El ex delegado de General Motors y militante del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado -PSTU-, Sebastián Romero, es precandidato a senador suplente en las internas del Frente de Izquierda de los Trabajadores-Unidad en Santa Fe. En el mundo de redes sociales y memes se volvió conocido cuando en diciembre de 2017 se viralizó una foto de él disparando bombas de estruendo en medio de la fuerte represión del gobierno de Mauricio Macri frente a las movilizaciones contra la ley de reforma previsional que discutía entonces el Congreso. «Gordo mortero», lo satanizaron.
«Hace tiempo vengo siendo candidato del FIT-U. Soy el único candidato preso político en estas elecciones y en el FIT estamos en contra de la criminalización de la protesta y pedimos libertad para todos los presos políticos. En caso de entrar, podría ejercer mi cargo. Estoy procesado, no condenado. Macri estaba procesado siendo presidente y Cristina Fernández está procesada y sigue ocupando su cargo como vicepresidenta», declaró a El Ciudadano.
«Justamente desde el PSTU somos críticos al sistema democrático y esta situación demuestra la hipocresía del sistema», señaló y advirtió: «Ahora vamos a pasar por un hecho democrático de elecciones pero no se puede hablar de democracia mientras haya presos políticos del Estado o de un gobierno. Dejan en evidencia lo contradictorias que son las elecciones y la democracia en sí. El hecho del voto pasivo, donde se vota y eligen representantes. Parece que la democracia es únicamente eso cuando en verdad la movilización es democrática. La organización y métodos de lucha de la clase obrera, el pueblo que se movilizó en diciembre de 2017 fue un acto democrático brutalmente reprimido».
En aquella ocasión disparó un mortero casero con artefactos de estruendo contra los escudos policiales cuando los uniformados reprimían en las inmediaciones del Congreso nacional en la ciudad de Buenos Aires la protesta contra la reforma del sistema previsional. «Gordo mortero», adjetivación que a Romero le molestó bastante, fue sin embargo luego resemantizada en las redes por quienes lo reivindicaron como una especie de superhéroe que luchó contra el macrismo.
Desde aquella imagen icónica, hubo pedidos de detención, presentaciones judiciales, dictado de prisión preventiva y pedidos de excarcelación negados hasta el día de hoy, cuando cumple prisión domiciliaria en Buenos Aires y viene solicitando el traslado a su ciudad, Rosario. Está a la espera de un juicio donde se lo acusa de intimidación pública y atentado y resistencia a la autoridad. Aún no hay fecha.
En otra entrevista con El Ciudadano, Romero había declarado que por la forma en que utilizó el arma casera no iba a lastimar a nadie ni era su intención. Dijo que le parecía más violenta la respuesta policial y las políticas de exclusión llevadas adelante desde el Estado por el macrismo. También dijo que se lo utilizó como blanco para difamarlo y no detenerse en lo que considera más importante: por qué se estaba movilizando en contra de la reforma previsional.
Hoy, a casi cuatro años de los hechos, es precandidato a senador nacional en la interna del FIT-U, como suplente en la lista que encabeza Irene Gamboa, y sostiene que los problemas de Santa Fe «no son muy diferentes a los de todo el territorio argentino».
«Es necesario el no pago de la deuda externa para que ese dinero se utilice para planes de obra pública y generar empleo, mejorar las condiciones de los colegios, atender las necesidades más urgentes de la clase, de la gente», describió, y también señaló que se necesita «mayor presupuesto para terminar con la violencia machista».
«Se utiliza toda la plata que ingresa al país y los impuestos recaudados para terminar de pagar la deuda que es fraudulenta», consideró.
Sobre Santa Fe puntualizó: «Hay una lucha importante por la estatización de la Hidrovía». Y añadió que hay «un saqueo de los recursos naturales, de los humedales, con el agronegocio que destruye el medio ambiente y eso trae cambios climáticos como la sequía del río y la contaminación del ambiente».