El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, reiteró que está abierto a un diálogo con la guerrilla comunista FARC, a la que llamó a dejar las armas en un discurso este sábado, luego de que el Ejército abatiera el viernes a su máximo líder Alfonso Cano.
«Siempre he dicho que el diálogo no está cerrado, que la puerta del diálogo no está cerrada con llave, pero insisto en que necesitamos señales muy claras, que cese el terrorismo», dijo Santos desde Popayán (suroeste), donde saludó a las tropas que participaron en la operación en la que fue muerto Cano.
«Políticamente están derrotados, más del 95% de la población los rechaza, y militarmente también están cada vez más debilitados. Desmovilícense, dejen las armas», dijo el mandatario dirigiéndose a los rebeldes de FARC, la guerrilla más antigua de América Latina, con 47 años de lucha armada.
Cano, de 63 años, un universitario de clase media cuyo verdadero nombre era Guillermo León Sáenz, ascendió al mando máximo de FARC en 2008, luego de la muerte por causas naturales de su fundador, Manuel Marulanda «Tirofijo».
Pocos días antes de la investidura del presidente Santos, en agosto de 2010, Cano divulgó un video en el que le llamaba a buscar una salida pacífica al conflicto armado de Colombia, honrando su fama de político dentro de la guerrilla. Pero aparentemente no hubo ningún contacto directo en este tiempo entre la debilitada guerrilla y el gobierno.
Santos consideró que la muerte de Cano es el golpe «más contundente» sufrido por FARC debido a la importancia que tenía «frente al resto del secretariado», la cúpula de siete miembros del grupo.
«Muchos analistas decían que Cano era irremplazable por la ascendencia» que tenía en la guerrilla. «De ahí la importancia de este golpe», dijo.
«Lo que sabemos es que quien lo remplace no va a tener esa capacidad de mando y control sobre las FARC», añadió.
FARC -que según el ministerio de Defensa tiene unos 8.000 guerilleros- aún no ha reaccionado públicamente a la muerte de su jefe, que deberá ser reemplazado por algún miembro del ‘secretariado’, donde ya no quedan líderes históricos.
Según Ariel Ávila, analista de la Corporación Nuevo Arcoiris, que estudia el conflicto colombiano, «lo más probable» es que Cano sea sustituido por Timoleón Jiménez, alias Timochenko, o por Luciano María, alias Iván Márquez.
Márquez, comandante del bloque Caribe, es considerado uno de los líderes políticos de FARC, cercano a Cano, a quien acompañó en negociaciones en Caracas en 1991 y en Tlaxcala (México) en 1992. En 2007 y 2008 fue interlocutor para la liberación de varios políticos rehenes de FARC. En esa gestión fue recibido por el presidente venezolano, Hugo Chávez, en Caracas.
Timochenko, comandante del bloque del Magdalena Medio, es un médico de profesión formado en la ex Unión Soviética. Se le considera un líder fuerte del ala militar, especialmente en el área de inteligencia.
En su dicurso, Santos recordó a los rehenes en poder de FARC, 18 de ellos policías y militares. «No los hemos olvidado y haremos todo lo que esté a nuestro alcance para su liberación», señaló.
Según Santos, la operación militar contra Cano fue planeada durante casi un año y se apoyó en labores de inteligencia.
Además, el presidente se felicitó porque en el operativo no se produjo ninguna víctima del lado de las fuerzas militares.
El cuerpo de Cano fue llevado a la morgue de Popayán, donde se le practican exámenes para determinar la causa de la muerte. Posteriormente será trasladado a Bogotá.
Cano, de espesa barba y grandes lentes, se hizo conocido al encabezar la delegación negociadora de la guerrilla en las conversaciones realizadas en Caracas en 1991 y Tlaxcala (México) en 1992.
Posteriormente, participó en los fallidos diálogos con el gobierno del conservador Andrés Pastrana (1998-2002) en la zona del Caguán, en Colombia, donde sin embargo no tuvo un papel destacado.
Su muerte siguió a la de Jorge Briceño, alias Mono Jojoy, el líder militar de la guerrilla, abatido en un bombardeo en septiembre de 2010 en Colombia.
En marzo de 2008, el ejército dio también muerte al entonces número dos de FARC, Raúl Reyes, en un bombardeo a su campamento en territorio ecuatoriano, a pocos kilómetros de la frontera común.