El repliegue de Néstor Kirchner a Santa Cruz dejó liberada la provincia de Buenos Aires a un mano a mano entre Daniel Scioli y Hugo Moyano. El gobernador y el titular de la CGT deberán ahora dirimir el liderazgo político en el principal distrito del país, con los movimientos sociales y los intendentes del conurbano como actores principales de este nuevo escenario en el principal distrito electoral de la Argentina.
La dialéctica Moyano-Scioli domina todos los estratos de poder en Buenos Aires. El camionero acaba de jurar como presidente del PJ bonaerense con Scioli como vicepresidente del partido en Buenos Aires. El jefe de la central obrera sufrió el vacío de los principales intendentes del conurbano, encabezados por Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas), Joaquín de la Torre (San Miguel) y Sandor Guzmán (Escobar), en el acto de asunción junto a Kirchner. Estos barones del PJ se resisten a quedar de rehenes de Moyano y su ejército de recolectores de basura que los amenazan con paralizar la gestión en sus municipios y reclamaron, sin éxito, la conformación de una conducción colegiada hasta que se defina la situación del aún convaleciente Alberto Balestrini.
El anuncio de Kirchner de mudar su domicilio a Santa Cruz deja en estado de indefensión no sólo a los intendentes, ahora alineados detrás del gobernador Scioli, sino también a los movimientos piqueteros kirchneristas como el Movimiento Evita de Emilio Pérsico.
Administradores de facto de planes sociales y subsidios, las organizaciones sociales chocan también por el reparto de planes con los intendentes, y buscan potenciarse luego del acuerdo sellado con Moyano para encolumnarse detrás de la candidatura presidencial de Kirchner en 2011. Pero el manto de incertidumbre que surgió desde el acto en Río Gallegos, cuando el ex presidente anunció que abandonaría la competencia electoral en la provincia de Buenos Aires, podría cambiar en los próximos días en mapa del poder bonaerense.
Moyano intentó mostrarse en el estadio de River Plate durante el acto por el Día de la Lealtad como el nuevo jerarca de la provincia de Buenos Aires.
Scioli, en cambio, reactiva sus contactos con el Peronismo Federal y se prepara para incluso lanzarse como candidato a presidente, una versión neokirchnerista para 2011 ante una eventual retirada del matrimonio presidencial, golpeado por el fallo de la Corte Suprema contra la cláusula de desinversión de la nueva ley de Medios, las derrotas en las elecciones del Consejo de la Magistratura, en la interna de la CTA y la sanción de la ley del 82 por ciento móvil a las jubilaciones.
Un eventual ascenso de Scioli como candidato a presidente del Frente para la Victoria dejaría vacante la plaza de candidato a gobernador, un botín que se diputan desde Moyano hasta el intendente de Tigre, Sergio Massa, alejado del kirchnerismo luego de la derrota de Kirchner en las elecciones legislativas del 2009 ante la dupla Francisco De Narváez-Felipe Solá.
Demasiados grises y muchas especulaciones en un mercado electoral dominado por la incertidumbre, la sobreoferta de candidatos y domicilios sinuosos para las presidenciales de 2011.