Alejandro Damián Pretti y Eliel Dorian Fernández son dos empleados de una empresa de televisión satelital que a fines del año pasado fueron detenidos en la zona sur. Según denunciaron, en la comisaría 11ª fueron amenazados, apuntados con un arma reglamentaria y acusados de haber amenazado de muerte momentos antes a una policía que desempeñaba sus funciones en esa seccional, adonde habían sido trasladados por averiguación de antecedentes mientras estaban trabajando. Los ficharon y les abrieron una causa por amenazas coactivas que aún continúa sin resolución. “Nosotros tenemos esta causa abierta, y los policías a los que denunciamos en Asuntos Internos por abuso de autoridad siguen cumpliendo funciones en otra comisaría”, aseguran los jóvenes. “Repetimos lo que venimos diciendo desde que empezó todo esto: sentimos que estamos pagando inocentes por culpables”, remarcaron.
El hecho que desató el reclamo de Alejandro, de 29 años, y Eliel, de 22, comenzó el 30 de noviembre de 2011 a las 22.50, en Ayacucho al 6300. De acuerdo con la denuncia que ambos dejaron radicada en Asuntos Internos, ese día ambos se encontraban trabajando. “Somos empleados de una empresa de televisión satelital. Hacemos ventas por la calle, pero ese día estábamos en el auto de la empresa retirando la cartelería de una promoción que había terminado”, explicaron a El Ciudadano.
“Estábamos en un Fiat Uno color amarillo con el logo de la empresa, cuando vemos que se nos pone atrás un patrullero que nos hace señas de que nos detuviéramos. Del móvil se bajaron tres policías. Uno era el (en ese entonces) jefe de la seccional 11ª, Claudio C.”, detallaron los jóvenes, quienes dijeron que, a pesar de que el resultado de la requisa del auto en el que circulaban fue negativa, igual los llevaron a la comisaría por averiguación de antecedentes. “Uno de los policías se subió al auto de la empresa y nos hizo manejar hasta la seccional (Lamadrid al 200 bis)”, explicaron los trabajadores. “Claudio C. y el otro fueron en el patrullero”, agregaron.
De acuerdo con el mismo relato, una vez en la comisaría 11ª se les acercó una muchacha vestida de civil, quien extrajo un arma de fuego y se la colocó a Eliel en el pecho, mientras vociferaba: “¡Vos fuiste el cara de verga que me amenazó!”. Es que, según pudieron saber luego, los estaban acusando de haber abordado en la calle a esa mujer (que según los denunciantes es la sargento S.). “En la causa que nos abrieron en el Juzgado (de Instrucción de la 11ª Nominación) dice que dos personas encapuchadas que iban en un auto blanco amenazaron con un arma a S.. No sé cómo dice que fui yo si estaban con la cara tapada y además nosotros íbamos en un auto amarillo”, remarcó Eliel, quien cursa el tercer año de la carrera de Derecho.
Pero la violencia de la noche no terminó allí. “Después apareció el sumariante Mauro G. y se acercó a mí”, contó Alejandro, que es hijo de un empleado policial. “Me dijo: «Callate porque te pongo una pistola en la boca!»”.
Alejandro y Eliel estuvieron en la comisaría 11ª hasta las 0.45 del 1º de diciembre. Luego de hacerlos “tocar el pianito” y firmar una declaración que no pudieron leer, los dejaron en libertad.
“Ninguno de nosotros dos tenemos antecedentes de ningún tipo, y hoy tenemos que tener en nuestro expediente una causa abierta por algo que no hicimos. Parara peor, nuestra defensora oficial, Beatriz Antello, nunca nos atendió. Fuimos muchísimas veces y cuando nos quejamos porque jamás le pudimos ver la cara su secretaria nos dijo: «Hay casos más importantes. Si no, páguense un abogado»”, sostuvieron los jóvenes.
“Nosotros tenemos una causa abierta y los policías que nos hicieron pasar por esta situación siguen cumpliendo funciones, pero ahora están en la comisaría 9ª (de barrio Arroyito), sostuvieron. “Esto parece una tomada de pelo, una burla hacia nosotros y nos deja en una situación de vulnerabilidad total. ¿Volvimos a la dictadura? No puede ser que no podamos estar en la calle por riesgo a que nos lleven y que haya tal abuso policial. Los que nosotros queremos es (estos policías) que no sigan en un lugar donde puedan repetir lo sucedido, que sean investigados, porque estamos seguros de que esto le pasa a mucha gente que por una cosa u otra no se anima a denunciar”, sostuvieron.