Este viernes tendrá lugar el regreso a los escenarios con público de Santiago Motorizado. El show, previsto en dos funciones (viernes y sábado), tendrá como protagonista a su producción solista, esa que realiza cuando “queda un hueco” en la actividad de su banda Él Mató a un Policía Motorizado. Los conciertos son la reprogramación de los que iba a brindar en la ciudad en marzo de este año, suspendidos por la contingencia sanitaria. “Esta bueno sentir que se pudo concretar eso que quedó inconcluso”, apuntó el músico a El Ciudadano. Y adelantó: “Son canciones que hago en formato solista, un repertorio propio que todavía no plasme en un disco. Algunas canciones salieron en la banda sonora de la película La muerte no existe, el amor tampoco pero muchas canciones están en proceso de ser grabadas y editadas prontamente”.
“También hago versiones de canciones que me gustan mucho y algunas canciones de Él Mató… también”, agregó el músico, al tiempo que expresó su alegría por el inminente regreso a los escenarios (protocolos mediante) que en su caso iba a tener lugar la semana pasada en Buenos Aires pero el show se pospuso por mal tiempo, quedando Rosario como el debut. “Lo vivo bien; no sé qué sensación voy a tener. Es inédito tocar después de ocho o nueve meses. Generalmente me pasa algo puntual cuando tocamos con Él Mató… después de mucho tiempo, pero ese mucho tiempo en estos quince años era un mes o un mes y medio como mucho, se genera algo especial, mucha energía, muchas ganas. Ahora es así pero después de un espacio mucho más amplio. Hay algo para celebrar en eso, hay mucha energía que se fue acumulando y después disfrutar de esta pequeña ventana que se abre para volver a tocar con público presencial”, confesó.
El regreso tiene que ver con volver a generar trabajo para los artistas y para todos los que rodean a los shows en vivo y para el público. “Como público estoy entusiasmado con volver a ver a algunos artistas, es necesario para nuestras vidas poder vivir estas experiencias, ver un espectáculo en vivo, música que te gusta, una película. La vida sin un poco de arte en vivo está incompleta”, dijo ahora quien en marzo, cuando todo lo que pasó este 2020 era impensado, había asegurado que “la vida sin arte sería una catástrofe”.
“En estos meses el arte estuvo presente. La gente no dejó de escuchar música, mirar series o de ver algún show por streaming. La tecnología permite eso, pero hay algo que sucede cuando uno va a un show en vivo que es única. Eso era lo que faltaba y obviamente con los cuidados que hay que tener, es la oportunidad para vivir la experiencia”, analizó Santiago.
Nuevas experiencias
“Hicimos de todo”, apuntó el músico refiriéndose a la actividad de Él Mató… y enumeró: “Tocamos para el Cosquín Rock con un formato más clásico. Lo primero que habíamos hecho fue en la primera parte de la cuarentena, cada uno desde su casa. Pasamos por todas la etapas de una banda tocando en cuarentena. A lo último hicimos un show para México, el concepto era irrepetible, convocaban a las bandas a que hagan algo inédito y se nos ocurrió empezar con un poco de ficción. Tiene unos minutos de introducción ficcionada que quedó divertida. Siempre para nosotros fueron bienvenidos esos momentos en los que pudimos juntarnos a tocar o a producir algo”.
Acerca de si van a quedar esos formatos, el músico arriesgó: “Puede ser; a lo mejor si volvemos a vivir los conciertos como antes, para algún show especial se pueda optar por el formato streaming como algo paralelo para los que viven lejos o no puedan comprar la entrada. Es algo interesante, se pueden hacer cosas que están buenas pero a la vez en un punto después de todos estos meses en pantalla genera una cosa más de choque, de decir «ya está» si ahora podemos salir, basta de zoom. La virtualidad va a seguir presente en nuestras vidas, pero si aminorarlo porque se vivió muy intensamente. Habrá que ver”.
El arte se hizo fundamental en la cuarentena y al mismo tiempo fue uno de los sectores más golpeados por el parate de actividades. “Para todos los que teníamos acceso el arte fue fundamental”, apuntó Santiago. “Pero después a la hora de tomar decisiones políticas siempre el arte queda en un tercer plano. Por suerte se pudieron abrir estos espacios con protocolo. En Córdoba, por ejemplo no se habían sumado al protocolo nacional de música en vivo, los músicos reclamaron y lo pudieron revertir, pero siempre está la disputa. A los músicos les cuesta porque no pueden tener un poder de looby como pueden tener otros sectores políticos o económicos a la hora de presionar. Siempre hay un desfasaje, la cultura siempre está un paso atrás en esas desiciones cuando en la vida cotidiana está un paso adelante”, opinó.
Lo que se viene
“Mi disco solista siempre es algo que nunca pude concretar. Siempre lo encaré cuando había un espacio con El Mato.. pero la banda siempre tuvo una vida muy dinámica que hizo que lo vaya pateando. Ahora que hay más tiempo voy a tratar de terminarlo este verano”, adelanto. “En la primera parte de la cuarentena no hice mucho a nivel creativo, lo intente pero me sentía desmotivado o que no podía proyectar las ideas en mi cabeza. Para mi siempre una canción nueva o un disco nuevo es un fin en si mismo, pero a partir de cierta época empecé a verlo como el principio de otra cosa que es salir a presentarlo, viajar, conocer nuevos lugares; eso no lo podía ver y quizá eso me trababa. Después me invitaron a hacer música para otros proyectos y me encantó”.
