Merecido. Santiago Santamaría fue uno de los ídolos máximos de Newell’s y ayer tuvo el reconocimiento que no llegó a tener en vida.
Es que Cucurucho falleció el 27 de julio pasado a los 60 años a causa de un paro cardiorrespitario cuando se encontraba en Laborde, Córdoba, lugar que había elegido para vivir una vez que colgó los botines.
Por iniciativa del edil Alberto Cortés, ayer se realizó un sentido homenaje a una de las glorias máximas del fútbol local y nacional.
El escenario fue su casa, esa en la que tantas veces dejó sentado a los defensores y en el que tantas veces se llenó la boca de gol, el Coloso Marcelo Bielsa.
Curucho entró en el corazón del hincha leproso pero también se ganó el respeto de la parcialidad de Central.
Para muestra de esto, Cortés fue acompañado por el reconocido hincha canalla Carlos del Frade.
Por ellos Santamaría fue declarado “Deportista Distinguido” y se descubrió una placa en puerta 6 con el siguiente texto: `El Concejo Municipal de Rosario en memoria del deportista Santiago Cucurucho Santamaría declarado Deportista Distinguido Post Mortem en reconocimiento a su destacada actuación como deportista y sentido de pertenencia´.
Cucurucho fue parte del primer equipo campeón de Newell’s cuando el 2 de junio 1974 dio la vuelta olímpica ante Central.
Desde 1974 a 1980 incursionó en el fútbol internacional, donde también se destacó en Francia, para regresar nuevamente al Club del Parque y permaneció en el mismo hasta que se produjo su retiro del fútbol en 1985.
Entre el 80 y el 82, sus buenas actuaciones lo llevaron a formar parte de la selección, llegando a disputar 11 partidos, incluyendo dos cotejos en el Mundial de España 1982, enfrentando a El Salvador y Brasil.
Asimismo, fue el jugador que más partidos clásicos disputó (27), quien más goles convirtió en dichos encuentros (9) y el segundo goleador histórico de la institución al anotar 90 goles en 293 partidos.
El mejor resumen de lo que significó Santamaría para la ciudad lo hizo Cortés, quien en su presentación afirmó: “Santiago Cucurucho Santamaría representa mucho más que la gloria de una parcialidad futbolera, en esta ciudad que late en las tribunas, ya que representa un fuerte sentido de identidad, de pertenencia y amor a la camiseta, que trasciende lo deportivo y forma parte de las grandes historias de una ciudad que supo ser semillero y cantera de jóvenes y grandes deportistas”.