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Se retomaron las negociaciones de 170 países para discutir un Tratado Global de Plásticos

El encuentro se desarrolló en la ciudad Nairobi, Kenia, en busca de crear una herramienta legal para proteger la salud humana y el ambiente de ese tipo de contaminación. Organizaciones argentinas expresaron la necesidad de reducir el consumo e impulsar una transición justa, inclusiva y participativa

El pasado 13 de noviembre se retomaron las negociaciones de 170 países de todo el mundo para discutir el texto de un Tratado Global de Plásticos que pretende ser una herramienta legal para proteger la salud humana y el ambiente de ese tipo de contaminación. El encuentro (INC-3) se desarrolló en la ciudad de Nairobi, Kenia, hasta el 19 de noviembre y además de los Estados participaron organizaciones civiles, académicas y del sector privado que coincidieron en la importancia de consensuar un tratado.

En Argentina, las organizaciones Consciente Colectivo, Fundación Ambiente y Recursos Naturales, Taller Ecologista y Unplastify expresaron la necesidad de que el texto incluya la reducción del consumo de plásticos e impulse una transición justa, inclusiva y participativa.

En un comunicado conjunto esgrimieron que “la contaminación plástica es hoy un problema creciente que debe ser abordado” e informaron que “11 millones de toneladas de plástico ingresan al océano cada año”. También que “la producción y consumo de plásticos creció de manera desmedida en las últimas décadas”, que “durante el período de 1950 a 2015 la producción acumulada alcanzó los 7.800 millones de toneladas de plástico” y que “la mitad de todo ese plástico se produjo en los últimos 13 años”.

Al respecto señalaron que en la Argentina “consumimos entre 40 y 42 kilos de plástico por persona al año”, según datos emitidos por el del Ministerio de Hacienda en 2019, lo que adquiere “mayor relevancia si tenemos en cuenta que, luego de ser desechado, este nunca desaparece”.

Así advirtieron que a medida que se va rompiendo en pequeños pedazos se convierten en microplásticos que no desaparecen y que distintos estudios demostraron que los encontraron en alimentos como la sal de mesa y hasta en la sangre. “La contaminación por plásticos ya tiene un impacto directo no solo en el ambiente, sino también en la calidad de vida y la salud de las personas”, agregaron.

Detectan contaminación con microplásticos en aguas de dos cuencas bonaerenses

Frente a la problemática, en marzo de 2022, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) aprobó la creación de un comité intergubernamental con el fin de negociar un Tratado Global de Plásticos. Del 13 al 19 de noviembre se realizó la Tercera Sesión del Comité Intergubernamental de Negociación (INC-3) donde se discutió el contenido del Borrador Cero, un texto inicial del tratado que tiene varias opciones a considerar entre los puntos propuestos.

“Desde Consciente Colectivo, Fundación Ambiente y Recursos Naturales, Taller Ecologista, Unplastify sostenemos que la manera más eficaz para frenar la contaminación por plásticos es abordando el problema desde su origen. Es importante reducir al máximo la producción y consumo de plásticos, en especial de los plásticos de un solo uso y de todos aquellos de corta vida útil en general, prescindibles y problemáticos, así como eliminar el uso de aditivos tóxicos”, expresaron.

“A pesar de los esfuerzos, el reciclaje es insuficiente. La composición química de los plásticos solo permite una reciclabilidad limitada y finita, contrariamente a lo que sucede con otros materiales, como el vidrio o el metal. Los plásticos solo pueden reciclarse a lo sumo 2 o 3 veces”, agregaron en una cita de National Geographic.

“Por eso buscamos promover un tratado ambicioso que ponga foco en la reducción de la producción y consumo de plásticos, que busque una transición justa e inclusiva”, manifestó Mirko Moskat de Taller Ecologista.

Cóctel de sustancias químicas

Se han identificado más de 10.000 sustancias químicas en plásticos, entre las cuales una cuarta parte se trata de sustancias preocupantes para la salud. “Es importante que el Tratado garantice la información y transparencia sobre las sustancias químicas que contienen los plásticos y sus impactos en las personas”, planteó Cecilia Bianco, otra integrante de Taller Ecologista.

“No hay que perder de vista que esta problemática está directamente vinculada con el cambio climático, ya que los plásticos generan emisiones a lo largo de todo su ciclo de vida. Abordar esta problemática es abordar también la crisis climática”, alertó Mijael Kaufman, coordinador del área de Política Regional e Internacional de Consciente Colectivo, en relación a que los plásticos provienen de combustibles fósicles y emiten gases de efecto invernadero.

“Considerando el impacto ya mostrado que tienen los plásticos en la salud y en el ambiente, esta problemática es una cuestión de derechos humanos. Es importante que el texto del borrador incluya este principio, reconocido por Argentina en su presentación”, explicó Leandro Gómez, coordinador del programa Inversiones y Derechos del área de Política Ambiental de FARN.

“La promoción de la reducción de producción y consumo de plásticos debe ir de la mano de medidas que acompañen la transición de los sectores que puedan verse afectados a lo largo de toda la cadena. Establecer las disposiciones necesarias que acompañen a los sectores en esta transición. Identificando las mismas oportunidades que puede traer en términos de desarrollo y de empleo el pensar sistemas alternativos al descarte”, indicó a su turno Clara Subirachs, coordinadora de Políticas Públicas de Unplastify.

Las diferentes organizaciones argentinas coincidieron en que el tratado “es un avance y un claro entendimiento de la necesidad de actuar de manera urgente”, y que la “contaminación por plásticos es un problema mundial que requiere de acciones inmediatas”.

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