Diego Schwartzman sigue avanzando a paso firme en el Abierto de Estados Unidos. El porteño, 23° del mundo y 20° favorito del torneo, sacó a relucir su mejor tenis y derrotó por 6-4, 6-2 y 6-0 al bielorruso Egor Gerasimov, 129° del ranking. Ahora, el único argentino que sigue en carrera en Flushing Meadows y ahora jugará el sábado frente al estadounidense Tennys Sandgren.
Dos quiebres consecutivos en el arranque del partido le permitieron a Schwartzman adelantarse 4-0. El bielorruso, proveniente de la clasificación, reaccionó y recuperó uno de los breaks. Sin embargo, el Peque siguió imponiendo el ritmo e hizo valer su jerarquía y su experiencia para cerrar el parcial.
La historia fue parecida en el segundo capítulo. Schwartzman hilvanó dos quiebres y sacó una ventaja de 4-1, pero otra vez su rival achicó la diferencia con un break.
Sin embargo, Gerasimov -que jugó por primera vez el cuadro principal de un Grand Slam- fue muy irregular y alternó tiros precisos -como el drive paralelo con el que concretó el quiebre y puso el 2-4- con errores no forzados.
El argentino, que mantuvo la concentración y la intensidad, volvió a quedarse con el saque de su oponente en el séptimo game para el 5-2 y después cerró el set con su servicio, para quedar muy cerca de la tercera ronda.
El último parcial fue un monólogo del Peque. Sólido y efectivo con su servicio, dominó sin problemas a un bielorruso que bajó mucho su nivel. Tres quiebres en tres oportunidades le permitieron al argentino adelantarse 5-0.
En el sexto game, dejó pasar su primer match point con una doble falta. Pero en el segundo no perdonó: un saque certero a la T incomodó a su rival, que dejó la devolución en la red y le cedió el triunfo.
El porteño, campeón este año en Los Cabos, está disputando por sexta vez el último Grand Slam del año. Su mejor resultado histórico lo consiguió en 2017, cuando alcanzó los cuartos de final, instancia en la que perdió con el español Pablo Carreño Busta.
