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Se cumplen 35 años del inicio de la Liga Nacional, el mejor invento del básquet argentino

El primer partido oficial fue entre Pacífico de Bahía Blanca y Atenas de Córdoba el viernes 26 de abril de 1985 y Donald Jones cacheteó la primera bola. Veinte minutos después, con salto lanzado por León Najnudel, se jugó San Lorenzo ante Argentino de Firmat

La Liga Nacional de Básquetbol fue la madre de la «Generación Dorada» campeona olímpica de Atenas 2004, y León Najnudel fue su padre, aunque no pudo verla crecer y desarrollarse, después de fundar y darle vuelo a la más importante competencia interclubes de la historia en Argentina, cuyo primer partido oficial entre Pacífico de Bahía Blanca y Atenas de Córdoba se jugó un viernes 26 de abril de 1985, hace ya 35 años.

Los meses comenzados con «A» marcan la historia moderna del básquetbol argentino, ya que justamente un 22 de abril, de 1998, Najnudel falleció a los 56 años, seis antes de la consagración del seleccionado nacional en la capital griega, lo que seguramente hubiera significado para él saborear el fruto más dulce de su cosecha. Eso sucedió el 28 de agosto de 2004.

Cuando eso ocurrió habían pasado 20 años de la creación de la Liga Nacional, que tuvo en 1984 un torneo de transición que dejó paso al comienzo formal de la competencia el año siguiente.

Los entrenadores Horacio Seguí y José María Cavallero fueron algunos de los laderos con los que contó Najnudel para convencer a la dirigencia del básquetbol de las bondades de apostar por ese formato, y el periodista escrito más representativo de la especialidad en el país, Osvaldo Orcasitas, desde el potente atril que significaba la revista «El Gráfico», su principal difusor.

Bahía Blanca, capital del básquetbol en Argentina por su tradición de notables jugadores, fue una plataforma de lanzamiento simbólica de la Liga, que curiosamente tiene a Atenas de Córdoba, protagonista del partido inaugural, como el equipo más ganador de su historia con nueve títulos.

Atenas empezó a hacer historia desde el primer salto que tuvo la historia oficial de la Liga Nacional, ya que su pivot, Donald Jones, de prolífica gestión posterior en el conjunto cordobés, le ganó esa disputa aérea a Neal Robinson, de Pacífico, y se convirtió en el primero en tocar una pelota anaranjada en esta competencia que este domingo cumple 35 años de existencia.

Eran las 21.40 de ese viernes 26 de abril cuando se puso en marcha la Liga Nacional, pero apenas 20 minutos después, a las 22 en punto, en el estadio de Nüñez del club Obras Sanitarias, la escena se repetía en el lanzamiento simbólico del certamen, con otro salto entre Steve Stanford, del que hacía las veces de local, San Lorenzo de Almagro, y Leonard Goggins, del santafesino Argentino de Firmat. El que lanzó el balón al aire no fue el árbitro de ese partido, sino el propio Najnudel.

Pero ese acto, y el que se había registrado 20 minutos antes en el sur de la provincia de Buenos Aires, encerraban también otro símbolo en sí mismos, y era el hecho de que los cuatro protagonistas de los respectivos saltos eran basquetbolistas estadounidenses.

Y ese era el paradigma en el que se había sostenido Najnudel junto a la federalización total de la competición, que solamente tenía integración nacional una vez por año con la disputa del considerado «más argentino de los campeonatos», que era el que se disputaba entre los seleccionados provinciales de todo el país.

Es que Najnudel, amante tertuliano de Villa Crespo, estaba convencido de que competir con los mejores haría que el básquetbol argentino fuera mejor, y para ello era necesario recurrir al país que tenía a sus mejores exponentes, Estados Unidos, e importar de allí jugadores foráneos que hicieran crecer la actividad local, muchos de ellos con pasado en la NBA.

Y esa fue otra conquista de «su» Liga Nacional que Najnudel tampoco pudo ver que un par de productos de ella como el pivot chaqueño Rubén Wolkowisky y el base bahiense José Ignacio «Pepe» Sánchez fueran los dos primeros argentinos en debutar simultáneamente en la NBA, un 31 de octubre de 2000.

Y dos años más tarde, haría lo propio quien sería años después no solamente el ganador de cuatro anillos con San Antonio Spurs en la NBA, sino el mejor basquetbolista argentino de la historia y figura de la «Generación Dorada»: Emanuel Ginóbili.

La otros nueve «hijos» de la Liga Nacional que también pusieron posteriormente sus pies en la magna liga norteamericana fueron Fabricio Oberto, Carlos Delfino, Walter Herrmann, Luis Scola, Pablo Prigioni, Andrés Nocioni, Nicolás Laprovíttola, Patricio Garino y Nicolás Brussino.

Najnudel fue un hijo putativo de Ferro Carril Oeste, y aunque no lo dirigía (lo hacía Luis Martínez), fue, seguramente para su satisfacción personal, el club de Caballito el campeón de esa primera edición de la Liga Nacional, que desde 1990 comenzó a jugarse con comienzo en el segundo semestre de un año y finalización en el primero del siguiente.

El tiempo pasó, figuras e historias también. Los primeros tiempos de gloria de Ferro Carril Oeste le dejaron paso a otro «verde», el Atenas cordobés, y después llegaron varios grandes equipos, como Peñarol de Mar del Plata por nombrar a alguno, pero ya no volvió a existir un dueño hegemónico de la Liga hasta estas últimas cuatro temporadas, ganadas consecutivamente por San Lorenzo, club que ahora hace revivir la historia grande de aquel equipo de fines de los 60 y principios de los 70 que quedó en la memoria con el mote de «La Catedral».

Hoy, en tiempos de pandemia, se lucha por cerrar una nueva temporada, que valga como homenaje para los que lucharon por desarrollarla.

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