El juicio oral y público contra una mujer de 62 años acusada de matar a su marido en la localidad de Pujato en febrero de 2011 comenzó ayer en los Tribunales provinciales. La acusada, que presenta problemas motrices, está sospechada de matar a su esposo, Omar Dupuy, con una asada mientras dormía en la vivienda que ambos compartían. La mujer hizo uso de su derecho a no declarar y escuchó con atención los alegatos de apertura de ambas partes. La Fiscalía la acusó de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y alevosía”, mientras que la defensa sostuvo la inocencia de su clienta, cuestionó el accionar policial y judicial durante la etapa de instrucción de la causa y apuntó a la falta de investigación de otras hipótesis en el caso.
La primera audiencia del juicio oral que se sigue contra Susana Beatriz Gualdesi arrancó con puntualidad. El primero en tomar la palabra ante el tribunal integrado por los jueces Ismael Manfrín en la presidencia, José María Caterina e Ignacio Vacca, fue el fiscal Aníbal Vescovo. El funcionario sostuvo que la mujer aprovechó el estado de indefensión de su esposo, que se encontraba dormido, para efectuarle una serie de golpes en el cráneo con una asada que terminaron con su vida. El fiscal clasificó el accionar de la acusada como “una actividad preordenada” y remarcó que la mujer urdió un plan que ejecutó y luego, a modo de excusa, dijo que esa noche se había juntado a jugar a las cartas con unas amigas para no ser perseguida penalmente. Vescovo concluyó que durante el juicio intentará demostrar que Gualdesi es plenamente responsable de “homicidio calificado por el vínculo y alevosía”.
Por su parte la defensa –a cargo de Rafael Tamous, Jorge Cataudella y Laura Gauna–, sostuvo la inocencia de su pupila y cuestionó el accionar policial y del Juzgado de Instrucción que intervino en el caso. Tamous refirió que su clienta, en lugar de constituirse como querellante está en el banquillo de los acusados y declaró en seis oportunidades sin contradecirse. El letrado explicó que la primera vez que Gualdesi fue trasladada a la comisaría con la excusa de tomarle declaración testimonial fue engañada por el jefe de la seccional y quedó detenida. Además, el abogado afirmó que la acusada sufrió por partida doble, como madre y como esposa, y no pudo asistir al velatorio de su marido.
Después, Tamous describió la casa de los Dupuy, plantada en medio del terreno sin vecinos lindantes. El letrado remarcó que el día del hecho la víctima estuvo alrededor de cinco horas sola en la vivienda y que no hay certeza en el expediente de la hora del deceso. El abogado criticó además la actuación policial y refirió que encontraron muchos errores en la investigación, en la cual existió una falta de eficacia judicial que no puede ser achacada a su clienta.
Más tarde declararon tres policías que trabajaban en la comisaría de Pujato al momento del homicidio. Los uniformados refirieron que tomaron conocimiento del hecho por un llamado a la seccional donde se denuncia un problema familiar en la casa de los Dupuy. Al ingresar a la casa, en el dormitorio los efectivos encontraron a Omar Dupuy acostado en la cama, tapado y con gran cantidad de sangre en la cabeza. Los funcionarios policiales detallaron que la ventana del dormitorio que da a la calle se encontraba abierta y no tenía rejas, a lo que agregaron que había desorden y salpicaduras de sangre en la pared detrás del respaldo de la cama y en el muro lateral donde se encontraba empotrada la ventana. Incluso refirieron que había manchas de sangre en la cortina y en un árbol que se encuentra frente al dormitorio.
Además, los policías detallaron que la asada –presunta arma homicida– se encontraba mojada en un galpón en lo fondos, por lo que fue secuestrada, al igual que algunas prendas de vestir y una muestra del agua de una pileta de lona que había en el patio.