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Semana de la lactancia materna: “un triunfo para toda la vida”

La leche de la madre aporta al niño los requerimientos nutricionales e inmunológicos necesarios para su desarrollo.

La lactancia materna está considerada por los especialistas como “un triunfo para toda la vida”, ya que la leche de la madre posee hidratos de carbono, proteínas, grasas, minerales y vitaminas, que aportan al niño los requerimientos nutricionales e inmunológicos necesarios para un crecimiento y desarrollo óptimo. Del 1º al 7 de agosto se celebra en más de 120 países la Semana Mundial de la Lactancia Materna, destinada a fomentar y mejorar la salud de los bebés.

Según la Alianza Mundial pro Lactancia Materna, coordinadora de los eventos, la lactancia natural es el mejor modo de proporcionar al recién nacido los nutrientes que necesita. Las neonatólogas Ana Pedraza, jefa del Servicio de Neonatología de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina, y Elba López Turconi, jefa del Servicio de Neonatología Del Sanatorio de los Arcos, indicaron que la lactancia “no sólo favorece la salud del niño, sino también brinda a las madres, a las familias y a toda la sociedad, múltiples beneficios”.

Las especialistas destacaron que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda esta práctica “como modo exclusivo de alimentación hasta los seis meses de edad continuándola, junto con la administración de alimentación complementaria adecuada, hasta el segundo año o más”.

El lema de este año “Lactancia materna: ¡un triunfo para toda la vida!” afirma la importancia de aumentar y mantener la protección, promoción y apoyo de la lactancia materna en la cuenta regresiva hacia el logro de los Objetivos del Milenio, y más allá.

En 1990 ocho objetivos globales fueron establecidos por los gobiernos y las Naciones Unidas para combatir la pobreza y promover el desarrollo sano y sostenible de una manera integral para el año 2015.

Diez pasos para lograr una lactancia materna exitosa:

Disponer de una política por escrito relativa a la lactancia materna que sistemáticamente se ponga en conocimiento de todo el personal de atención de la salud.

Capacitar a todo el personal de salud de forma que esté en condiciones de poner en práctica esa política.

Informar a todas las embarazadas de los beneficios que ofrece la lactancia materna y la forma de ponerla en práctica.

Ayudar a las madres a iniciar la lactancia durante la hora siguiente al alumbramiento.

Mostrar a las madres cómo se debe dar de mamar al niño y cómo mantener la lactancia incluso si han de separarse de sus hijos.

No dar a los recién nacidos más que la leche materna, sin ningún otro alimento o bebida, a no ser que estén médicamente indicados.

Facilitar la cohabitación de las madres y los lactantes durante las 24 horas del día.

Fomentar la lactancia materna a libre demanda.

No dar a los niños alimentados al pecho tetinas ni chupetes artificiales.

Fomentar el establecimiento de grupos de apoyo a la lactancia materna y procurar que las madres se pongan en contacto con ellos a su salida del hospital o clínica.

Las neonatólogas comentaron que “las prácticas de alimentación inadecuadas son uno de los principales factores que contribuyen al estado nutricional deficiente de los lactantes y de los niños pequeños”.

“Alrededor del 55 por ciento de las muertes por enfermedades diarreicas o infecciones respiratorias graves, en lactantes, pueden ser consecuencia de prácticas de alimentaciones inoportunas, inadecuadas o inseguras. Los sucedáneos de la leche materna son sustitutos caros, de inferior calidad, y a menudo peligrosos, de la alimentación natural. Una gran mayoría de las madres puede y debe amamantar, de la misma manera que la gran mayoría de los lactantes puede y debe ser amamantado”, añadieron.

Entre los beneficios para los niños de la lactancia materna, se destacan:

Menor riesgo y severidad de desnutrición.

Protección contra infecciones: los niños amamantados tienen una incidencia menor de diarrea, infecciones gastrointestinales e infecciones de las vías respiratorias, sepsis y meningitis bacteriana. Se ha documentado también menor incidencia de infecciones urinarias y otitis.

Protección contra la alergia: la lactancia exclusiva protege contra la aparición de eczema y de otras alergias provocadas por los alimentos. Las proteínas de la leche humana son específicas de la especie humana, por lo que los niños amamantados no desarrollan anticuerpos contra ellas

Facilita el óptimo desarrollo y crecimiento del bebé.

Disminuye el riesgo de muerte súbita del lactante, de diabetes y de enfermedad celíaca.

Brinda protección contra la obesidad y la hipercolesterolemia, tiene un efecto protector contra la obesidad en la infancia

Facilita un mejor desarrollo psicomotor.

A su veces, en relación a las madres, amamantar tiene comprobados beneficios como disminución del sangrado posparto, menor riesgo de anemia y osteoporosis, espaciamiento de los nacimientos, menor riesgo de sufrir depresión posparto, cáncer de mama y ovarios, reducción del riesgo de diabetes tipo II y protección contra la coronariopatía en la mujer.

En relación al cáncer de mama, en un estudio publicado en la revista Lancet en 2002, se incluyeron más de 50.000 mujeres con cáncer de mama y se compararon con más de 96.000 sanas.

El riesgo en las mujeres que amamantaron, disminuyó un 4,3 por ciento por cada 12 meses de lactancia y un 7 por ciento por cada parto. La lactancia ofrece además beneficios a la comunidad, disminuyendo el problema de la contaminación. No es necesario utilizar elementos que afectan el medio ambiente como plásticos o metales.