Desde el Movimiento Evita ratificaron en el mediodía de ayer, en la Jefatura de Policía de la Unidad Regional II, la denuncia sobre actitudes extorsivas de miembros de la fuerza en medio de la convulsión que vivió la ciudad los pasados 20 y 21 de diciembre. Alejandra Fedele, referente de la organización social de extracción kirchnerista, se mostró sorprendida por la citación y aclaró: “Voy a repetir lo que ya dije, hubo policías que ponían una tarifa a comerciantes para cuidarlos de los saqueos. El que no pagaba quedaba en zona liberada”. Acompañada por el diputado provincial Eduardo Toniolli, la militante fue citada a declarar a la sede policial de Ovidio Lagos al 5000. fue en respuesta a sus dichos durante una entrevista a una radio local, luego reproducidos por medios gráficos. A su ingreso, la militante afirmó a El Ciudadano: “Voy a volver a decir aquello que me comentaron comerciantes de la zona norte y la zona sur de la ciudad. Acá la Policía extorsionó a que se pague 5 mil pesos para cuidar los comercios de los saqueos y si no les pagaban liberaban la zona”.
Desde el gobierno provincial, enterados de las denuncias radiales, dispusieron que Asuntos Judiciales de la Unidad Regional II tome el caso e inicie un sumario administrativo interno. A la vez, y también de oficio ya que no hay una presentación judicial concreta, intervino el fiscal de Instrucción Penal Nº 10, Aníbal Vescovo.
Matías Drivet, el secretario de Seguridad provincial, ratificó que se actuará “igual que en cualquier caso que involucre a personal policial”. Es decir, iniciar las actuaciones internas para dilucidar si efectivamente hay conductas impropias de miembros de la fuerza y si, como en este caso, se abre una investigación de oficio por parte de la Justicia, poner toda la información recolectada a disposición de los Tribunales.
Fedele aclaró: “No hay una denuncia escrita, pero tengo los testimonios, tengo datos que refieren a esta tarifa (cinco mil pesos) por la seguridad del comercio”. La militante había recorrido distintos barrios en los momentos en que las lluvias del 18 y 19 de diciembre último produjeron el desborde de un canal y la anegación de sectores de la ciudad. En ese periplo fue que –insistió– vecinos y comerciantes le refirieron que algunos policías reclamaron dinero y artículos navideños a dueños de supermercados chinos como contraprestación para proteger sus locales. En caso de no acceder al pedido, de acuerdo a esos testimonios, los agentes se retiraban de la zona dejando el campo libre a los saqueadores. Y Fedele expuso estos dichos ante los medios de comunicación: “Hice declaraciones en una radio y un juzgado actúa de oficio ante las quejas y datos que brindé. Algunos vecinos me habían comentado que había comercios donde se les quería cobrar cinco mil pesos para cuidarles su negocio. Fue la misma policía el 20 y 21 de diciembre y de hecho hay dos comerciantes, uno de zona norte y otro de zona sur, que confirman mis dichos con esas cifras”.
Ayer, en la sede de la División Judiciales de la Unidad Regional II a Fedele se le solicitaron datos sobre sus fuentes.
Una nueva y vieja pesadilla
Mientras la ciudad intentaba recuperarse del temporal que tuvo a casi 500 evacuados, el jueves 20 terminó con un desmadre social en algunos barrios: los robos “en banda”. Con otro contexto social y político, aparecido el fantasma de los saqueos de 1989 y 2001. Esta vez, tanto fuentes gubernamentales como de organizaciones civiles coincidieron en interpretar que los hechos fueron “instigados” por agitadores, aunque la disonancia llegó a la hora de ponerles nombre y acusar presuntas connivencias. “Es vox populi que la policía liberó las zonas donde se robó a los comercios. No sé por qué me llaman a mí a declarar, cuando también tienen registrado el testimonio de otros cuatro comerciantes, inclusive uno de ellos habría pagado un monto de 3 mil pesos y sólo tuvo custodia por media hora. Al retirarse los efectivos, el local fue saqueado en su totalidad”, expuso Fedele. Se refería al difundido caso del supermercado Contreras, de Ovidio Lagos al 4400. Su dueño, Blas Contreras, de nacionalidad boliviana, defendió su comercio con piedras y palazos ante el avance de vecinos dispuestos a vaciar el local. A minutos de que se violentara la entrada del local llegaron cinco patrulleros que disiparon el vandalismo, pero según comentó el comerciante “sólo estuvieron quince minutos y luego se fueron, se llevaron tres mil pesos que pagué por protección, y hasta me pidieron pan dulce y sidra”. Al partir los uniformados, el saqueo se reinició y el comercio quedó vacío.