Llegamos al final del Mundial de Rusia y de esta columna. Francia gritó campeón y nosotras también. ¿Por qué? Se podría decir que fue la Copa del Mundo más feminista de la historia.
En este apasionante deporte, históricamente la mujer estuvo relegada. Desde sus inicios fue catalogado como meramente masculino, y nosotras sólo aparecíamos como decorado. Pero este Mundial, modificó un poco esta tendencia. Y creo que se debe a dos cuestiones: el movimiento de mujeres es cada vez más grande y las redes sociales colaboraron para poder replicar estas luchas.
Durante estos 32 días pudimos visibilizar muchas de las injusticias que las mujeres padecemos diariamente, como por ejemplo, el acoso. En especial el dirigido a las periodistas mientras trabajan. Tal fue el rechazo, que la Fifa no pudo desviar la mirada y tomó cartas en el asunto.
También porque fue el que contó con más mujeres periodistas deportivas que viajaron a cubrir el gran evento futbolístico. Y de yapa, fuimos testigos de las primeras comentaristas y relatoras en la historia de las transmisiones en vivo.
Conocimos como son las legislaciones en materia de derechos humanos e igualdad de género de los 32 países que participaron en Rusia, gracias al trabajo de investigación de un grupo de mujeres de Argentina, Bolivia y Perú, que a través de las redes sociales creó el Mundial de la Igualdad. Todo un éxito.
También descubrimos una historia que no tiene precedentes. La de Iva Olivari, la “tía” de Croacia, que se convirtió en la primera mujer en ocupar un lugar en el banco de suplentes de una selección en un mundial. ¡Y estuvo en la final!
Y para cerrar, en el partido final llegaron ellas: las mujeres que integran la banda punk “Pussy Riot”. Cuatro manifestantes burlaron el operativo de seguridad y entraron al campo de juego para mezclarse entre los jugadores con una misión: visibilizar las injusticias en su país.
Argentina se despidió rápido y pasarán otros cuatro años sin ver a los chicos levantar la Copa. Pero por suerte, podemos tener revancha mundialista. Esta vez en Francia, y de la mano de “Las Guerreras”. Pero antes, las chicas de la selección nacional deben ganar repechaje, y si lo logran, tal vez el fútbol argentino les dejará de dar la espalda.