La decisión de prohibir la siembra a la vera de las rutas santafesinas continúa vigente, al igual que el empecinamiento de productores de no abandonar esta práctica. Hay lugares donde casi no se modificó el panorama y es posible observar la zona de banquinas cubierta de sembradío.
Los esfuerzos en algunos casos no alcanzaron para cumplir con la resolución interministerial de 2011, que incluso le otorga potestad a Vialidad provincial para destruir la siembra. En otros casos se entablaron negociaciones para que ONG y asociaciones que explotan esas franjas de tierra para sembrar y luego devolver las utilidades en acciones solidarias hacia la comunidad opten por producciones menos nocivas para el suelo. Esta excepción está contemplada en la resolución que prohíbe el usufructo de dominio público. Por eso, desde el gobierno invitaron a las organizaciones y asociaciones que siembran pero no han generado convenios a asesorarse en el Ministerio de Producción.
En diálogo con El Ciudadano, el director de Vialidad provincial, Juan José Bertero, explicó que el régimen de excepción y las propuestas de alternativas productivas es diferente según la geografía en la que se pretenda trabajar. “Hay lugares del sistema de humedales en el norte donde no se permite la soja o ninguna otra siembra. Hay proyectos variados que, por ejemplo, ligan la producción de flores con fines avícolas. También proyectos de forestación”, detalló el funcionario provincial, quien insistió en que todas las iniciativas no tienen otro fin que el social, de inclusión y solidaridad. Algunos de los proyectos en marcha involucran a organizaciones de El Trébol, San Jorge y Venado Tuerto.
Bertero calificó de “estricto” el control realizado en las rutas provinciales. Sin embargo, en la ruta 90, también conocida como Camino del Chapuy, se concentra la mayor cantidad de infractores. Desde Vialidad indicaron que encontraron cultivos en las banquinas de ese camino de 155 kilómetros de extensión que une Villa Constitución con la ruta nacional 8, cerca de Venado Tuerto. En cambio, la siembra disminuyó de manera notoria en las rutas 13 y 14.
Consultado sobre la posibilidad de extender la normativa de prohibición a los caminos de jurisdicción nacional que pasan por Santa Fe, Bertero sugirió que la gestión santafesina debe avanzar y servir de ejemplo para la Nación. “En Entre Ríos se está por sancionar una ley con el mismo sentido de la que está implementada en Santa Fe. Venimos difundiendo en las instancias federales el proyecto”, resumió el director de Vialidad.
Con la desaparición de los cultivos a la vera de los caminos la provincia ganó en materia de medio ambiente. El principal logro fue la recuperación del corredor biológico integrado por los bordes de la autopista Rosario-Santa Fe. Según la Secretaría de Medio Ambiente santafesina, los casi 400 kilómetros constituyen el área natural protegida de ecosistema pampeano más grande de Argentina. Está dividida en dos ecosistemas: el primero, comprendido entre el kilómetro 0 y el 100, que responde a la pampa húmeda; y hacia el final el camino relativo al bioma llamado espinal, más heterogéneo.
En 2008 la administración socialista realizó una evaluación relativa al medio ambiente pero también de uso del territorio provincial en general. El resultado arrojó que entre los departamentos del centro y sur –Carcarañá, General López, Constitución y Rosario– el 95 por ciento de la tierra tenía fines productivos. En ese estudio se relevó el estado de los caminos y rutas por presencia de cultivos en las banquinas.
Cabe recordar que las prácticas ahora ilegales antes eran facilitadas a través de convenios entre municipio y comunas más los privados que cultivaban. Lo cosechado en ese momento era vendido y el dinero era destinado a la beneficencia. El problema, según declararon autoridades provinciales, era controlar los convenios que hacían los Estados locales y los productores. Entonces, la provincia reunió al Comité Interministerial de Salud Ambiental –integrado por los ministerios de Gobierno, Trabajo, Salud, Producción y Aguas y Medio Ambiente– y emitió en 2011 distintas resoluciones para prohibir el cultivo en las banquinas de caminos provinciales. El objetivo fue la conservación de biodiversidad de las tierras, que representan entre un 1,2 y 2,4 por ciento de cada uno de los departamentos. “Es un número insignificante desde lo productivo. Lo importante es el rédito ambiental que tiene esta red de pequeños pedazos de tierra que atraviesan arroyos y ríos”, consideró en su momento el encargado de Recursos Naturales santafesinos, Ricardo Biasatti. Estos conforman un sistema de retícula para la conservación, informaron desde Recursos Naturales, que no requieren grandes superficies como los sistemas tradicionales, esto es, parques nacionales o reservas.
