La investigación por el avión retenido en España con 944 kilos de cocaína, y por el cual están detenidos tres argentinos desde enero de este año, sumó ahora una denuncia para determinar las presuntas responsabilidades en los controles del Challenger en la base aérea de Morón y en el Aeropuerto de Ezeiza.
Se trata de una denuncia que estaba radicada en el fuero federal y ahora quedó en manos del juez en lo penal económico Alejandro Catania, quien lleva adelante una investigación para determinar si la droga fue cargada en la Argentina y de ser así las eventuales responsabilidades en la ausencia de controles en el caso.
La nueva denuncia que se suma a la causa principal había sido presentada por el abogado Ricardo Monner Sans, quien pidió investigar a varios jefes de la Fuerza Aérea y al titular de la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac), Alejandro Agustín Granados, hijo del intendente de Ezeiza.
En esa denuncia, el abogado había pedido que se investigue por qué se utilizó el aeródromo de Morón, donde el Challenger estuvo estacionado casi dos meses y que es de jurisdicción federal para “intereses –si así pueden ser llamados– meramente privados”.
El abogado había pedido que se investigue también al jefe de la Fuerza Aérea, brigadier Normando Constantino; al titular del Comando de Adiestramiento y Logística de la Fuerza Aérea Argentina, brigadier mayor Marcelo Adolfo Ayerdi, y al jefe militar de la base aérea de Morón, comodoro Jorge Alberto Ariel Ayerdi, este último relevado por el gobierno a raíz del escándalo que generó el caso en enero de este año.
Esa investigación estaba en manos del juez federal Sergio Torres, quien declinó su competencia y la giró a su colega Catania, quien venía investigando el caso, pero éste se negó a hacerse cargo de la misma, por lo que definió la Cámara Federal.
La Sala I de la Cámara resolvió que Catania es quien debía hacerse cargo de esa parte de la causa, caratulada “n.n. s/abuso de autoridad y violación de deberes”, ya que los hechos están estrechamente ligados a los que él viene investigando respecto a dónde se cargaron los 944 kilos de cocaína, así como de qué manera fue que se evadieron los controles.
En las últimas semanas, el juez Catania recibió documentación oficial desde España, donde están detenidos por el momento los hermanos Eduardo y Gustavo Juliá y Matías Miret, donde se informa que la droga al momento de ser descubierta por las autoridades de ese país estaba oculta en unos falsos asientos que estaban instalados en el avión.
Si bien ésa y otra documentación que recibió el juzgado no sirven para determinar dónde se cargó la droga en el país, Catania ya empezó a focalizar su investigación en torno a las autoridades de la base de Morón ya que existen fuertes indicios de que en ese lugar se acondicionó el cargamento.
Las sospechas del juez de que Morón fue el lugar se deben no sólo al tiempo que estuvo el Challenger en ese lugar –casi dos meses– sino también porque varios testigos dijeron haber visto ingresar a los Juliá con sus vehículos particulares y aproximarse con ellos al avión sin ningún tipo de problemas.
Al respecto, el juez ya comprobó que los controles en los accesos al aeródromo eran débiles.
También están las sospechas sobre personal aduanero de Ezeiza, donde el avión hizo una escala de varias horas antes de salir del país, sin ser revisado.