Un joven de 27 años murió ayer al mediodía cuando recibía el premio tras ganar un maratón de 21 kilómetros que se desarrolló por las calles de la capital cordobesa, informaron fuentes policiales y de la organización.
El muchacho, identificado como Ezequiel Ponce y con domicilio en el barrio Ituzaingó Anexo, se desplomó y murió en el momento en que era premiado, sin que los médicos que había en el lugar pudiesen hacer nada para salvarlo, informó Prado Eventos, la empresa que organizó la competencia junto con la comuna capitalina.
“Teníamos tres ambulancias. Una de ellas estaba en el lugar (en la zona de premiación). Pero los médicos no pudieron hacer nada. Según el doctor que atendió al chico, fue muerte súbita”, explicó a la prensa Jacinto Prado, director de la empresa.
Otros dos competidores también se descompensaron y debieron ser trasladados hasta un centro asistencial, donde estaban fuera de peligro. Prado dijo que eso “es algo normal, porque muchos se largan a correr sin estar debidamente preparados”.
El empresario comentó que “algunos corredores se meten, sin número de inscripción ni habilitación, en el medio de la calle por donde se desarrolla el maratón. Es imposible controlarlos”, sostuvo.
El maratón comenzó y concluyó en el mismo lugar: la plaza de la Intendencia, ubicada en el centro de la ciudad de Córdoba.
La empresa organizadora, en el momento de anunciar la carrera, había publicitado que contaba con el aval de la Confederación Argentina de Atletismo (Cada), y del Centro Argentino de Mediciones Atléticas sobre Pavimento (Camap).
Si bien hubo unos 700 inscriptos, 500 competidores tomaron parte de la carrera en la categoría de fondo, de 21 kilómetros, porque hubo otros que sólo corrieron en la categoría de 5 kilómetros. Últimamente, las carreras atléticas están de moda y cuentan con cientos de personas que participan en ellas.