Secuestro virtual. Este es el nombre por el que se conoce a la modalidad delictiva que desde hace un par de semanas empezó a resonar en Rosario, y que ahora parece estar extendiéndose a otros puntos de la provincia. Son once las denuncias que fueron radicadas en distintas comisarías locales, aunque sólo tres corresponden a hechos que se consumaron. Del resto, las potenciales víctimas o bien no compraron el relato, o los datos que manejaban los falsos captores estaban errados, lo que echó por tierra su plan. El modus operandi consiste en contactar a una persona y hacerle creer que un familiar está herido o secuestrado, para así cobrar un rescate. Marcela Canavesio, titular de la Oficina Judicial de Causas con Imputados No Individualizados, dijo que los hechos podrían responder al accionar de una misma banda.
Según confirmó la fiscal Marcela Canavesio a El Ciudadano, en las últimas dos semanas se contabilizaron en Rosario once denuncias por hechos similares que responden a la modalidad delictiva del “secuestro virtual”.
Y, hasta ahora, el modus operandi que utilizan estos falsos secuestradores se repite en todos y cada uno de los hechos. Primero, la potencial víctima recibe un llamado en el que le informan que un familiar o ser querido fue víctima de un accidente, y dicen necesitar los datos de la obra social. Enseguida le otorgan un número de celular al que deben llamar para obtener más información y, una vez que esta segunda comunicación está en marcha, los falsos captores informan –de un modo violento– que en realidad la persona en cuestión ha sido secuestrada y que de no pagar un rescate procederán a agredirla físicamente.
“Las denuncias sobre las que estamos trabajando fueron radicadas los días 30 de marzo y 6 de abril”, explicó Canavesio. “De los hechos denunciados sólo se concretaron tres. Los otros quedaron en grado de tentativa”, agregó la fiscal.
De acuerdo con la fiscal, el caso más significativo y a partir del cual se fueron recibiendo las otras denuncias, fue el ocurrido el pasado miércoles 6 de abril en un departamento de bulevar Oroño al 800.
Allí, una mujer recibió un llamado en el que le indicaban que su hija Silvana, de 38 años, había sufrido un accidente, pero luego le dijeron que el verdadero motivo del llamado era exigirle un rescate, porque su hija estaba secuestrada. En medio de la desesperación, la mujer terminó por arrojar por el balcón una bolsa con 160 mil pesos, que fue recogida por un hombre que estaba sentado en un cantero ubicado en la puerta del edificio, quien luego escapó a bordo de una motocicleta que tenía estacionada en la esquina. “Hay un video de seguridad de un bar de bulevar Oroño y Rioja en el que quedó registrada la persona que escapaba en la moto, pero se lo ve de espaldas y el video está muy pixelado como para tomar la patente”, explicó Canavesio.
Según la fiscal, la mayoría de las denuncias fueron radicadas en las comisarías 2ª y 3ª, con jurisdicción en el centro de la ciudad, y el modus operandi utilizado se repitió en todos los casos, por lo que sospechan que una misma banda estaría detrás de ellos. Sin embargo, la mayoría de los hechos denunciados no llegaron a concretarse. En algunos casos, porque las potenciales víctimas no creyeron en lo que les decían, y en otros porque los datos que manejaban los falsos secuestradores eran inexactos. De hecho, según la investigación, en uno de los episodios dijeron que la persona que estaba accidentada era un sujeto fallecido.
Sin embargo, esta modalidad, que hasta ahora contaba con el mayor caudal de antecedentes en Capital Federal, parece estar extendiéndose además por otras localidades santafesinas.
Incluso ayer Canavesio viajó a la ciudad de Santa Fe para interiorizarse acerca de un hecho ocurrido el miércoles último, en el que una mujer terminó por arrojar por el balcón 8 mil dólares después de recibir un llamado en el que le comunicaban que su marido había sido capturado.