En la mitad del torneo, Newell’s se bajó de la pelea por el campeonato. La afirmación parece prematura si se mira la realidad desde lo estadístico: Independiente, líder del Clausura, aventaja a la Lepra por nueve unidades cuando quedan 27 en juego. Sin embargo, el irregular presente futbolístico por el que atraviesa el equipo de Roberto Sensini no permite avizorar una remontada para reposicionarse. Y así, a nueve fechas para el final del torneo, Newell’s debe seguir sumando para engrosar el promedio y lograr el ingreso a la Copa Sudamericana, en donde se encuentra en el tercer lugar de la tabla acumulada.
El primer argumento que se puede esgrimir para explicar el presente rojinegro apunta a la faz ofensiva: el equipo no genera tantas situaciones de riesgo como antes y, encima, carece de la efectividad que ostentó durante el torneo pasado. El flojo momento de Joaquín Boghossian, la intermitencia de Jorge Achucarro y la falta de variantes arriba completan el análisis.
También es cierto que desde la salida de Diego Mateo del equipo, el Rojinegro ha perdido contención. Hugo Barrientos no tuvo buenos rendimientos, a excepción del cotejo ante Vélez, y Lucas Bernardi alternó buenas y malas. Y salvo Mauro Formica, quien mantiene un nivel parejo, el resto de los volantes no termina de soltarse. Ni hablar del eterno dilema de Sensini sobre el volante derecho: Nahuel Roselli y Franco Dolci no se afirman y encima el DT no le da minutos a Mauricio Sperduti, que viene pidiendo pista hace rato.
La defensa tampoco luce tan sólida, aunque probablemente sea una consecuencia del desorden que a veces domina al mediocampo. En cambio, Sebastián Peratta atraviesa su mejor momento, más allá del error frente a Vélez que a Newell’s le costó un empate.
Otro mal que ha sufrido la Lepra en el torneo fue no sentenciar partidos que tenía en su poder y que se le escaparon sobre el final, como Lanús, Atlético Tucumán y Vélez. Seis puntos que hoy lo tendrían en una posición de privilegio.