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Se retiró Hewitt, enemigo de los tenistas argentinos

El australiano cayó frente al español Ferrer en el Abierto de Australia y le puso punto final a una exitosa carrera donde cosechó 30 títulos. Tuvo fuertes cruces con Chela, Coria, Nalbandian y Puerta.

El australiano Lleyton Hewitt, exnúmero uno del tenis mundial y ganador de dos Grand Slam, puso punto final a su carrera al caer con el español David Ferrer por 6-2, 6-4 y 6-4 en la segunda ronda del Abierto de Australia.

Hewitt, de 34 años y que ya había anunciado que el primer grande de 2016 iba a ser su último torneo como profesional, seguirá ligado al tenis, ya que en octubre de 2015 se convirtió en el nuevo capitán del equipo de Copa Davis de su país.

Conocido por su espíritu luchador dentro de la pista, Hewitt tuvo hoy una despedida llena de emoción, pues sus últimos raquetazos y gritos de «come on» fueron delante de casi 15.000 compatriotas que le animaron sin descanso durante las dos horas y 38 minutos de encuentro.

Uno de los hinchas más activos de la noche en la cancha Rod Laver fue Cruz Hewitt, el hijo del jugador. Vestido con la misma camiseta que su padre llevaba en la pista (una con la bandera australiana), el niño de siete años agitó sin descanso un cartel con una foto de Hewitt y dos palabras: «¡Go dad! (vamos papá)»

Hewitt ganó 30 títulos a lo largo de su carrera, siendo los más importantes el US Open 2001, Wimbledon 2002 y los Masters de aquellos dos años, en los que terminó como número uno del mundo. Además, en su palmarés aparecen dos títulos de Copa Davis (1999 y 2003).

El australiano alcanzó la cima del ranking por primera vez el 19 de noviembre de 2001, cuando apenas tenía 18 años y 268 días. Aún hoy es el más joven de la historia en escalar hasta el primer puesto, donde permaneció 80 semanas.

Jugó además otras dos finales de Grand Slam, la del US Open 2004 y la de Australia 2005. Después sufrió varias lesiones y fue teniendo altibajos en el ranking -actualmente es el número 308-, pero siguió ganando títulos. Su última corona llegó en julio de 2014, en Newport.

Con esos datos, es normal que sea un ídolo en Australia, un país que respira tenis. Además, es el último jugador local en haber llegado al número uno y tan sólo el tercero en la Era Abierta, después de John Newcombe (ocho semanas en 1974) y Patrick Rafter (una semana en 1999).

Más allá de la clase del australiano, su mal comportamiento dentro del campo de juego y su soberbia actitud hacia sus rivales lo tenían constantemente en el ojo de la tormenta. Heweitt se hizo muchos enemigos a lo largo de su carrera, pero tenía algo especial contra los argentinos: se enfrentó contra Juan Ignacio Chela, David Nalbandian, Guillermo Coria y Mariano Puerta.

El primero con el cual tuvo un cruce fuerte fue con Chela, quien lo escupió luego de un desmedido festejo burlón. Luego, el «Mago» Coria confesó que muchas veces el autraliano fue despectivo para los argentinos y que más de una vez estuvieron a punto de irse a las piñas.

Finalmente, tuvo un fuerte cruce con Puerta, luego que el argentino diera positivo, supuestamente por tomar sin querer un medicamento para su hijo: «Algunos chicos han dado positivo una o dos veces y luego son capaces de volver después de seis meses o un año. El argentino Mariano Puerta jugó drogado todo el Abierto de Francia de 2005 y dejó a grandes jugadores fuera. Así, llegó a la final y gracias a Dios que perdió ante Nadal, por lo menos tuvimos un digno ganador».

A pesar del empuje de las tribunas, Hewitt apenas tuvo opciones hoy ante Ferrer, un jugador de su estilo, táctico y aguerrido. El español mostró un tenis sólido y llevó al australiano al límite. Tanto, que necesitó tratamiento en el muslo izquierdo en varios cambios de lado.

Tampoco le falto tensión al encuentro. Hewitt, cuyo carácter le granjeó no pocos enemigos dentro del circuito, explotó mediado el tercer set contra el árbitro, Pascal Marie, después de que le sancionara con una advertencia. «Eres un maldito idiota», le espetó a apenas dos metros.

Minutos después, Ferrer ganó el partido y, en la red, se llevó la mano al pecho como pidiéndole perdón.

«Es un día triste porque Lleyton termina su carrera. Sólo tengo palabras buenas para él, es un espejo para mí, un ídolo, un jugador increíble», dijo Ferrer, número ocho del mundo.

«Será un día muy especial para mí por el hecho de haber podido jugar en el último partido de Lleyton. Se lo merece todo. Y hoy es su día, no el mío».

Hewitt debutará en la capitanía de la Copa Davis el fin de semana del 4 al 6 de marzo, cuando Australia recibirá a Estados Unidos en el club Kooyoong de Melbourne.

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