El día después a la dolorosa eliminación del Barcelona de la Liga de Campeones, con una derrota histórica y humillante ante el Bayern Múnich por un inusual 8-2, los hinchas del equipo catalán exigieron cambios radicales para que el astro argentino y capitán «azulgrana» Lionel Messi no abandone el club.
En ese contexto, la bronca, decepción y una sensación de impotencia se apoderó de los fanáticos «culé», quienes temen por el futuro del club de sus amores a manos de la actual directiva, a la que atribuyen la mayor parte de la responsabilidad de la peor derrota del Barcelona en Europa tras una campaña en la que por primera vez en 12 años el equipo no se llevó ningún título.
La hipótesis que abonan los medios españoles y suscribe buena parte de la hinchada es que Messi se va a quedar sólo si se producen cambios profundos a nivel institucional y deportivo, ya que la crisis en la que se encuentra el club catalán marca un «fin de ciclo».
Con el entrenador Enrique «Quique» Setién prácticamente sentenciado tras la derrota, el presidente del club catalán, Josep María Bartomeu, adelantó que tomaría decisiones de forma inminente, posiblemente en la junta directiva convocada de urgencia para el próximo lunes, en la que nadie duda que se confirmará la destitución del DT nacido en Cantabria.
Los medios catalanes sitúan al argentino Mauricio Pochettino, actualmente sin equipo, como el mejor posicionado para tomar el relevo en el banco ‘azulgrana’, aunque el club sondea también al ex mediocampista Xavi Hernández, emblema de los últimos años dorados del Barcelona y actual entrenador del Al Saad qatarí, así como al neerlandés Ronald Koeman, actual DT del seleccionado de los Países Bajos.
En el caso de Xavi, amigo personal de Messi, fijó una cláusula de salida con los qataríes en el caso de ser requerido por el Barcelona, aunque según pudo averiguar Télam no regresará al club con la actual junta directiva, recién lo haría con una nueva conducción.
«Directiva y jugadores, la vergüenza de 121 años de historia», rezaba una de las pancartas con la que un puñado de hinchas recibió al plantel que regresó cabizbajo de Lisboa, y hubo otra más hiriente: «Fuera, mercenarios».
Más allá del relevo en la dirección técnica el mensaje de la hinchada es que la crisis plantea la necesidad de salidas también en el plantel para recuperar el proyecto deportivo, pero, sobre todo, existe urgencia por deshacerse de la cúpula directiva que señalan como el mayor de los males del club.
Del lado de los jugadores, todavía es pronto para saber si caerán algunos de los emblemáticos, como Sergio Busquets o Gerard Piqué, después de que este último se ofreció a salir del equipo para dar paso a «sangre nueva».
No obstante, lo que está más claro es que la presión es mayúscula para que Bartomeu adelante las elecciones previstas inicialmente para junio del próximo año.
El presidente del «Barsa» analiza la chance de fijar nueva fecha para marzo o abril, pero esto implicaría iniciar la temporada 2020-2021 con la actual cúpula cuestionada y, principalmente, enfrentada con su máxima estrella, Leo Messi, mientras sigue en el aire la renovación de su contrato, que vence en junio del próximo año.
Sin embargo, Bartomeu no tiene fácil aplacar el enfado de la hinchada.
«¡El que tiene que irse es el Presidente!», dijo David Parra a Télam, mientras tomaba una cerveza en el bar El Moll del Rebaix, una suerte de peña informal culé emplazada en pleno barrio de la Barceloneta, en la ciudad condal.
«Bartomeu ha destrozado al Barcelona. Si él no se va, se irá Messi», apunta en la misma línea su amigo apodado «Teté», quien luce un barbijo con el escudo culé.
Alex, otro hincha azulgrana, también señala a la «gestión» del club como la responsable, aunque pide una «purga» en el plantel y volver a poner el foco en la «cantera», como hacía el DT Pep Guardiola, quien llevó al Barcelona a convertirse en el «mejor equipo del mundo», asegura.
Los hinchas coinciden en que Messi, el mejor jugador del mundo, no se merecía la vergüenza que pasó en Lisboa, y no pierden las esperanzas de que continúe luciendo la camiseta ‘azulgrana’.
A pesar de ello, algunos como Alex entienden que decida abandonar el club si no se produce una gran transformación: «En su lugar yo me iría, este proyecto está acabado».