La jueza María Eugenia Capuchetti ordenó el secuestro de un teléfono celular de una de las secretarias del diputado opositor Gerardo Milman, cuya existencia fue revelada por Ivana Bohdziewicz, una ex colaboradora del legislador que declaró el viernes pasado.
A instancias del fiscal Carlos Rívolo, la jueza dispuso el miércoles el “secreto de sumario” en el expediente y ordenó el allanamiento al domicilio de Carolina Gómez Mónaco, donde concretó el secuestro del aparato.
Gómez Mónaco es una de las asistentes de Milman que, a diferencia de Bohdziewicz (cesanteada el 2 de enero pasado), continúa trabajando con el legislador de Juntos por el Cambio.
Se trata de una segunda línea, cuya existencia era desconocida en el marco de la investigación y que -según Bohdziewicz- Gómez Mónaco omitió consignar cuando declaró como testigo.
En cambio entregó a la jueza un celular vacío, recientemente comprado (de acuerdo con el relato de Bohdziewicz, el mismo día en que ella borró su teléfono) y sin información en sus registros.
El teléfono secuestrado a Gómez Mónaco, siempre según su ex compañera de trabajo, no estaba a su nombre y ella lo tenía agendado con una identificación en clave: “Cotton Street”.
Fuentes judiciales deslizaron que el procedimiento fue realizado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
En su tercera declaración como testigo, la ex secretaria Bohdziewicz reveló que junto con Gómez Mónaco concurrió a unas oficinas en la Avenida de Mayo al 900 de la ciudad de Buenos Aires, donde funciona una asociación civil presidida por Patricia Bullrich.
Allí estaba Milman acompañado por un perito que procedió a borrar el teléfono de Bohdziewicz, manipuló el del diputado y resolvió “no hacer nada” con la segunda línea de Gómez Mónaco.
En cambio, sobre el aparato con la línea que sí aparecía registrada como propia, resolvieron hacerla desaparecer (con la explicación de que había sido regalado a su hermana) y comprar un nuevo equipo, que fue el que finalmente entregó a la Justicia.