El talentoso y ascendente actor Esteban Bigliardi, de 41 años, formado esencialmente en el teatro under porteño, se convirtió en la última década en sinónimo de cine independiente, y esta vez lo confirma interpretando a uno de los personajes centrales de Muere monstruo, muere, el relato fantástico de Alejandro Fadel, que tras su paso por los festivales de Cannes y Mar del Plata llegará este jueves a los complejos de cine locales.
Bigliardi es conocido por sus trabajos con cineastas como Alejo Moguillansky, Santiago Mitre, Rafael Filippelli, Rodrigo Moreno, Martín Rejtman, Lisandro Alonso, y ahora Fadel, recordado por sus anteriores El amor primera parte y Los Salvajes.
En la historia, escrita por el mismo Fadel, ambientada en un pueblo perdido cercano a la cordillera, se cometen crímenes sangrientos que son atribuidos a David, personaje que compone Bigliardi, quién intenta explicar que en verdad son perpetrados por un ser monstruoso y poderoso, de origen desconocido.
“El personaje de David fue un trabajo en conjunto con Alejandro (Fadel). Él me había visto en una obra con Romina Paula haciendo de un hombre de campo que arrancaba bastante rústico y que contaba el relato de la muerte de una yegua que él quería mucho. Estaba casi andrajoso, con ropa muy sucia, alguien que se dedicaba a tareas del campo, como disfrazado con lo que había encontrado, muy pobre, y un poco corrido de la razón. A lo largo de la obra se iba como afinando. Ale vio que potencialmente le podía servir para su película y nos empezamos a reunir”, dijo Bigliardi en una entrevista con la agencia de noticias Télam.
“El personaje y su papel en la película –continuó el actor– iba a ser el de un sujeto con alucinaciones que son y no son, porque no sabemos si lo que ocurre en la película está en la mente de David, si él está lidiando con ese personaje monstruoso en su cabeza o si es algo real. Por ahí lo más difícil para hacerlo fueron los textos que me tocó interpretar, inspirados en entrevistas a psicóticos que hablaban bastante crípticamente sobre los laberintos de la mente”.
Respecto de esas referencias y en el complejo tránsito de dar forma a un personaje con problemas psiquiátricos, el actor reveló: “Fueron a partir de entrevistas entre pacientes psiquiátricos y médicos. Fue respetar esos textos y tratar de que no se tornen solemnes. En la película fue clave el vestuario y el tema físico. En un año bajé unos diez kilos. Se me veía muy flaco, con costillas marcadas, me dejé crecer la barba desprolija y el pelo. Hubo algo desde lo físico y los textos que me fue trayendo Alejandro. Hice visitas al Hospital Borda para ver a los internos, y empaparme de este mundo”.
Y acotó: “Lo que terminó completando el personaje fue el lugar de rodaje, Mendoza en junio, en condiciones de un frío extremo y de noche. Todo lo que uno ve en la película tiene que ver con el frío, la oscuridad y el barro. No es algo de puesta en escena sino que es lo que había ahí, por lo cual también fue muy duro para todo el equipo, extenuante y en condiciones extremas. Nunca pase tanto frío en mi vida, ni me agoté tanto como esta vez”.
“Había algo de eso que a los personajes se les permeaba en la interpretación”, destacó el actor. Y detalló: “Las miradas, los ojos llorosos, moqueando todo el tiempo porque el frío era insoportable. La construcción de este personaje en la película fue un conjunto de cosas. Tuvimos también, por suerte, mucho tiempo; primero fue disfrazarnos de… y después ir a filmar en estas condiciones que fueron ayudando a lo que estábamos buscando”.
Un personaje oscuro
“Lo oscuro de este personaje es el mundo inaccesible de su psiquis. Es inaccesible para el afuera. En la entrevista que tiene con su terapeuta trata de encontrar ese vínculo, ese puente que haga que todas esas alucinaciones y laberintos, monstruos y fantasmas tengan conexión con el afuera. Él, a través del lenguaje, trata de articularlo pero se vuelve ilegible, un parloteo idiota”, explicó Bigliardi a quien también se pudo ver recientemente en la serie de Telefé Morir de amor.
“El mundo oscuro –completó finalmente– es el de los rincones inaccesibles de su psiquis, que se corporizan en el afuera como un monstruo, en una situación sobrenatural que parecería tener más que ver con la mente de David que con la realidad. A medida que va avanzando la película nos vamos dando cuenta que no es una alucinación ni parte de su paranoia sino algo que realmente existe”.
Un mundo fascinante
Bigliardi, con una extensa filmografía a cuestas y mucho futuro, sigue dando sorpresas cada vez que es elegido por cineastas que vienen imponiéndose hace dos décadas desde el cine independiente, y expresa que hacer cine lo “fascina”, porque le encanta “su poder narrativo”.
El actor se hizo conocido por sus trabajos en Castro, Todos mienten, Secuestro y muerte, Un mundo misterioso, Reimon y Jauja, al tiempo que ahora está de regreso con Muere, monstruo, muere.
“Hacer cine me fascina, me encanta su poder narrativo”, expresó Bigliardi acerca de su recorrido. Y completó: “Me interesa ser parte de proyectos que involucran a un montón de gente, no sólo a los actores sino a muchos otros al servicio de una ficción, y de alguna manera que sean muy independientes y muy gigantes, como La Cordillera, o una miniserie para Telefé, o un corto hecho con amigos; el espíritu para mí siempre es el mismo, el juego con gente muy creativa y apasionada. En este sentido me siento muy afortunado y estoy contento con esto que es hacer películas, series y teatro que es de dónde vengo y me formé. Un camino divertido y con buenos recuerdos, que sigo transitando y del que aprendo mucho, adquiriendo herramientas del oficio para seguir expresando lo que quiero expresar y lo que demanda cada proyecto”.
El actor, muy demandado también por una nueva generación de directores, adelantó sus proyectos a futuro. “Se viene una segunda mitad de año movidita. Estoy partiendo a Europa, a Bélgica y España en una gira de teatro. Vuelvo de ahí en julio para completar una película que estamos rodando por partes con Rodrigo Moreno, junto a Esteban Lamothe, con quién filmamos la anterior en diciembre. Con Victoria Galardi, el año pasado hicimos cuatro capítulos de una serie y ahora estamos preparando para octubre los cuatro que faltan para completar la temporada, y si se llega, este año estaremos filmando en Chile la nueva película de Martín Rejtman”.