Antes de que el reloj marcara la medianoche de este miércoles, un joven tomó un taxi en el extremo oeste de la ciudad. El pasajero llevaba a cuestas una bolsa de arpillera plástica y no brindó precisiones de su destino, más bien prefirió dar indicaciones difusas al chofer, que enfiló camino al este. El tachero –de acuerdo con el relato brindado a los policías– desconfió de las vacilaciones, recorrió un par de kilómetros y llegó hasta un puesto policial en avenida Pellegrini y Felipe Moré, uno de los denominados corredores seguros. Allí, como marca el protocolo, uniformados del Comando Radioeléctrico pidieron identificar al muchacho, quien no pudo disimular su nerviosismo. Fue el final del viaje: en una requisa, los policías le hallaron en el equipaje casi diez kilos de marihuana y una piedra de casi 200 gramos de cocaína, dijeron voceros policiales.
El caso tiene detalles atípicos, ya que no es común que un mandadero con una carga relativamente importante de droga se traslade en un taxi oficial. El comisario José Molina, jefe del Comando, precisó en una conferencia de prensa en la sede de la Unidad Regional II que “el secuestro ocurrió en uno de los corredores seguros de taxi que está en Pellegrini y Felipe Moré. El personal del Comando identificó a un taxi. Al solicitarle al pasajero los datos, este se mostró nervioso y respondió con evasivas. Los efectivos procedieron con una requisa. Y en el interior descubrieron la bolsa de nylon con material estupefaciente y una balanza electrónica”. Y agregó sobre la declaración que brindó el chofer: “El taxista venía asustado porque esta persona no dijo exactamente a qué lugar lo tenía que llevar”.
En total, según se informó oficialmente, los policías incautaron 11 panes y cuatro pedazos de marihuana prensada, que contabilizaron 9 kilos y medio. Y una piedra de cocaína de 173 gramos. La droga estaba dentro de una bolsa tipo arpillera de cereal, y a su vez dentro de otros envoltorios de nylon.
Voceros policiales no brindaron demasiados datos del pasajero debido a que aún falta la audiencia indagatoria donde se conocerá la acusación que figurará en el expediente que lleva el Juzgado Federal 3, a cargo del magistrado Carlos Vera Barros.
Extraoficialmente se supo que el detenido, fue identificado como Maximiliano Humberto G., de 25 años, se domicilia en el barrio Floresta, lindero a barrio Tango. Un investigador dijo que era uno de los hijastros de Domingo “Negro Mingo” Selerpe, conocido transero de barrio Tablada asesinado en 2010 luego de mudarse a Pueyrredón al 4200. Hasta allí lo buscaron sus verdugos un 20 de febrero. Pero el Negro Mingo se cargó a dos de sus atacantes antes de morir: Abel Argarañaz, de 21, y Celso Aguirre, de 35.
Años después el apellido Selerpe volvería a las crónicas policiales en el marco de la guerra de la familia Funes contra el clan Caminos, una saga con sede en Tablada y barrio Municipal que empezó en 2016 y dejó más de medio centenar de víctimas fatales. Jorgelina “Chipi” Selerpe, hija de Mingo, se encuentra en prisión preventiva acusada de matar junto con su pareja, Alan Funes, a Marcela Díaz, la hermana del también asesinado Ariel “Tubi” Segovia, ex aliado del clan Caminos. En el marco de esta guerra, fue asesinado en febrero de 2018 un hermano de Mingo, Jorge “Negro” Selerpe cuando dos desconocidos en una moto lo acribillaron a balazos en Fragata Sarmiento al 3300.