La situación de la industria frigorífica es precaria ya que algunos establecimientos del interior han dejado de pagar la carga fiscal –contribuciones patronales, ART y en algunos casos no se ingresa IVA– y advierten que en el futuro tendrán que dejar de abonar la compra de hacienda para faena.
Así lo consignó a NA, en la 130° Exposición Rural de Palermo, Daniel Urcía, presidente de Fifra, la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas, al destacar que se encuentran en negociaciones salariales, que incide el “tarifazo eléctrico y de gas, además de la caída de volúmenes de actividad”.
El empresario explicó que “no cambió el escenario” y que “el crash se va a producir con el no pago de hacienda”, mientras que advirtió que –según sus cuentas– desde hace un mes pierden un peso por kilo faenado, lo que impide sostener el pago de impuestos para algunas firmas.
Urcía detalló que hay frigoríficos que pierden 20 centavos por kilo faenado, otros, 1,50 peso, pero que en general la pérdida es de “un peso por kilo faenado”.
El dirigente dijo que ciertos frigoríficos recurren al “diferimiento del pago de impuestos para cubrir el quebranto causado por el “aumento de tarifa y el salarial, la caída de faena, incremento en el precio de combustibles y la baja de los valores de sus productos, como el cuero, hueso y cebo”, lo que se denomina en la jerga el recupero.
Fifra representa el 35 por ciento de la faena bovina nacional y nuclea a más de 70 empresas (50 en Córdoba y 20 en Santa Fe), por lo que es una voz autorizada para reflejar la crisis del sector, que es una nueva alerta en los problemas que aquejan al campo.
Tarifas y mercado interno
Las tarifas subieron en lo que hace a gas en algunas empresas de la industria ganadera hasta multiplicar por 20 veces, mientras que un frigorífico que faena 10.000 animales por mes pasó de pagar 400.000 pesos de electricidad a 1.400.000 pesos, y para Urcía lo que intentan es “tratar de llegar operativos a fin de año”.
También señaló a Noticias Argentinas que “en el mercado doméstico” no ven “mayor volumen adquisitivo para que convalide mayores precios” y que “el costo operativo del frigorífico hoy arroja quebranto”.
Como positivo en el sector, “donde no hay inversiones”, observan la tendencia a la recuperación del stock vacuno en la Argentina y la retención de vientres, pero la “faena de terneros no llega a cubrir el faltante de kilos”.
Por lo tanto, se solicitó al gobierno incentivar con beneficios fiscales a la producción de novillos de 450 kilos.
Baja escala, altos costos fijos
El presidente de Fifra agregó en un informe que “en la industria frigorífica, menor faena y producción se traducen en mayores costos, porque es una industria donde la escala es dirimente, más aún con los recientes aumentos de tarifas de electricidad, gas, combustibles y tasas”. Y reiteró que “el valor de los subproductos ya no alcanza para cubrir los gastos que implica la faena.
Mercado externo, tampoco
En cuanto al mercado internacional, Urcía señaló que la hacienda argentina “está 70 centavos de dólar más cara que en los países vecinos de Paraguay, Uruguay y Brasil”. A su vez, los precios internacionales de la carne vacuna han bajado entre un 15 y 20 por ciento y por eso, resumió: “Con costos internos en ascenso, nuestras empresas no son competitivas”.
Conflictividad
Además, el empresario cárnico añadió que un sector importante de la industria, en el que Fifra participa, cerró un acuerdo paritario con la Federación Gremial del Personal de la Carne y sus Derivados para el primer semestre del año, “pero otro sector industrial no lo hizo y esta situación trae aparejada conflictividad social”.
“Este cuadro de situación es el que nos permite sostener con total certeza que la situación es precaria”, consignó Urcía.
Un reporte que se conoció a fines de la semana pasada indica que, entre 2011 y 2015, cerraron 5.000 empresas que no podían exportar: la mayoría eran pymes que sufrieron las restricciones a las ventas al exterior y el cepo. Y los frigoríficos son los más perjudicados.