Hay un dicho popular que dice “la familia no se elige” y en este caso la frase encuadra a la perfección. A raíz de un problema de vecindad un matrimonio le confió a un familiar el cuidado de su casa –que les fue adjudicada por un plan de viviendas–, pero el hombre lejos de cuidar la vivienda la vació, la vendió a una mujer y desapareció con el dinero.
La maniobra no sólo perjudicó a los dueños de casa que perdieron sus pertenencias, sino también a la mujer que de buena fe compró la propiedad. El acusado, que también se encuentra involucrado en una causa donde se investiga a un grupo de personas dedicados a realizar escruches, fue denunciado por su pariente y ahora el Juzgado de Instrucción de la 4ª Nominación lo procesó por el delito de estelionato, un tipo de estafa donde la persona vende bienes ajenos como propios, y por el hurto del mobiliario de la vivienda. El fallo fue apelado.
Nancy y Conrado vivían junto a sus hijas en una vivienda de pasaje Sanguinetti al 5300. La casa les fue asignada por el “Servicio Provincial de la Vivienda”, según reza en el fallo, a través de un boleto de compraventa, aunque aún no contaban con la escritura debido a que aún les restaba cancelar la mitad del plan de pagos que habían firmado. Pero sus hijas comenzaron a tener problemas con un vecino del lugar y a mitad del año 2010 la familia decidió irse por un tiempo.
Para no dejar sola la vivienda, Nancy le pidió a un familiar que se quedara al cuidado de la casa aunque una semana después la mujer se enteró por vecinos de que su pariente había vaciado la vivienda y la había vendido a otras personas, refiere el fallo.
La mujer fue a constatar la situación y se encontró con María Angélica, quien le había comprado de buena fe la casa a Juan Carlos D. a través de un boleto de compraventa por la suma de 65 mil pesos. Por lo que Nancy radicó la correspondiente denuncia que quedó en manos del juez de Instrucción de la 4ª Nominación, Juan Carlos Vienna.
En su descargo, el sospechoso sostuvo que fue a la casa de Nancy y Conrado porque ellos decidieron mudarse por unos problemas que tenían con un vecino. El sospechoso refirió que la pareja nunca le pidió que se quedara a cuidar la casa, sino que la dejaban porque tenían miedo.
El hombre afirmó que sus parientes se llevaron todas sus pertenencias y que se quedó en la casa dos meses, pero como debía irse a Córdoba la vendió por temor a que los vecinos le prendieran fuego, aunque reconoció que no entregó el dinero de la transacción.
En el juicio se probó que Juan Carlos D. vendió la casa a María Angélica por boleto de compraventa y también se determinó que la casa estaba totalmente amueblada y que retiró los muebles. Por su parte, el Servicio Público de la Vivienda informó que la propiedad le fue adjudicada a Nancy y Conrado, e incluso en una declaración informativa el sospechoso reconoció haber vendido la propiedad y cobrado una suma a cambio, sostiene la resolución.
Por su parte, el juez Vienna dispuso el procesamiento de Juan Carlos D. por el delito de estelionato, que es una tipo de estafa que se presenta cuando por ejemplo una persona vende como propio bienes ajenos. También procesó al hombre por hurto y mandó a trabar embargo sobre sus bienes por una suma de 100 mil pesos. Aunque esta no es la única causa que enfrenta el acusado: Juan Carlos D. está vinculado a una investigación de un grupo de personas – entre ellos Mariano S., uno de los absueltos en la causa de la emboscada al colectivo de los hinchas de Newell’s – sospechados de cometer escruches que también tramita el juzgado a cargo del juez Vienna.
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