María José Sarmiento, la jueza en lo contencioso administrativo federal que repuso a Martín Redrado al frente del Banco Central y ordenó frenar el uso de reservas para el Fondo del Bicentenario, contó que está «sorprendida por el fervor popular».
Me sorprendió muchísimo la reacción de la gente en la calle», relató la jueza. «Hubo muchísimos saludos, muchas felicitaciones, mucho fervor. Eso debería investigarlo un sociólogo», aseguró.
Además, la magistrada negó tener aspiraciones políticas y dijo que «no fue engañada por ningún actor» para el dictado de los fallos. «Tengo 32 años en la Justicia y pienso terminar mi carrera acá.
Es mi trabajo de toda la vida y acá me voy a retirar», dijo la jueza en declaraciones a Radio América consignadas por DyN. La semana próxima ya no estará de turno y no tendrá a su cargo los expedientes.
También insistió en que se sintió «incómoda» el fin de semana pasado cuando vio que un patrullero se estacionó en la puerta de su casa. «Me sentí muy incómoda y por eso acudí a los medios, lo que no es habitual en mí», sostuvo.
Respecto al apodo de «jueza delivery» que le dedicaron la presidenta Cristina Kirchner y el ministro de Economía, Amado Boudou, la jueza dijo: «Fue una serie de calificativos muy originales, pero no tengo nada que decir al respecto, ellos sabrán por qué lo dijeron».
«He tenido unos cuantos pedidos de juicio político, pero ninguno de ellos ha prosperado», agregó finalmente. Además, dijo que en el fuero contencioso están «acostumbrados a eso» porque manejan «expedientes con cierta resonancia».