Un perito de la Policía Federal «descartó la interposición de una segunda persona» en la muerte del fiscal Alberto Nisman cuyo cadáver, con un balazo en la cabeza, fue hallado en el baño de su domicilio el 18 de enero último.
El principal de la Policía Federal y perito químico Juan Osvaldo Ronelli declaró bajo juramento ante la fiscal Viviana Fein que «se puede descartar la presencia de una segunda persona en el baño» del departamento del piso 13 de la Torre Le Parc, de Puerto Madero, donde se encontró el cuerpo del ex titular de la UFI Amia.
«El análisis pormenorizado hecho por la junta criminalística en cuanto a las fotos, los videos, la situación en el baño y las posibilidades a partir de las manchas (de sangre) lo posicionan a Nisman frente al espejo con doble empuñamiento, y las manchas por ‘backspatter’ en el piso, en el inodoro, en la mesada y las que se encuentran un poco hacia atrás de donde hubiera estado el cuerpo con orientación hacia el inodoro, descartan la interposición de una segunda persona», sostuvo el experto en su declaración.
Según revela hoy el matutino Tiempo Argentino, Ronelli fue convocado por la fiscal para disipar las controversias que dejó el peritaje criminalístico entre los peritos oficiales, los que representan al empleado informático Diego Lagomarsino y los de la querella por las hijas de Nisman.
Sobre la supuesta modificación de la posición en que fue hallado el cadáver, Ronelli indicó que «no hay indicios o patrones de sangre que indiquen arrastre, contacto, movimiento del cuerpo, restos de sangre lavada, sino todo lo contrario».
En referencia a la posición de Nisman al momento del disparo, el perito explicó que «no hay evidencias o rastros en cuanto a patrones de manchas de sangre que puedan aseverar o llegar a la conclusión que pudiese haber estado de rodilla a tierra. No hay proyección, hay goteo (de sangre). La altura va de 50 a 80 centímetros y las manchas sobre la manija de la cajonera, el vanitory, más las de la alfombra, también son por goteo».
Fein también lo interrogó sobre la ausencia de rastros del disparo en las manos del fallecido fiscal y el técnico indicó que «los residuos de disparo de arma de fuego proveniente del fulminante de un cartucho son del orden de los microgramos a los picogramos».
«Seguramente la sangre barrería parte o toda la cantidad de trazas existentes, porque las variables de un disparo de arma de fuego de las características que así se analizan son diversas, complejas y hasta irreproducibles», detalló.