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Se salvó del papelón

La Lepra pasó de una actuación lastimosa en el primer tiempo a una caída decorosa en los números.

De una actuación lastimosa, a una derrota decorosa. Al menos desde los números. Estuvo para que lo golearan a Newell’s, pero el final entregó a un Estudiantes que debió defender el último tiro libre con sus once jugadores. Lo que no invalida que el equipo de Sensini haya quedado en deuda al cabo del debut en el Clausura.

La puesta en escena de Newell’s en el primer tiempo se asemejó a un papelón. Peratta, con un penal atajado y otras dos oportunas tapadas, evitó lo que hubiera sido una goleada lapidaria en apenas 45 minutos.

Es que, directamente, Newell’s no existió como equipo en la cancha. Y Estudiantes lo pasó por arriba. Aún con un cambio de técnico en la semana previa al debut (Berizzo en lugar de Sabella) y sin un centrodelantero definido, manejó la pelota a su antojo con Verón como lujoso organizador y con Enzo Pérez en un nivel superlativo.

La Gata Fernández atacó la zona de un irresoluto Schiavi. Entre Bernardi y Mateo no pudieron frenar a Pérez, y la consecuencia llegó con el primer gol de Estudiantes, tras una definición del delantero. Demoró Peratta la llegada del segundo, anticipándose a una arremetida de Enzo Pérez.

Pero Newell’s siguió sin dar pie con bola. Y Estudiantes sacó a relucir su condición de campeón del fútbol argentino. Verón apuró un tiro libre, Pérez abrió hacia la derecha y Mercado, ingresando por la espalda de Estigarribia, amplió la cuenta para el local. Y menos mal que volvió a aparecer Peratta, con otra atajada y con la contención del penal de la Gata Fernández, tras un agarrón de Schiavi a Pérez.

El segundo tiempo se acercó más a un partido. Estudiantes reguló fuerzas y Newell’s entró en razón de que, jugando como antes, se iba a volver a Rosario con una goleada lapidaria en contra. Sensini intentó acomodar la defensa con el ingreso de Cichero en lugar de Lema, aunque el verdadero problema estaba por izquierda.

Newell’s generó desbordes por los costados, pero tampoco supo aprovechar las oportunidades que dispuso a través de pelotas detenidas. Lo más cercano a una llegada fueron un centro de Estigarribia que manoteó Orión y un cabezazo de Schiavi que pasó cerquita del travesaño.

Pudo ponerse a tiro Newell’s con un regalo de Federico Fernández, pero Bieler dilapidó un mano a mano inmejorable, con Orión entregado. Sobre el final llegó el descuento: Sperduti hizo la pausa justa y Cobelli empujó al gol. Al menos, rompió una racha de 633 minutos sin convertir de visitante.

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