El precandidato a presidente de la UCR, Ernesto Sanz, se mostró “muy molesto” por las declaraciones públicas del gobernador Hermes Binner, quien había mostrado abiertamente sus preferencias por Ricardo Alfonsín en la compulsa interna que definirá al representante del radicalismo en la carrera hacia la presidencia. “Es una opinión personal”, destacó, aunque expresó que “las personas son secundarias” y que deben ser los partidos políticos “como organizaciones, quienes definan los programas y las fórmulas”.
En el marco del lanzamiento de la precandidatura del concejal Jorge Boasso a la intendencia de Rosario, y con la presencia del intendente santafesino Mario Barletta, aspirante a la gobernación, el senador radical lanzó fuertes críticas contra la administración de Cristina Fernández de Kirchner sobre la incertidumbre que ronda alrededor del cronograma electoral nacional.
“El radicalismo ha tomado una decisión que es la de no someterse a la incertidumbre que el gobierno ha impreso en el calendario electoral. No sólo con el tema de las primarias de agosto que todavía no tiene la certeza que deberían tener, sino también con la propia interpretación de la ley”, indicó.
“De hecho este debate sobre la validez o no de las colectoras habla a las claras de que el gobierno ha pretendido siempre manipular la ley electoral a su antojo. Mi partido tomó la decisión de desprenderse de esa incertidumbre, darle autonomía a su propio calendario electoral y convocar para el 30 de abril a una interna abierta para elegir el candidato a presidente”, puntualizó Sanz.
Con respecto a la interna anticipada de la UCR, el precandidato a presidente evitó referirse a su competidor Ricardo Alfonsín: “Tenemos orígenes distintos, trayectorias distintas, compartimos un partido común pero a mí me gusta hablar de lo mío”. El candidato se definió como “un candidato que apela a la esperaza, mira al futuro, no apela a la nostalgia y no mira hacia atrás”.
Entre los pilares de un eventual gobierno, destacó a la educación como “la herramienta para la igualdad de oportunidades”. Pidió por la inserción mundial más allá de “los amiguismos y los ideologismos” del gobierno de turno, en clara referencia a los aliados que ha sabido conseguir la administración Kirchner.
Por su parte, Mario Barletta, el candidato del radicalismo en la provincia, afirmó no tener “ninguna preocupación” sobre la competencia con los demás postulantes como el ministro de Gobierno Antonio Bonfatti y el senador Rubén Giustiniani, ya que se siente convencido de ser “la garantía para que el Frente Progresista siga gobernando la provincia”, apoyado en la “representación territorial” de la UCR.
La mayor tensión en la conferencia de prensa se vivió cuando fue consultado sobre el posible acompañamiento en la fórmula de Bonfatti de un candidato radical. El intendente de la capital santafesina respondió con un seco: “No opino al respecto”.
A la hora de la conformación de su propia candidatura, manifestó que maneja dos alternativas para su compañero de fórmula: “Una dentro del propio radicalismo o puede ser Carlos Comi del ARI”. Siempre firme en su intención de que el radicalismo sea el que encabece el binomio, afirmó que “si el socialismo elige un candidato a vicegobernador” para acompañarlo, se va a sentir “encantado”.
En cuanto a Jorge Boasso, el edil renovó sus críticas a la administración socialista y eligió a Miguel Lifschitz como el blanco de sus dardos, por su indecisión a la hora de buscar un nuevo mandato: “Conozco lo que hizo mal y lo que no hizo. Lo que le ofrezco a Miguel es que podamos debatir con total madurez y con altura sobre la ciudad de Rosario”, dijo el precandidato a intendente.
Boasso amplió: “Cinco veces dijo que no públicamente y 20 veces dijo que no en reuniones amables con cafecito de por medio. Miguel: si no querés ser intendente, no debés ser intendente”.