Además El Mato.. tiene un montón de canciones “que todavía les falta un poco de desarrollo”, pero “en este tiempo de incertidumbre es difícil”.
El Molesto
Santiago Barrionuevo, tal el verdadero nombre de quien tomó su apellido artístico del nombre de su banda, nació y creció en La Plata. Era el molesto de la clase, el que tarareaba todo el día y hacía “ruidos” con las biromes. Fue a una secundaría de arte pero eligió plástica (es dibujante e ilustrador). “Era raro porque los de música no armaban bandas pero los de plástica sí”, recordó.
A lo mejor por lo molesto o por lo tímido no fue la primera opción como vocalista de la banda que se armó en su clase. “Estaba en primer año, el chico que iba a cantar no podía ir y me llamaron a mí. Tenía miedo. Lo filmaba el hermano de uno de los chicos y eso me daba mucha vergüenza, pero a la vez me animé y lo hice. Soy muy tímido en general, me animo a cantar y todo, pero hay algo que sucede con uno como performer, con romper esa timidez, que te saca del lugar cómodo y genera un vértigo bueno”, reconoció.
Santiago Motorizado: “La vida sin arte sería una catástrofe”
En el cine
Tal vez una de las cosas que hizo más popular a su carrera solista fue la composición de la banda de sonido de la película La muerte no existe, el amor tampoco. “Fue algo que siempre soñé hacer”, reconoció Santiago en marzo, antes del show suspendido en la ciudad, y contó que cuando Fernando Salem, el director del film, lo llamó con la propuesta, él le advirtió que nunca había hecho nada parecido. “Pero Fernando tenía muy claro qué quería para su película. Eran momentos muy puntuales. Eso facilitó el trabajo. Había armado una maqueta para el primer corte poniendo canciones de Él Mató… de referencia. Entonces, me contó que era seguidor de la banda y que quería rescatar eso. La película está buenísima y la conexión que él sintió entre la película y las canciones del Él Mató… yo también la sentí. Tiene un clima muy atravesado por lo melancólico, por el paisaje del sur argentino, bello pero también oscuro, solitario y un poco sórdido. Eso quedaba bien con algunas canciones de Él Mató… que atravesaban el mismo clima”, contó.
El nuevo rock
Él Mató… y la figura de Santiago forman parte de una escena de rock que está mostrando una gran mutación y en la que fueron transformándose en referentes de la producción independiente. ¿A qué se debe la gran aceptación de la banda?, “al poder de las canciones”, dijo Santiago a principios de este 2020 como primera conclusión. “Después hay una empatía con el proyecto, porque somos independientes, por el proyecto, por nuestra forma de ser. Esas son cosas que nos llegan. Las respuestas son mejores de lo que soñamos alguna vez”, apuntó. Y consultado sobre la nueva escena del rock, analizó: “Cada nueva generación va poniendo su impronta y eso es lo que hace que vaya girando todo. Se mezcla un nuevo espíritu con la tecnología. Estoy pendiente de las redes, donde hay pequeñas piezas de arte, sobre todo en Instagram donde uno puede ser un poco más creativo. Después está la música que acompaña este avance de la tecnología, que suele ir, en su espíritu, más al choque, a lo urgente, mas minimalista, más simple en algunas cosas pero sin dejar la profundidad; depende cada proyecto. Como si toda esta nueva velocidad acompañara al estilo, al lenguaje”.
También en la actualidad se genera una ruptura con la figura del rockstar inalcanzable, endiosado. “Eso lo noté cuando arrancamos, cuando recién surgían las redes sociales, con los artistas twiteando mano a mano con el público. Esta cosa de los artistas usando estas mismas herramientas y haciendo cosas parecidas a sus seguidores une todo. Siempre debió ser así. Entiendo cómo se separaba y se endiosaba, se ponía al artista en un lugar mucho más lejano. A veces generando cosas muy chotas y otras veces como jugando. Lo veo a Freddie Mercury súper estrella pero riéndose de eso. Esas cosas son divertidas. Un poco hoy se vuelve a eso jugando, los traperos emulan la ostentación de la estrella de hip hop. Una cuestión más de personaje”, apuntó a principios de año cuando consultado sobre cómo influyó en eso la lucha de mujeres y disidencias, agregó: “Todo se va entrelazando, se van cayendo ciertas estructuras porque las van empujando nuevos movimientos que también ven un espacio para resurgir. La gente va entendiendo las cosas de otra manera tanto en el sentido político como en el artístico. El arte tiene que ver con eso, con responder a algo que está dominando con algo novedoso, diferente. Está bueno lo que está sucediendo ahora, desde la producción independiente y desde que haya más espacios para las mujeres y disidencias”.
Para agendar
Santiago Motorizado tocará este viernes y sábado, a partir de las 20, en el Centro Cultural Güemes, de Güemes al 2800. Las entradas están a la venta en http://entradaplay.com y Amadeus. La capacidad es limitada y el ingreso por mesa de a cuatro personas (burbuja sanitaria) será por orden de llegada.