La región amazónica de Brasil sufre desde principios de año los peores incendios forestales de los últimos tiempos. No hay datos oficiales, pero varias organizaciones estiman que la superficie vegetal quemada se cuenta en miles de hectáreas de los estados brasileños de Rondonia, Mato Grosso y Mato Grosso del Sur. Avanza incluso sobre el departamento boliviano de Santa Cruz. El gobierno brasileño de Jair Bolsonaro atribuyó los incendios a una sequía de carácter extraordinario pero, además, el propio presidente llegó a culpar a una ONG ambientalista de haberlos iniciado.
El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) de Brasil relevó que los incendios mediante imágenes de satélite, los focos de fuego en todo el país en lo que va de año superan en un 83% a los del mismo período de 2018.
Diferentes organizaciones científicas, sociales y ecologistas consideran que los incendios fueron provocados deliberadamente para despejar tierras que empresarios quieren explotar para minería o agricultura extensiva, actividades que son promovidas sin reparos por el propio Bolsonaro.
Deforestación y fuego en números que alarman
Hasta julio, se habían deforestado 2.255 kilómetros cuadrados, un 278% más que en el mismo periodo del año anterior, según las estimaciones del Inpe.
Paulo Moutinho, científico del Instituto de Investigación Ambiental en la Amazonia (Ipam), señaló que el exponencial incremento en el número de incendios en la Amazonia brasileña se debe principalmente al aumento de la deforestación
La organización ecologista WWF agregó que «en el Amazonas, históricamente, los incendios están relacionados con la deforestación porque es una de las técnicas para limpiar la tierra».
Su informe precisa que entre el 1 de enero y el 18 de agosto se registraron 71.497 focos de incendio, de los que un 52,5% se sitúa en la región amazónica.
Otro 30,1% se detectó en el Cerrado, la sabana brasileña que rodea la Amazonia, y el 10,9% en el Bosque Atlántico, la región boscosa que bordea la mayor parte del litoral del país.
Naciones Unidas preocupada
El incremento de los incendios forestales y el aumento de la deforestación en la Amazonía genera gran preocupación en la ONU, que intenta aunar mayores esfuerzos para la protección del medio ambiente.
La presidenta de la Asamblea General de Naciones Unidas, María Fernanda Espinosa, expresó alarma al respecto y destacó que la selva amazónica y los bosques son cruciales para abordar el cambio climático, y fomentar la biodiversidad, la conservación y la seguridad alimentaria.
«Cuidemos de ellos en nuestras comunidades y más allá», escribió en su cuenta oficial en Twitter y llamó a tomar una acción climática urgente.
Los incendios silvestres preocupan y afectan al mundo entero. La selva amazónica y los bosques son prioritarios para fomentar la biodiversidad, la conservación y la seguridad alimentaria; ni que decir de su incalculable aporte en la lucha contra el #CambioClimático. https://t.co/3t2qu85Gqz
— Ma Fernanda Espinosa (@mfespinosaEC) August 21, 2019
Por medio de su página oficial en Facebook, Espinosa indicó que los incendios silvestres preocupan y afectan al mundo entero.
Por su parte, el portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, al referirse el tema de la selva amazónica, dijo que la deforestación es una gran preocupación para el organismo multilateral.
“Como todos sabemos, los grandes bosques de todo el mundo juegan un papel fundamental en nuestros esfuerzos para mitigar el impacto del cambio climático”, expresó.
Una reciente publicación de The New York Times llama la atención sobre cómo los incendios en la selva amazónica se propagan de manera alarmante: se detectaron más de 74 mil en la parte brasileña de la mayor selva del planeta desde inicios de 2019.
El diario hace referencia a un estudio del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INP), el cual arroja que los incendios en toda la Amazonía brasileña experimentaron un incremento del 84 por ciento respecto al mismo periodo en 2018.
Reservas y sitios protegidos, también incinerados
De acuerdo con el INP, el Amazonas concentra el 52,5 por ciento de los focos de quema en Brasil durante 2019. En la última semana, la quema afectó 68 zonas protegidas o reservas indígenas de territorio amazónico.
Esto ha despertado fuertes críticas contra las políticas del presidente brasileño Jair Bolsonaro y su falta de preocupación por temas medioambientales.
Según indica The New York Times, la deforestación en la Amazonía aumentó rápidamente desde que Bolsonaro llegó al poder en enero de 2019 y su gobierno recortó los esfuerzos contra las actividades ilegales en la selva tropical.
Ese medio detalla que los incendios, casi todos iniciados por granjeros que intentan limpiar sus tierras, ahora afectan zonas deshabitadas de la selva tropical y se imponen en los estados del noroeste de Brasil, entre ellos Acre y Rondonia.
Debido a que estos incendios han sido tan espesos y extendidos, el humo viajó cientos de kilómetros y llegó a afectar la costa Atlántica y a Sao Paulo, la ciudad más pobladas de Brasil, agrega The New York Times citando a la Organización Meteorológica Mundial.
Bolsonaro acusó a organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil de iniciar los fuegos en la selva tropical, después de que el gobierno recortara su financiamiento, aunque no presentó pruebas al respecto.
La selva amazónica es considerada uno de los recursos naturales más importantes del planeta y desempeña un papel fundamental en la absorción del dióxido de carbono.