Confiado. Seguro. Distendido. Lucas Bernardi no parece un técnico que está dando sus primeros pasos. Newell’s es su casa, conoce el paño como pocos. Nadie tiene que explicarle nada. Por eso se mueve con soltura, con naturalidad, alejado de las presiones que presupone un lugar que tras el alejamiento del Tata Martino se “devoró” tres entrenadores sin piedad. Y si bien se puede suponer que la victoria ante Racing ayudó a la causa para dar “un mensaje de tranquilidad hacia fuera”, en la charla mano a mano con El Hincha, el ex capitán leproso deja muy en claro que trazó la línea. El jugador ya es pasado; hoy es tiempo del entrenador.
—¿Te sorprendió el rendimiento tan alto del equipo?
—No me sorprendió que se hayan llevado a cabo un montón de cosas que habíamos hablado, sabía que el mensaje había llegado. Creo que era importante marcar un camino y se logró. Sí me sorprendió la soltura que fueron mostrando todos con el correr del partido. Eso nos llevó a tener un buen resultado y además se trasmitió confianza hacia afuera que necesitábamos todos. Creo que el plantel necesitaba una actuación así para sentirse vivo.
—¿Sentías que hacía falta un buen resultado para conseguir cierta tranquilidad?
—Necesitábamos mostrar un cambio y una idea. Eso para mí era fundamental, era algo que no podíamos dejar de hacer. Y no hablo del resultado, sino de la manera que el equipo se mostró en la cancha. Me fui muy feliz a mi casa. Se revalidó la ilusión, que era algo que todos necesitábamos. Imagino que desde afuera la sensación que había antes del partido cambió luego del triunfo.
—Confiaste en algunos juveniles, una apuesta que desde afuera aparecía como de riesgo.
—Yo no lo sentí como un riesgo. Si hubiera sentido que estaba exponiendo a alguien, no lo ponía. Nunca lo sentí como una apuesta, estaba seguro que eran decisiones buenas para el equipo. Habían mostrado estar a la altura y confiábamos que iban a tener un rendimiento cuanto menos aceptable y que iban a cumplir con lo que les pedíamos. Después hay un plus, que tiene que ver con la soltura, con la seguridad que mostraron y con la impronta del juego donde yo no participo, eso es todo de ellos.
—Es inevitable que se te compare con el Newell’s del Tata, ya que fuiste un referente de ese grupo, ¿se puede hablar de un estilo que te guste para tus equipos?
—(Se ríe) ¡Va un partido! Hasta hace quince días no sabían si podía tomar decisiones, cómo iba a jugar el equipo, si iba a jugar bien… hoy es lo mismo con un resultado en el medio.
—Pero el equipo mostró una forma de juego distinta y los referentes como Maxi y Scocco salieron a bancar el cambio.
—Esto es simple, tratar de poner a los jugadores en el lugar que mejor rindan y con la forma de juego que más los potencien. No me interesa que me cataloguen, me interesa que cada fin de semana hagamos algo que sea parecido a lo de Racing.
—Hace un mes dijiste que preferías que no se fueran ninguno de los dos laterales. Si hoy llega una oferta por Casco del Olympique como se rumorea, ¿qué le dirías a los directivos?
—Mi opinión no cambió, si me das a elegir te digo que no se vaya. Pero si llega una oferta de un dinero muy importante no se va a poder rechazar. Lo que sí creo es que Milton tiene un nivel y la oferta que llegue debe estar acorde a eso.
—¿Al Gato Formica lo ves como volante interno?
—(Bromea) No me empecés a armar el equipo. Me parece que tanto el Gato como muchos jugadores del plantel me dan la chance de cambiarlos de posición de acuerdo a las necesidades. En principio lo pienso como un interno, porque creo que desde ahí es donde más le puede aportar al equipo y donde se va a sentir más cómodo.
—Desde afuera uno imagina a Formica, Mugni, Maxi, Tevez y Scocco, y parece un equipo que seduce a la vista, pero obliga a Villalba y los defensores a doblegarse defensivamente, ¿es posible una apuesta tan ofensiva?
—Me armás el equipo, te das cuenta… y dejaste a Figueroa afuera. Hay un montón de buenos futbolistas y mi obligación es que rindan bien, cada uno en su lugar, potenciando el mejor momento de cada uno. Cada rival es un partido distinto, es un desafío diferente y eso es algo que debemos evaluar a la hora de decidir quién juega. Es una gran responsabilidad para mí. Estar a la altura de este plantel es un gran desafío.
—El clásico aparece como un partido con una carga muy alta, ¿te genera mayores obligaciones?
—Sé la responsabilidad que tengo por estar en este lugar, sé la cantidad de ojos que observan cada paso que doy, y sé muy bien cuáles son los momentos importantes. Pero si pienso en el clásico y dejo de lado Tigre no estaría acertado. La responsabilidad es tratar de afianzar lo que hicimos ante Racing, no nos gustaría retroceder. Después, hay circunstancias de las que no es necesario hablar, todos sabemos lo que es un clásico, no hace falta que le aclare a nadie la importancia de ese partido. Lo vivo acá, en mi casa, en la calle, es inevitable.
