El Frente para la Victoria (FpV) no logró ayer reunir el quórum en el Senado para poder sesionar debido a la ausencia de tres de sus miembros y el jefe de la bancada oficialista, Miguel Ángel Pichetto, cuestionó al macrismo, al que le recordó que “tiene minoría” en esa Cámara.
En la última sesión como oficialismo, el FpV tenía previsto convertir en ley el proyecto que establecía la creación de la empresa estatal Yacimientos Carboníferos Fiscales (YCF), por pedido expreso de Cristina Kirchner.
También se aprobarían los pliegos de ascensos militares y designaciones de diplomáticos, además de la renuncia a su banca presentada por la vicepresidenta electa, Gabriela Michetti, pero ninguno de esos dictámenes pudo tratarse dado que el FpV alcanzó a reunir sólo 34 senadores.
La oposición estuvo absolutamente ausente, al punto que después de la postergación de la sesión de las 12 para las 15.30 y habiéndose cumplido largamente el plazo los senadores del PRO, la UCR y el Peronismo Federal no aparecieron siquiera para pedir la suspensión, algo habitual en estos casos.
En ese contexto, el bloque del FpV bajó al recinto y allí Pichetto pronunció un encendido discurso en el que, luego de cuestionar la ausencia del macrismo para tratar la renuncia de Michetti, le recordó que “tiene minoría en este Senado”.
“Carecieron de flexibilidad (en el conflicto por el traspaso de los atributos presidenciales), lo cual es malo para un presidente (por Mauricio Macri) que había mostrado actitud de moderación. Además le recuerdo que tiene minoría en este Senado”, remarcó Pichetto. Y agregó: “La sociedad votó para darles la presidencia, pero también votó para darnos la mayoría en el Senado. Que tampoco nos subestimen tanto y no nos lesionen y nos agravien”.
Al FpV le faltaron tres senadores para alcanzar el quórum y los ausentes fueron el tucumano Sergio Mansilla, el misionero Salvador Cabral y la salteña María Cristina Fiore.
La senadora nacional por Salta ofreció durante este año varios gestos de autonomía, como haber cuestionado el envío de pliegos de jueces para la Corte con el argumento de que el Gobierno debía “leer el mensaje de las urnas”.
El mes pasado, Pichetto ya la había marcado como una de las figuritas difíciles del bloque y deslizaba en conversaciones privadas que veía difícil poder convocarla para dar quórum en las sesiones por venir.