Representantes de 195 países entraron de lleno ayer en la negociación de un acuerdo de lucha contra el cambio climático, con un borrador plagado de obstáculos y forcejeos entre países ricos y en vías de desarrollo.
“Es un imperativo económico y de seguridad que tenemos que afrontar ahora”, insistió el presidente estadounidense Barack Obama en rueda de prensa antes de abandonar París.
Obama y otros 150 mandatarios del mundo hicieron historia anteayer al inaugurar la 21ª Conferencia Internacional sobre Cambio Climático (COP 21). Las 195 naciones de la Conferencia tienen oficialmente hasta el viernes 11 de diciembre para alcanzar un acuerdo.
“Pido a las delegaciones hacer gala de creatividad y flexibilidad”, declaró por su parte el canciller francés, Laurent Fabius, quien preside las negociaciones.
Para que la lucha contra el calentamiento del planeta tenga éxito, advierten los científicos, el texto de París debe contener compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y de transición energética, de fuentes de energía fósiles a renovables, de aquí a mediados de siglo.
Los objetivos deben ser claros y verificables, los países ricos deben estar dispuestos a transferir dinero y tecnología a los países en vías de desarrollo, y todos tienen que estar dispuestos a aceptar métodos de control mutuo.
Queda además pendiente definir qué partes de este acuerdo, que debe ser aprobado unánimemente, son jurídicamente vinculantes, un tema que puede hacer naufragar todo el intento.
Las negociaciones han arrancado “bien”, opinó el presidente francés François Hollande, quien prometió 2 mil millones de dólares de su país para ayudar a África a hallar fuentes de energía alternativas.
Pero el dilema de los negociadores en torno al texto, de 54 páginas, es muy difícil. “O cargamos la barca y se hunde, o la aligeramos y no va a ningún lado”, reconoció Hollande.
Las declaraciones de Obama son “una señal clara de una voluntad política del gobierno estadounidense de alcanzar un acuerdo. Si será suficiente o no, solo el proceso negociador lo dirá”, dijo por su parte la ministra de Medio Ambiente brasileña, Izabella Teixeira.
Los dos países que dirigen día a día las negociaciones, Argelia y Estados Unidos, impusieron un ritmo de trabajo fuerte, para que Fabius disponga de un texto encima de la mesa el sábado próximo a más tardar.
Luego el testigo pasará a los ministros, del lunes 7 al viernes 11 de diciembre, cuando oficialmente deben cerrarse las negociaciones.
“Ya no hay tiempo de reformular las posiciones. Llegó el momento de elaborar posiciones colectivas”, insistió el estadounidense Daniel Reifsnyder, uno de los corresponsables de las discusiones.
Pero entre telones siguen los forcejeos, en particular entre países ricos y en desarrollo.
Un total de 183 países han anunciado planes para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (INDC), los responsables del aumento de la temperatura del planeta.
Nicaragua anunció que rechaza unirse a esta lista, porque considera que la culpa del problema es de los países desarrollados. “No vamos a presentar INDC porque sería matar el concepto de responsabilidades históricas y reemplazarlo con el de responsabilidades voluntarias”, explicó el ministro para Políticas Nacionales de Nicaragua, Paul Oquist.
Esos INDC o planes de reducción de emisiones son los pilares esenciales para lograr que la temperatura mundial no suba más allá de 2 grados centígrados de aquí a finales de siglo, y fueron pactados arduamente en 2011.
Venezuela es otro de los países que no ha presentado su INDC. Su presidente, Nicolás Maduro, no asistió a la reunión de 150 mandatarios del lunes pasado, ni tampoco habló ningún representante de Caracas durante la asamblea.
Perú, que presidió las negociaciones hasta esta semana, se mostró confiado en el sistema actual. “Se dejó al mundo la posibilidad de presentar las contribuciones nacionales de manera tal que se pudiese crear un clima de confianza, y por ello se ha dejado la libertad a los países”, declaró el ministro de Medio Ambiente peruano, Manuel Pulgar.
Expone una joven argentina
Nasha Cuello Cuvelier, la argentina que fue designada por la Unesco como una de los dos jóvenes que expondrán hoy en la Conferencia Internacional sobre Cambio Climático (COP 21) que se desarrolla en París, afirmó ayer que “será clave si Estados Unidos y China aceptan un acuerdo vinculante, que no es lo mismo que un acuerdo a secas, porque al ser vinculante implica una obligación para los Estados”.
“Ni (el mandatario estadounidense) Barack Obama ni (el presidente chino) Xi Jinping mencionaron la palabra «vinculante» y esto es clave”, señaló a la agencia Télam la joven de 25 años. A un día de hablar ante las delegaciones internacionales presentes en el encuentro, Nasha describió que “la importancia de que un acuerdo sea vinculante es que esto implica que es de cumplimiento obligatorio para aquellos países que suscriben el compromiso”.
Hoy, cuando llegue la hora de hablar, Nasha junto a su compañero filipino Nicolás Aquino (el otro joven designado por la Unesco) expondrán en primer lugar las recomendaciones surgidas en el 9° Foro de la Juventud que estuvo enfocado en el debate sobre cómo generar un planeta sostenible.