—¿Qué es lo que más te costó?
—(Piensa) Lo pienso, pero no hay nada que se me venga a la cabeza. Creo que lo que más me costó fue decidirme a aceptar. Pensar si estaba o no a la altura, si era el momento o no. Siempre tuve claro lo que quería. Y sabía que si aceptaba, tenía muy claro lo que iba a pasar, y en eso no incluyo ganar un partido, hablo del día a día, de la relación acá adentro, de lo que piensan los hinchas, eso lo tenía muy claro.
—¿Te trazaste un objetivo?
—Mi objetivo es estar a la altura de este lugar, afianzarme, crecer. Sería sencillo decir que sueño con ser campeón o conseguir logros deportivos a los que todos aspiramos. Para lograr esas cosas mágicas primero debemos crecer.
—¿Disfrutás ser el técnico de Newell’s o lo sufrís?
—No esperaba estar acá tan pronto, pero lo estoy disfrutando. El futbolista no existe más, está el entrenador, no sé porqué pasó, pero es así. Disfruto mucho porque esto no se sabe bien cuánto dura, pero tiene un final seguro. Y entonces uno decide si ese tiempo que no siempre es mucho lo quiere pasar sufriendo, pasándola mal, o disfrutándolo. Yo elegí disfrutarlo, porque el camino del sufrimiento ya lo viví, ya sé lo que es, ya sé cómo se vive y no quiere volver ahí.
Supo marcar la diferencia
Al asumir Bernardi mucho se habló de si iba a poder tomar decisiones en un plantel con muchos amigos, y la primera decisión de dejar a Mateo fuera del equipo dejó en claro que el entrenador tiene claro su nuevo rol.
“Yo tenía muy claro cuando acepté el cargo que en mi cabeza estaban bien diferenciados los roles. Si no hubiera tenido claro eso, no hubiera aceptado. Para el afuera no puedo decirlo, se verá a partir de las decisiones que vaya tomando. Tengo claro que hay un plantel con jugadores importantes y decisiones como las que tomé con Diego (Mateo) van a ser comunes. Hay once titulares nomás. Alguno irá al banco y otros tendrán que estar afuera, es inevitable. Me pasa a mí como le hubiera sucedido a cualquier otro entrenador con un plantel tan competitivo”, aclaró Bernardi.
—¿No percibías que este tipo de decisiones iban a estar bajo la mirada de todos?
—Creo que hace una semana nadie contaba que había un buen plantel, y hoy todos me preguntan cómo voy a hacer para dejar a alguien afuera. Estoy contento que esto suceda. Le tocó a Diego (Mateo) como puede pasarle a otro, a alguien le va a tocar. Las relaciones siguen de la misma manera y yo no tengo inconveniente en tomar esas decisiones porque considero que es lo mejor para el equipo. Esa es mi responsabilidad, tratar de tomar las mejores decisiones con un plantel que considero que es muy bueno.
—Para el afuera fue una clara señal de que pudiste separar las cosas…
—Eso no lo sé, ni tampoco debe preocuparme. Yo no tenía dudas, las dudas las tenían los de afuera. Antes que inicie mi trabajo estaban las dudas si podía tomar esas decisiones; ahora que las tomé, me cuestionan que las tomé. Hay un punto donde ya no puedo hacer nada. ¿Antes era débil y ahora soy muy fuerte? No, a mí me contrataron para dirigir un equipo y las decisiones que tomo apuntan a mejorar las cosas, no por eso soy más bueno o más malo.
Equipo definido, pero sin confirmar
Equipo definido, pero no confirmado. Lucas Bernardi ya tiene en la cabeza los once que enfrentarán a Tigre mañana a las 17 con arbitraje de Ariel Penel, pero ayer no quiso confirmar la alineación en conferencia de prensa y entonces la duda persistirá hasta el mismo día del partido.
El entrenador rojinegro ayer dispuso un entrenamiento con fútbol-tenis y otros ejercicios donde no paró un equipo, así que la última referencia sobre los once fue la práctica de fútbol del jueves donde realizó cuatro variantes respecto de la formación que derrotó 3-0 a Racing.
Si no hay sorpresas, los once para visitar al Matador de Victoria serán Oscar Ustari; Marcos Cáceres, Leandro Fernández, Víctor López y Milton Casco; Daniel Mancini, Hernán Villalba y Lucas Mugni; Martín Tonso, Ignacio Scocco y Maximiliano Rodríguez.
Como alternativas para el banco de suplentes el DT tiene muchas variantes ya que podrían estar Diego Mateo, Nehuén Paz, Hernán Bernardello, Víctor Figueroa, Mauricio Tevez y los juveniles Franco Escobar y Denis Rodríguez.
Lo que no va a tener Bernardi como recambio es un centrodelantero, ya que Ezequiel Ponce sufrió un esguince en el tobillo derecho y quedó descartado.
El plantel entrenará hoy en Bella Vista y luego viajará a Capital Federal para quedar concentrado de cara al partido de mañana ante Tigre.