El Senado de Estados Unidos, dominado por el partido gobernante, rechazó este jueves la declaración de emergencia declarada por el presidente, Donald Trump, con el propósito de financiar el muro en la frontera con México, dos semanas después de que la Cámara baja hiciera lo mismo, ante lo que que el mandatario anunció su primer veto legislativo.
La votación tuvo un resultado de 59 a favor y 41 en contra, incluyendo a 12 senadores conservadores que optaron por unirse a la oposición demócrata en contra del mandatario republicano.
El Congreso se niega así a financiar la controvertida declaración de emergencia nacional en la frontera sudoeste invocada por Trump el 15 de febrero pasado para gastar allí 3.600 millones en la ampliación de un muro con México.
Minutos después, Trump anunció vía Twitter su esperado veto, que todavía no se ha formalizado oficialmente. ¡VETO!», escribió Trump de manera escueta en su cuenta de la red social.
https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1106272915488686080
https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1106279613431508992
El contundente voto de la Cámara alta, de mayoría republicana, supone un desafío al presidente, que anticipó que está dispuesto a ejercer su derecho a veto para salvar su polémica medida por primera vez desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017.
Aunque el Congreso no logre revocar la declaración de emergencia si Trump recurre al veto, el voto del Senado devino en un revés para el mandatario propinado desde sus propias filas republicanas.
Además, la rebelión de sus partidarios –sin precedentes en sus dos años de mandato–, ocurre un día después de que el mismo Senado votara en contra de los deseos del presidente para poner fin al apoyo de los Estados Unidos a la guerra de la coalición liderada por los árabes saudíes en Yemen.
Tras la sesión, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, que votó en contra de la resolución, consideró que Trump «está operando dentro de la legalidad» y apuntó que la «crisis» en la frontera es «demasiado real».
No obstante, varios de sus colegas entienden que dejar que el presidente declare una emergencia nacional para llevar a cabo políticas partidistas puede sentar un precedente y abrir la veda para que en el futuro otros mandatarios puedan hacer lo mismo.
La resolución contra la emergencia nacional fue presentada en la Cámara Baja hace dos semanas por el presidente del Caucus Hispano del Congreso (CHC), Joaquín Castro, con el objetivo de censurar que Trump haya pasado por alto la autoridad legislativa de los congresistas, que no habían aprobado los fondos para el muro que desea el gobernante.
La iniciativa quedó aprobada en febrero en una votación en la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, por 245 votos a favor y 182 en contra.
Tras recibir el visto bueno de ambas Cámaras, Trump ejercerá su poder de veto para devolverla al Congreso, por lo que ahora se necesita el respaldo de dos tercios de la Cámara de Representantes y del Senado para hacerla efectiva, algo menos probable de que ocurra.
En la Cámara de Representantes, donde hay 235 demócratas, harán falta 290 votos para superar el veto.
La presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, afirmó hoy que la emergencia nacional adoptada por Trump es una «toma ilegal de poder que violenta la Constitución y altera fundamentalmente la separación de poderes», informó la agencia de noticias EFE.
Por su parte, el Senado, con 53 republicanos y 47 demócratas, necesitará 67 votos a favor de la resolución en la segunda tanda, es decir, 20 republicanos que opten por castigar la declaración de Trump.
El mandatario firmó una declaración de emergencia nacional, una medida extraordinaria que permite a los presidentes acceder temporalmente a una potestad especial para hacer frente a una crisis por una supuesta «invasión» de drogas y criminales en la frontera con México.
Con ese decreto, Trump pretende reunir 6.600 millones de dólares desviados de distintas partidas ya aprobadas por el Congreso, que se sumarían a otros 1.375 otorgados por el poder legislativo para construir la barrera fronteriza.
Los datos no apoyan la postura del presidente: el número de inmigrantes ilegales detenidos en la frontera está en sus niveles más bajos en cuatro décadas, y la inmensa mayoría de la droga entra al país oculta por los puestos de control fronterizos o mediante otros mecanismos, como túneles excavados bajo la frontera, que no impediría el muro de Trump.