Una mujer, su sobrina y un allegado fueron imputados este martes como los autores del homicidio del roldanense Marcelo Molina, a quien mataron, quemaron su cuerpo y lo descartaron en el relleno sanitario de Pérez. Sus restos no fueron encontrados y la reconstrucción del plan criminal surgió luego de que el varón detenido se quebrara y contara qué hicieron con Marcelo.
Para el fiscal Adrián Spelta, la hipótesis más fuerte sobre el móvil fue el robo de las escasas pertenencias de la víctima, las cuales fueron sustraídas de su casa por los implicados, según describió en una conferencia de prensa que dio este martes en el Centro de Justicia Penal.
Romina C., su sobrina con quien tiene una relación como si fuera madre Cintia C. y su hermano Jonatan K., fueron imputados este martes como coautores de los delitos de homicidio doloso calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y robo simple criminis causa. La jueza Silvia Castelli aceptó la calificación de la Fiscalía y dictó al trío la prisión preventiva por el plazo de ley.
En la conferencia de prensa de este martes, Spelta habló de los indicios que surgieron de la investigación y que permitieron hacer una reconstrucción del plan criminal ejecutado por los tres acusados.
El macabro plan criminal
Familiares de Marcelo contaron en distintas entrevistas periodísticas que estaba en pareja con Romina C. desde hacía cuatro años y que la mujer no tenía mucha relación con ellos. Siempre sospecharon que usaba enfermedades o diferentes excusas para sacarle plata. Por ello cuando advirtieron el viernes 3 de enero que Romina, Cintia y Jonatan sacaban pertenencias en una especie de mudanza de la casa de Marcelo se alertaron.
Ese día Marcelo llevó a las 14.30 a su hermana al trabajo, ya que ambos viven en la cuadra de Las Heras 800. Estaba en la moto de Romina porque su camioneta Volkswagen Saveiro se la había prestado a ella.
Para Spelta, los acusados persiguieron a la víctima en la camioneta desde Gálvez y la ruta A012 hasta que llegó a la casa de Roldán. En ese lugar cometieron el crimen. Estos movimientos quedaron en evidencia por las cámaras de seguridad tanto públicas como privadas.
A las 18 salieron de la casa y cargaron electrodomésticos, una carabina, documentación de la víctima, elementos de ferretería y herramientas en la Saveiro para llevarlas hasta la empresa gastronómica donde los imputados son caseros y viven, ubicada en el kilómetro 308 de la ruta 9, de Funes. Esta situación fue captada por las cámaras de seguridad de la fábrica y por las de Funes.
A las 22, Jonatan cargó el cadáver en la camioneta y, escoltado por las dos mujeres en la moto, lo trasladó a la empresa. Quemaron el cuerpo y luego lo descartaron en un contenedor de la empresa. Los pesquisas tienen la hipótesis de que estaba en una bolsa y que el lunes siguiente fueron trasladados por el camión de basura al relleno sanitario de la ciudad de Pérez.
Confesión y los rastros del plan criminal
Ese viernes por la noche, la hermana de Marcelo lo esperaba para que la pasara a buscar a la salida de su trabajo. Nunca llegó ni contestó sus llamados ni mensajes. La mujer sabía que algo no estaba bien y sus sospechas se acrecentaron cuando vio que la pareja con otras personas sacaban cosas de la vivienda de la víctima.
La contestación que le dieron fue que la intención de Marcelo era mudarse a Rosario y que lo estaban ayudando. El sábado Romina la llamó para pedirle el aire acondicionado cuando ya lo habían matado. La familia hizo la denuncia y el lunes los rastros del plan criminal comenzaron a surgir.
El domingo 5 de enero, un corredor alertó al 911 que había encontrado una funda de una carabina flotando en el río Coronda, a la altura de Monje. No sólo tenía el arma sino también documentación y el celular de Marcelo.
Los investigadores constataron las cámaras de seguridad de Roldán y Funes, los registros los llevaron a la empresa donde viven los sospechosos. El lunes los detuvieron tras un allanamiento donde encontraron las pertenencias de la víctima.
Spelta explicó que, al momento de la detención, Jonatan confesó haber cometido el crimen e intentó desligar a las mujeres, al contar que “lo había tenido que matar porque había cometido o intentado abusar de su cuñada”, aunque no está claro si hablaba de Romina o de Cintia. Para el fiscal, el móvil que contó el hombre es una excusa. “No se entiende que luego hayan ido a robarles las pertenencias a la víctima”, remarcó.
Otro de los indicios que apuntan al trío como los autores es que no sólo la antena de los celulares Jonatan y la víctima impactan juntos desde el viernes hasta el domingo, cuando fueron a almorzar a la casa de un hermano de los acusados en la localidad de Puerto Aragón, cerca de Barrancas que está a la vera del río Coronda.
La carabina con las pertenencias de Marcelo fue encontrada a pocos kilómetros de ese lugar.
Respecto del cuerpo, el fiscal aclaró que no dejarán de buscarlo pero aclaró que será difícil su hallazgo debido a que, a pesar de que los perros marcaron rastros en la empresa como en el relleno sanitario en Pérez, no fueron identificados por las características del contexto.