caso.
Para los pesquisas es un enigma el motivo del ataque, aunque apuntan a un ajuste. El robo está descartado ya que no faltaban elementos de valor del domicilio, en el que había, entre otras cosas de valor, un plasma y una computadora, y que la víctima tenía siete mil pesos en el bolsillo.
Fuentes del caso dijeron que hacía siete meses que Tranquilino se había separado de su mujer con la que tuvo cuatro hijos, tres de los cuales se fueron con la mamá mientras que el más apegado a él, de 12 años, se quedó en la casa.
La víctima tenía un requerimiento judicial fechado en octubre, emitido por el juzgado Correccional 3ª de Rosario. Voceros policiales discreparon respecto a ese antecedente, ya que una fuente dijo que se debía a un acercamiento al domicilio de su ex, que se lo había restringido judicialmente, y otra dijo que se trataba de un cohecho con efectivos del Comando Radioeléctrico.
Tampoco coincide del todo la mecánica del hecho. Algunas fuentes dicen que al domicilio ingresaron dos hombres armados, que se fugaron en la EcoSport, mientras que otra fuente dijo que a la casa entró una sola persona y la segunda, que era mujer, esperaba dentro del vehículo.
Es que la pesquisa se vio dificultada porque cuando la Policía llegó al lugar había casi 20 personas, en su mayoría sumergida en un profundo dolor por lo sucedido. “Estaban las siete hermanas, los cuatro hijos, su ex mujer”, dijo un vocero tras explicar las dificultades para recabar datos concretos en medio del dolor.
En el lugar se secuestró un revólver calibre 22, que se presume era propiedad de la víctima, y cuatro vainas servidas 9 milímetros, que se sospechan fueron las utilizadas por el tirador.
El hecho es investigado por la subcomisaría 22ª, la Brigada de Homicidios y el Juzgado de Instrucción de la 2ª Nominación.
