El Indec hoy difundirá los índices de inflación de febrero pasado lo que ha generado una mayor expectativa que en el debut del IPCNu. Es que ahora, el mercado aspira a que los nuevos números oficiales se ganen la confianza del sector privado eliminando así toda sospecha de una vuelta al maquillaje estadístico dado que febrero debería captar el impacto de la devaluación.
Los sondeos de las principales consultoras ubican la inflación minorista del mes pasado por encima del 3% hasta un 6,3%. Al respecto, la llamada “inflación Congreso” -promedio de varias consultoras- arrojó un 4,6% (34,9% anual). Algunos economistas, incluso opositores, advierten que un índice creíble puede rondar el 3,5%, y si el INDEC informa algo parecido consideran que no deberían sospechar de los cálculos. Asimismo fustigan las estimaciones extremistas realizadas vía internet por el hijo de Domingo Cavallo que informó un 6,3%.
Por ejemplo desde Fiel dieron a conocer que el costo de la canasta básica total (determina nivel mínimo de pobreza) en febrero se encareció un 6,8% mientras que para el Cema la inflación ejecutiva fue de 4,2% y para la consultora Elypsis la inflación minorista sería del 5,3% nacional y un 4,5% para GBA. Otras estimaciones como la de Estudio Broda contempla un nivel cercano al 4,5%, o de M&S Consultores, del 3,5%.
Sobre el fin de semana y anticipándose a lo que puede ocurrir, el secretario de Comercio, Augusto Costa, admitió que el indicador oficial de inflación de febrero “captará todo el proceso de subas, en muchos casos injustificadas, asociadas al proceso que se dio durante enero y la primera quincena” de ese mes. “Hubo en muchos sectores un movimiento de precios desproporcionado en un ambiente de presagios de una devaluación de hasta $15 por dólar, con objetivos de desestabilización”, sostuvo el funcionario que evaluó que “a partir de la segunda quincena de febrero, cuando la generación de incertidumbre dio paso a la realidad y se puede tener un horizonte de previsibilidad para los próximos meses, empezó a desacelerarse esa situación y a revertirse”. Según el secretario, la variación del indicador oficial “estará influenciada por esa inercia previa” y aseguró que se viene registrando una “fuerte desaceleración” de precios en la economía desde la segunda quincena de febrero e incluso, algunas “disminuciones”.
Según el análisis del funcionario, hasta la primera quincena de febrero hubo aumentos desproporcionados que algunos se manifestaron en el indicador de enero y otros van a verse reflejados en el del segundo mes del año, por una cuestión matemática. “Durante la segunda quincena (de febrero) y a partir de marzo vemos una fuerte desaceleración, en algunos casos revirtiéndose la tendencia alcista, incluso con disminuciones”, sostuvo. No obstante, aclaró el funcionario que no sabe cuánto de ese fenómeno de desaceleración y bajas va a estar captado por el indicador correspondiente a febrero.
“Lo que dé el indicador es parte de este juego de fuerzas contrapuestas de esta tendencia inercial de la primera quincena de febrero versus la tendencia de reversión. Hoy estamos en el proceso de reversión de las expectativas y por lo tanto el indicador de febrero va a tener un mix de estos dos fenómenos”, explicó Costa.
Cabe recordar que el Índice de Precios al Consumidor Nacional Urbano (IPCNu) arrojó en enero el 3,7% y el dato fue interpretado como un sinceramiento en el índice de inflación tras seis años de intervención en el Indec.
Por su parte el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, volvió a criticar la difusión de distintos índices de precios elaborados a partir de sondeos de consultoras privadas, y consideró que esos informes buscan “generar expectativas alcistas” que se vinculan también con “la política cambiaria”.
La UIA, a través de su presidente Héctor Méndez, le pidió al Gobierno que “demonice menos” al sector y no lo culpe por el aumento en los precios de los productos de consumo masivo. “No somos los formadores de precios, tienen que demonizarnos menos. No somos golpistas ni políticos, somos empresarios”, expresó y cuestionó que los funcionarios responsables de la economía del país “no dialogan” y, por ese motivo, desconocen que “hay muchas razones que acompañan la inflación”.
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