Espectáculos

Se perdió la chispa del cineasta Sergio Bellotti

Autor de importantes films, el realizador falleció ayer, a los 56 años, debido a una dolencia hepática.


Bellotti fue un autor personal que pudo abordar los temas que le interesaron.

El cineasta Sergio Bellotti, autor de importantes films como Sudeste y La vida por Perón, falleció ayer a la madrugada, a sus 56 años, a causa de un problema hepático por el que estuvo internado las últimas dos semanas.

Desde ficciones con un enorme peso dramático y a partir de escogidos asuntos para ser documentados, el autor construyó una obra creativa y audaz que nutrió de parámetros novedosos al bautizado nuevo cine argentino. Bellotti, quien debutó como director con Tesoro mío (1999), una historia basada en el denominado caso Fendrich sobre un empleado bancario que robó el dinero que debía custodiar, concretó su última película en 2010 con el documental Buenos Aires, la línea invisible, acerca de la presencia negra en la ciudad.

Su filmografía también incluyó otros documentales como El cumpleaños de la Mamá Carabajal (2002), donde retrató que la fiesta del 101 aniversario de María Luisa, madre y abuela de los músicos santiagueños Los Carabajal en su casa de La Banda;  Las memorias del señor Alzheimer (2004), con el escritor Jorge Di Paola como protagonista.

De 2007 data el telefilm Dos hermanos, generado junto al actor Lito Cruz, y en 2009, además, estrenó 100 pájaros, rodada 15 años antes en ocasión de la primera gira argentina del grupo rockero Los Rodríguez liderado por Andrés Calamaro.

Su ligazón con la música había comenzado a expresarse antes cuando ofició como uno de los productores de la puesta del álbum Llegando los monos, de Sumo, en el estadio porteño Obras.

En su intensa actividad audiovisual deben citarse sus labores como productor ejecutivo de la película 1000 Boomerangs, de Mariano Galperín; y de la exitosa serie televisiva Poliladron.

En ese recorrido se desempeñó como director de producción de Sotto voce, de Mario Levin, y como jefe de producción de La vida según Muriel, de Eduardo Milewicz.

Pero lo central de su obra y el aporte innovador que dio al cine argentino se fue construyendo a partir de sus dos cintas esenciales: Sudeste, de 2002, que escribió con el escritor Daniel Guebel, y La vida por Perón, de 2004, a partir de un guión de Guebel y Luis Ziembrowsky.

En la primera de ellas, basada en la novela homónima del escritor desaparecido Haroldo Conti, Bellotti describió lo que más le atrajo de aquella obra: “Fue la exactitud, la observación minuciosa de la naturaleza, la casi prescindencia de los personajes. Me interesó detenerme en esa observación de los detalles y la contemplación de la naturaleza y la película trata sobre la pequeña vida del protagonista pero sin residuo de historia”.

Al referir a La vida por Perón, una irreverente comedia de fuerte anclaje histórico y político, apuntó: “Se trató de una metaforización de lo que fue la militancia en los años 70. Creo que hay que mostrar todo el delirio que existía en esa época teñida por la violencia, pero en la cual había mucho compromiso y se discutía seriamente la política”. Los restos del realizador fueron velados ayer y hoy serán inhumados en el cementerio de la Chacarita.

El contacto con Calamaro

Acerca de Cien Pájaros, el film que hizo sobre Los Rodríguez, la banda de Andrés Calamaro, Bellotti recordó no hace mucho: “Yo tenía 32 años cuando filmé eso, y escuchaba siempre rock. A Andrés lo conocí por su música, porque, ¿quién en el devenir de una tarde o una noche no escuchó o tarareó una canción de Calamaro? Yo trabajé como barman en el Zero, un bar que era emblemático de la movida rock; ahí tocaban Sumo, Suéter, Alphonso S’Entrega, se aglutinaba todo el rock de los 80”.

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