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Se le cayó un árbol en la cabeza y vive para contarla

Analía Romero transitaba por calle Moreno al 300 cuando un árbol se desplomó golpeándola en la cabeza y espalda. Fue trasladada por el Sies al Hospital Italiano, donde sigue internada fuera de peligro. Vecinos aseguraron que realizaron seis denuncias a la Municipalidad por el mal estado de la planta

Una mujer salvó su vida milagrosamente, cuando este martes se le cayó un árbol encima en las calles Moreno y Catamarca que le produjo un fuerte golpe en la cabeza.

Analía Romero, aún dolorida por el fuerte impacto, dijo que «vivió una desgracia con suerte», a la vez que agradece estar con vida y no haber sufrido lesiones más graves.

“Fue tan fuerte el golpe que se me nublaba la vista y pensaba lo peor. Pensé que estaba muerta”, dijo este miércoles en Radio 2 desde el Hospital Italiano, donde seguirá internada, por el momento.

En el programa Radiópolis de la citada emisora, Analía señaló que  que recién pudo conciliar el sueño a las 4 de la madrugada: «Hasta que no me hicieran una resonancia no iba a cerrar los ojos”.

Si bien su vida no corre peligro, aún resta saber cuáles fueron las consecuencias del golpe en la cabeza y la espalda.

Tras la caída del árbol, vecinos de la zona de Moreno al 300 indicaron que hicieron previamente seis denuncias en la Municipalidad debido al mal estado de la planta que en cualquier momento podía caer.

Tras el impacto, la víctima recordó: “Siento el golpe atrás en la cabeza y en la espalda. En ningún momento pierdo la conciencia, pero fue tan fuerte el golpe que se me nublaba la vista y pensaba en lo peor”.

También contó los momentos previos a la caída. «Mientras caminaba por la vereda sintió “los ruiditos” del tronco a punto de caer, pero imaginó que era solo una rama. Ya en el piso, aturdida y mareada, levantó la cabeza y le pidió ayuda a un muchacho que pasaba.

“Pensé que me podía haber costado la vida. Miraba al cielo y le pedía al señor que todavía no, que no me lleve”, agregó.

La mujer dijo que hubo una mala atención por parte de la  ambulancia del Sies que llegó para socorrerla. “La chica que me quería bajar de la ambulancia, ella no vio el video. Pensó que yo pasé y me había rozado la pierna. Le tenía que pedir perdón a ella, yo no paraba de llorar, fue inhumano”.

Muchas personas se acercaron para ayudarla. “Tengo unas ganas de conocerlas y abrazarlas. Me consolaban y me hablaban todo el tiempo, que no me iba a dormir, que no era mi momento”, recordó.

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