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Sebastián Presta: “Nos reímos de nosotros mismos”

El actor llega por primera vez a Rosario para presentar “Bruto”, una obra desopilante en la que propone escenas de la vida cotidiana retratadas con una mirada ácida e incorrecta que causaron furor en Internet.

A poco de ganar un Martín Fierro a mejor labor humorística, el actor Sebastián Presta llega por primera vez a Rosario para presentar Bruto, el desopilante espectáculo que desde hace cinco meses lo tiene en la cartelera porteña. La cita será esta noche, desde las 20, en el Auditorio Fundación Astengo (Mitre 754).

Junto a los actores Soledad García y Guido Losantos, y el músico Miguel Ángel Cino, en Bruto Presta propone montar escenas de la vida cotidiana retratadas con una mirada ácida e incorrecta. Y lo hace a través de unos doce sketches “que tienen mucho que ver con el Préstico de la televisión”, contó a El Ciudadano.

Dirigido por Martín Salazar, fundador de la banda Los Macocos, en Bruto aparecen clásicos sketches como “Dr. Prejuicio” y “Decisiones de mierda en la historia de la humanidad”, anticipó el actor quien además, en esta entrevista, se refirió a los retos de hacer teatro, al éxito de sus videos en Youtube, y al humor de programas que ya no están. Y disparó: “Quiero volver; tengo ganas de poner mis sketches en el aire”.

—¿Es la primera vez que venís a Rosario como protagonista?

—Sí, y la primera que salgo a algún lado con un espectáculo propio. Estoy contento de que sea Rosario, una ciudad que me trae lindos recuerdos.

—¿Qué sketches aparecen en “Bruto”?

—Hay unos doce sketches de humor que tienen mucho que ver con el “Préstico” de la televisión. Hay personajes de ahí y otros nuevos; está el Dr. Prejuicio y llevamos uno que ahora le pusimos “Decisiones de mierda en la historia de la humanidad”.

—Los videos duran dos minutos y en la obra casi diez. ¿Cómo resuelven el tema del ritmo televisivo de los sketches?

—En la tele duran un minuto y medio y fue eso lo que hizo que la gente los viralice rápido; el teatro es distinto, tiene otros tiempos, y cada sketch dura más. Lo hicimos más largo y se mantiene el ritmo durante todo el tiempo. El día del estreno estaba preocupado por cómo respondería la gente a este cambio de tiempos: si se reiría o no, y fue una sorpresa porque se reían incluso en momentos en que no esperábamos que lo hicieran. Lo bueno de haber empezado el 15 de enero es que estamos en el momento justo para salir a mostrar la obra. Es un show simple, muy efectivo y que me divierte mucho hacer.

—¿Los sketches llevan a la gente a reírse de sí misma a partir de que el protagonista transgrede lo que uno espera de las situaciones cotidianas?

—Es bastante acertado porque nos reímos de nosotros mismos. Hay un momento en que voy con mi mujer a terapia y de alguna manera es para reírse; si el público en algún momento hizo terapia de pareja se sentirá reflejado. En otro momento estoy en una sala junto a un señor con quien esperamos entregar un análisis de orina, allí se genera algo parecido.

—¿Participás en la escritura de los guiones?

—Más bien te diría que me dedico a hacer mierda los guiones. Trabajo con gente muy buena que llega con ideas que me gustan pero necesito ponerle mi manto. Soy de tirar una idea que el guionista luego arma y así siento que le pongo mi impronta. Soy bastante hincha pelotas y necesito meterme ahí. Todavía no escribo, es una asignatura pendiente.

—¿El teatro te plantea nuevos retos?

—Hacer teatro fue un reto superior. Hacía rato que no hacía. El año pasado dirigí una obra muy chiquita (La Piñata) que presentábamos en una casa-teatro donde venían veinticinco personas por función; y cuatro años atrás fui actor suplente de Cómico Stand Up 4 en el Paseo La Plaza. Nunca había protagonizado y ahora estoy constantemente en el escenario. Estaba bastante cagado en las patas antes de estrenar. Te puedo asegurar que no disfruté tanto los ensayos como ahora las funciones. Ayer salió un chiste boludo y me tenté, se tentaron todos, y nos permitimos esas cosas. Mis compañeros son muy responsables, yo soy el más bruto.

—¿Cómo fue ganar el Martín Fierro en una terna que compartiste con Capusotto?

—Fue una locura. No esperaba nada de Aptra. El reconocimiento del público en la calle es fabuloso pero el de Aptra no lo imaginé y me emocionó. Sé muy bien que no soy mejor que Capusotto pero bastante merecido tengo el premio porque trabajé muchísimo y a la gente le divirtió lo que hice el año pasado en televisión.

—Tanto el humor de Capusotto como el tuyo tuvo poco espacio pero hoy, definitivamente, no existe en televisión. Ambos se quedaron sin aire…

—Es verdad. Antes estaba Capusotto, estaba yo en Duro de Domar, estaban los chicos de Sin Codificar pero de a poco todo va a volver… Para mí volverá Capusotto y Alfredo Casero. Ahora arranca Showmatch con “Gran Cuñado” que estará divertido; está Campi haciendo un micro en Telefé. Yo quiero volver; tengo ganas de poner mis sketches en el aire.

—En “Youtube” tus videos cosechan millones de visitas. ¿Te sorprende?

—Lo que tiene internet es que la gente lo ve cuando quiere. Tengo la sensación de que la gente ya no deja de trabajar, como hacía yo para ver La banda del Golden Rocket y sólo ve televisión si está de paso. El humor es algo que les gusta mucho a los argentinos y los productores de televisión no son boludos; en algún momento los programas que ya no están van a volver.

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