«Lo que originó la historia fue haber leído en textos sobre política o historia el término «cadáver insepulto» como alegoría para detectar procesos o personalidades que ya cumplieron su ciclo, que no tienen más para dar pero siguen presentes y me interesó esa imagen para preguntarme cómo sería llevarlo a la literalidad», contó Cohen Arazi a la agencia de noticias Télam sobre el puntapié de su primera película de ficción.
«¿Qué pasaría si hubiera un cadáver que no se entierra, qué conflictos sucederían, quiénes estarían involucrados, qué intereses habría detrás y con qué objetivo? Ese fue el punto de partida para pensar la historia», agregó el realizador de documentales como Lo de siempre, un guion de historietas, Casino, Córtenla y Cáncer de máquina, junto a José Binetti.
Protagonizada por Demián Salomón, Héctor Alba, Fernando Miasnik, Carolina Marcovsky, Pablo Palacio, Sergio Dioguardi, Sebastián Mogordoy y con la actuación especial de Mirta Busnelli como La Sacerdotisa, el film comienza con el regreso de Maximiliano (Salomón), un exitoso psiquiatra, a su pueblo natal por la muerte de su padre.
Criado en un orfanato que abandonó para vivir en la gran ciudad, Maximiliano sufre extrañas visiones de su pasado que controla con psicofármacos y que se agudizan con el reencuentro con sus hermanos, que no quieren enterrar a su padre.
El cadáver insepulto tuvo su estreno mundial en la competencia iberoamericana del Feratum, festival de cine de género de Michoacán, México. La premiere argentina será dentro de la selección oficial del 21° Buenos Aires Rojo Sangre (desde este jueves al 13 de diciembre), dentro de la Competencia Iberoamericana y se verá online en flixxo.com los días 3, 4 y 5 de diciembre, además de sus pasadas de este jueves y sábado a las 22, por Cine.ar TV, y desde este viernes por la plataforma Cine.ar Play, gratis durante una semana.
Desde el inicio del proceso, el realizador pensó su primera ficción como una película de género, porque fueron esas las coordenadas que fueron apareciendo. «Fui pensando la historia sin querer que fuera suspenso o terror y fue apareciendo al momento de escribir el guion. Es un thriller, una película de suspenso, de terror psicológico. Un objetivo fue que no fuera de terror sino moverme por los límites entre suspenso, con tintes de terror pero nunca pensé en hacer una película para el espectador del cine de terror».
Al mismo tiempo, el también documentalista habló acerca de cuáles fueron los desafíos que enfrentó como director para abordar esta película: «Todo fue nuevo. La etiqueta de terror es una generalidad, es un género muy amplio a pesar de que tiene un nicho muy específico en su público. Esta es una película más volcada, no al efecto especial para buscar el susto, sino a poder infundir un miedo o una incomodidad desde la psicología de los personajes, trastocar la realidad para que quede enrarecida y el trabajo con los actores fue fundamental».
Una palabra muy recurrente en la película para hablar del padre es «patriarca». En relación con esta variable, analizó: «La idea del personaje de Aldo, que es este padre de familia, este patriarca, concentra mucho de cómo entendemos en Argentina por dónde pasan los factores de poder, que en este caso es un terrateniente, un potentado del campo y, sin quererlo, esta es una lectura que terminé haciendo después, no lo había pensado en términos de hablar del patriarcado como se habla hoy, que es una palabra con esto del alza del movimiento de la mujer, de criticarlo y que esté muy presente. En esta película no se habla en términos abstractos como algo intangible, sino que tiene nombre y apellido, cría gente con esos valores y quiere reproducir esos comportamientos, esas injusticias».
El realizador también habló, a modo de balance, acerca de cómo fue la experiencia de hacer cine de ficción en Argentina. «La película fue posible gracias a un concurso del Incaa de ópera prima que gané en 2017. La empecé a filmar en 2019 pero entre los tiempos burocráticos del Incaa, la política audiovisual del gobierno anterior y las dos devaluaciones que hubo en estos años, hicieron que fuera muy difícil. Nada de esto es raro para el cine pero tuvimos que hacer magia».
Y sobre la posibilidad de estrenar a través de las plataformas digitales y en el contexto de una pandemia, dijo finalmente: «El panorama es muy complejo. Soy amante del cine como espectáculo en la sala y es una pena no poder pasar por esa experiencia pero las funciones en Cine.ar y que esté disponible de forma gratuita en la plataforma Cine.ar Play resuelve en parte que el sistema de exhibición de cine argentino en general es muy deficiente porque tenés poco tiempo en pocas pantallas, generalmente sólo en Buenos Aires. No sé cómo será cuando se reabran los cines porque las salas están muy copadas por Hollywood y ese problema creo que se va a agravar después de la pandemia, pero por lo menos hay un ensayo de algo que estamos experimentando con nuevas vías de consumo».