«Todo lo que vemos en la película no tiene que pasar más. No se puede hacer justicia por mano propia como única opción. Tenemos que reflexionar como sociedad, ponerle un punto final a la explotación de personas y hacernos cargo de que es un problema que está latente», expresó Postiglione en una entrevista con la agencia de noticias Télam.
En ese sentido, el cineasta manifestó que «hay que dejar de tener miedo y comenzar a visibilizar lo que sucede. No se pueden raptar más menores y seguir destrozando familias».
«Busqué contar la visión de una familia latinoamericana que no tiene recursos para luchar contra esta problemática. Siempre me interesó la mirada adolescente sobre este tema, que es más visceral e impulsiva, como la de este chico que rompe con todos los esquemas sin pensar en las consecuencias», sostuvo Postiglione.
Protagonizada por el rapero Manuel Replik Vainstein, Jonathan Da Rosa, Roly Serrano, Germán de Silva, Moro Anghileri y la youtuber Daiana Hernández, la película también estará disponible por una semana en la plataforma Cine.ar Play, de manera gratuita.
«Desde el 2010 que realicé mi primer cortometraje sobre la trata de personas me sentí muy identificado con este tema. Hice diversos cortos sobre violencia de género desde diferentes puntos de vista, como la mirada de la mujer, del hombre y la de los niños, y ya más maduro en mi profesión sentí la necesidad de cumplir ese ciclo escribiendo y realizando un largometraje que reflejara un poco esa visión para seguir comprometido con la temática», contó Postiglione sobre la génesis de esta película.
A su tiempo, y respecto de qué elementos tuvo en cuenta para abordar el tema de la trata de mujeres, Postiglione se explayó: «La mayoría de mis trabajos audiovisuales están ligados al tema. Di clases en escuelas de inserción, charlas en festivales sobre violencia de género y me han pedido mis trabajos para la Educación Sexual Integral (ESI). También he participado en diversos festivales sobre derechos humanos y me crucé con mucha gente especializada. Es un tema muy delicado que implica también el sufrimiento de la víctima, sus familiares y su lucha por encontrarlos. Es por eso que traté de manejarme con el mayor respeto posible».
Hay en el film una cierta actitud de resignación por parte de la familia de la joven secuestrada en esta historia. «En la mayoría de los casos –dijo el realizador–, las familias se desviven por encontrar a la persona secuestrada. Ocurre que la red de trata estudia lugares humildes y captan familias que no tienen recursos para afrontar esta situación. Para ellos es más fácil, las trabajan psicológicamente por medio de amenazas infundadas hacia otros pares o de manipulaciones. Es por eso que en esta historia es el hermano quien toma cartas en el asunto ante una madre quebrada moralmente, resignada y con miedo».
Finalmente, el cineasta dio su parecer acerca de la experiencia de estrenar la película en una plataforma streaming: «Tengo sentimientos encontrados. Esta película tuvo su estreno mundial en salas en el Festival Internacional de Cine de La Habana, en un país que sufre mucho la explotación sexual. Por un lado me alegra que en una época donde la pandemia destruyó las salas en Argentina tengamos una ventana de ayuda para poder mostrar nuestros trabajos. Consumo mucho streaming y me encanta que la película llegue directamente al televisor de una casa. Pero por otro lado, soy muy cinéfilo, amo y extraño la burbuja que se crea en el cine con la película y los espectadores. Hacemos films para las salas de cine. Quisiera que vuelvan a convivir sin pisarse, disfrutando ambas formas y no tener que elegir una u otra. Disfruté a Maradona y disfruto a Messi, dos cosas hermosamente diferentes. Y El Diego es la sala de cine».