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Se viene un largo invierno para la industria y el comercio

El sector productivo ya empieza a sufrir los efectos de la combinación entre tarifazos, tasas altas y devaluación. El gobierno nacional reconoció que se vienen varios meses signados por la recesión

El cóctel de tarifazos, inflación, suba de las tasas de interés, caída del consumo y devaluación encendieron todas las alertas en el sector privado. Las cámaras empresarias esperan un segundo semestre de recesión económica que ya se tradujo en una fuerte caída de la Bolsa y en las últimas cifras oficiales del Indec, que dan cuenta del aumento del desempleo del 7,2% al 9,1% en el primer trimestre de 2018 y de una caída interanual de la actividad económica del 0,9% en abril de este año respecto del mismo mes del año anterior.

El gobierno nacional ya anticipó a través del ministro Nicolás Dujovne y del jefe de Gabinete, Marcos Peña, que se vienen meses de recesión y que la economía volverá a crecer recién el año que viene.

“Las expectativas son negativas”, evaluó Gabriel Frontons, del Instituto de Investigaciones Económicas de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe). “La economía no va a crecer”, coincidió Ricardo Diab, presidente de la Asociación Empresaria de Rosario y vicepresidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came).

Las luces amarillas que ya venían advirtiendo los industriales y el sector comercial desde el inicio del año se convirtieron en luces rojas luego de que el Indec divulgara este martes el Estimador Mensual de Actividad Económica, que arrojó una caída del 2,7% en abril respecto de mayo –impulsada por la sequía– y del 0,9% interanual: la primera baja luego de 13 meses de suba continua de ese indicador. El registro es previo a la devaluación de mayo y junio, que también impactará en los próximos índices de actividad económica.

“No hay buenas noticias”

“Con lo que pasó en los últimos dos meses, no hay buenas noticias para las industrias”, indicó Gabriel Frontons, investigador de Fisfe. “Las expectativas son negativas y eso lo reconoce el propio gobierno. Se vienen seis meses complicados y eso en la industria lo vemos más claro, por los aumentos de costos y la caída de la demanda. Todo esto genera menor actividad”.

Entre el viernes y el lunes, Fisfe publicará el informe de situación de junio (con datos actualizados a fines de mayo). El responsable del trabajo adelantó ante una consulta de El Ciudadano: “Lo que estamos recibiendo son malas noticias. Se empieza a notar que mayo fue un punto de inflexión tras una leve mejora en el primer trimestre del año” (la industria creció en ese momento un 2,8% interanual).

Luego de un primer trimestre auspicioso, el panorama empezó a empeorar: en abril, según los informes de Fisfe, el incremento de la actividad fue de apenas el 0,3% interanual y en mayo ese indicador va a arrojar cifras negativas. En mayo, los despachos de cemento cayeron por primera vez en 14 meses. “Eso es un quiebre porque hasta ahora la construcción lideraba la actividad, pero en mayo estamos viendo valores negativos”, agregó Gabriel Frontons.

—¿Era previsible?

—Sí. Con lo que pasó con el mercado cambiario y la suba de las tasas de interés, era sencillo de prever este panorama recesivo.

—¿Qué medidas se deberían tomar?

—Hay un convencimiento sobre la política macroeconómica. Si la prioridad es bajar el déficit fiscal para que bajen las tasas de interés, y para ello se debe hacer un ajuste, se entra en un círculo recesivo que es difícil de torcer con incremento de la producción, porque no hay demanda.

En el comercio

En el comercio la situación también es dramática. En mayo las ventas minoristas cayeron un 4,8% interanual, según datos de Came, y desde que comenzó el gobierno de Cambiemos hubo sólo tres meses con indicadores positivos (octubre, noviembre y diciembre de 2017).

El último informe de Came sostiene que mayo de 2018 “fue un mes de mucha tensión económica y eso le restó fuerza al consumo. Especialmente en la primera quincena, donde la suba del dólar desconcertó al público. A eso se sumaron los problemas reales de ingresos, donde se notó la pérdida en el poder adquisitivo”.

En los primeros cinco meses del año las ventas minoristas se desplomaron. “No creemos que este año vaya a haber cambios sustanciales. La economía no va a crecer. Si el gobierno accede a reabrir paritarias, puede que un aumento de salarios genere alguna reactivación. Mientras no ocurra, va a ser difícil. Sin incentivo al consumo, no hay fórmula posible para salir adelante”, indicó Ricardo Diab, vicepresidente de Came, en declaraciones a El Ciudadano.

Si mayo fue malo para el comercio, junio no va a ser mejor. Ni siquiera el festejo del Día del Padre impulsó el consumo. Por el contrario, las ventas cayeron un 6,4% respecto a 2017, pese a que hubo promociones y descuentos de hasta el 40% en los comercios minoristas. Sólo el 23,7% de los locales relevados por Came mejoró sus ventas en comparación al año pasado. La última vez que subieron las ventas por el Día del Padre fue en 2015.

Preocupación en el gobierno

En el gobierno provincial hay preocupación por cómo puede impactar la recesión económica sobre el nivel de empleo, teniendo en cuenta que ya se advierte una suba de la desocupación en el primer trimestre del año, antes de la devaluación de mayo y junio.

“Hubo un cambio sustancial a partir de la última corrida cambiaria, el incremento de la tasa de interés y de las tarifas. Hay un escenario de recesión económica de cara a la segunda mitad del año”, señaló el ministro de Trabajo Julio Genesini. “Todavía no se sabe el impacto en materia de empleo, pero evidentemente no hay un escenario de crecimiento del empleo”.

“Hace unos días tuvimos una reunión con la Mesa Multisectorial de Defensa del Empleo en la que estuvo también el gobernador. En general se coincidió en este escenario que no ha despejado cuáles son las condiciones para el desenvolvimiento de la economía y quedó un escenario incierto. Eso nos plantean las empresas, que tienen muchas dificultades”.

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