Cinco años después del asesinato de Kim Jong-nam, medio hermano del líder norcoreano, Kim Jong-un, ocurrido el 13 de febrero de 2017 en Malasia, continúa el misterio sobre el crimen realizado con un agente químico al estilo de la Guerra Fría y por el que Estados Unidos y Corea del Sur culparon a Corea del Norte.
Incluso el diario The Wall Street Journal generó más polémica cuando en 2019 señaló que Kim, de 45 años, en una época considerado heredero de su padre Kim Jong-il, era informante de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Según el rotativo norteamericano, que citó una fuente anónima, el medio hermano de Kim Jong-un había viajado a Malasia desde Macao, donde vivía bajo la protección del Gobierno chino, para entrevistarse con agentes estadounidenses.
La autopsia practicada al cadáver determinó que murió tras ser envenenado con el agente nervioso VX, clasificado como un arma de destrucción masiva por la Organización de las Naciones Unidas.
El 7 de marzo de 2018, la entonces portavoz del Departamento de Estado, Heather Naert, señaló que Estados Unidos condenaba «el uso de armas químicas para perpetrar un asesinato» y anunció la imposición de una serie de sanciones económicas contra Corea del Norte.
Por su parte, Corea del Sur calificó el asesinato de Kim como un «acto de terrorismo» llevado a cabo por Pyongyang, informó la cadena estadounidense CNN.
Pero el Gobierno norcoreano señaló que el ciudadano fallecido, llamado Kim Chol (nombre que aparecía en el pasaporte utilizado por Kim Jong-nam), murió de un ataque cardíaco.
El medio hermano de Kim Jong-un murió quince minutos después de que dos mujeres se le acercaran a la salida del aeropuerto de Kuala Lumpur y, según imágenes captadas por las cámaras de seguridad, el joven mostró su cara a las autoridades luego de que fuera rociada con un líquido.
Una de las mujeres, la indonesia Siti Aisyah, fue liberada el 11 marzo de 2019, tras la mediación diplomática de Yakarta.
En tanto, la vietnamita Doan Thi Huong fue condenada a tres años y cuatro meses de prisión, tras finalizar el juicio el primero de abril del mismo año.
La fiscalía propuso rebajar el cargo contra Huong de «asesinato premeditado», sancionado con la pena capital, al delito de «causar daño voluntario con un arma peligrosa», que se castiga con un máximo de 10 años de prisión.
Según una investigación de la policía de Malasia, el crimen fue organizado por cuatro norcoreanos: Ri Ji-hyon, Hong Song-hac, O Jong-gil y Ri Jae-nam, quienes contrataron a las dos mujeres utilizando nombres y nacionalidades distintas.
Horas después de la muerte Kim, los cuatro individuos abandonaron rápidamente Kuala Lumpur en un avión con rumbo desconocido.
Aparentemente, las dos chicas no se conocían entre sí, y durante su declaración ante la justicia señalaron que pensaban que formaban parte de un «show televisivo». Pero, según otros informes de prensa, las mujeres fueron contratadas y entrenadas por el Gobierno norcoreano.
Por aquellos días, la embajada de Corea del Norte en Malasia llamó a la liberación de tres sospechosos -incluidas las dos mujeres nombradas anteriormente-, y dijo que la investigación de Corea del Sur era «un
insulto a la soberanía de la RPDC (República Popular Democrática de Corea)».
El primogénito del fallecido líder Kim Jong-il (1994-2011), distanciado de su medio hermano Kim Jong-un, fue considerado el aparente heredero de su padre entre 1994 y 2001. Pero luego cayó en desgracia y se exilió.
Hijo de una relación de su padre con la actriz de cine Song Hae-rim, Kim Jong-nam pasó su infancia en circunstancias opulentas al cuidado de una tía.
Posteriormente fue enviado a Moscú y luego a Ginebra, Suiza, donde asistió a una escuela internacional, la misma que concurrió Kim Jong-un, donde aprendió también inglés y francés.
A los 18 años, cuando retornó a Pyongyang, se le otorgó un alto cargo en el comité estatal de computación, donde ayudó a establecer el sistema de Internet usado dentro de Corea del Norte, según informes de la Enciclopedia Británica.
En 1995 vivió en Beijing, desde donde viajaba frecuentemente manejando posiblemente los negocios financieros de su padre.
Tenía fama de jugador y de mujeriego, y de apoyar una forma de vida capitalista para los ciudadanos de Corea del Norte.
Tras entrar a Japón con un pasaporte falso en 2001, fue arrestado e interrogado por las autoridades, pero Kim Jong-nam respondió que «solamente pretendía visitar Disneylandia».
A pesar de que se refugió en Macao, su hermano menor le retiró los fondos para su manutención, según informes de prensa. «No tenemos dónde escondernos. La única manera de escapar es optar por el suicidio», afirmó Kim en una carta enviada en 2012 a Kim Jong-un, para que éste cancelara la orden de matarlo, según informes del Gobierno de Corea del Sur, citados por el diario español El País.