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Sensibilidad y sátira sobre el privilegio, combinadas una vez más en el regreso de «The White Lotus»

La segunda temporada de la premiada serie que, con un tono de comedia dramática y sátira explora las dinámicas de un grupo de extraños privilegiados cuyos caminos se cruzan de formas impensadas durante su estadía en una lujosa cadena de resorts, llega este domingo a HBO y a HBO Max
Victoria Ojam, Télam
La segunda temporada de The White Lotus, la multipremiada serie de antología que con un tono de comedia dramática y sátira explora las dinámicas de un grupo de extraños privilegiados cuyos caminos se cruzan de formas impensadas durante su estadía en una lujosa cadena de resorts, llega este domingo a HBO y a HBO Max en busca de repetir su éxito a través de una trama «auténtica y que no tiene ningún tipo de falsedad en sus ideas y observaciones» sobre las relaciones humanas.

Así lo aseguró en diálogo con la agencia de noticias Télam y otros medios internacionales Jennifer Coolidge, reconocida por sus papeles en las sagas fílmicas de American Pie y Legalmente rubia, quien en esta ocasión retoma el papel de la atribulada Tanya McQuoid, destacado personaje de la primera entrega de la tira creada por Mike White.

El nombre de su creador, guionista y director, recordado como el sumiso compañero de casa de Jack Black en Escuela de rock (2003), escrita por él como la cinta Chuck & Buck (2000) y la serie Enlightened, entre más, es justamente el punto en común que hallan las y los integrantes del elenco de The White Lotus a la hora de identificar cuáles son las singularidades y el diferencial de esta propuesta.

«Mike es alguien profundamente sensible, que está preocupado por el mundo, y creo que alguien que tiene tanta empatía por la humanidad no puede evitar ser honesto, lo que nos vuelve muy afortunados de participar en esta producción», agregó Coolidge en esa línea.

Es que la lectura que propone White sobre los anhelos, las cuentas pendientes y aquellas cosas no dichas en los vínculos interpersonales probó ser no sólo eficiente para interpelar a las audiencias, sino también original como enfoque dentro de la cada vez más nutrida oferta de narrativas y de combinación de géneros que el streaming construye en tiempos de feroz competencia entre plataformas.

En ese sentido, la premisa de The White Lotus es, a primera vista, simple: un variopinto conjunto de familias, parejas y personajes solitarios, casi todos unificados por su condición de clase acomodada, se encuentran a la vez en el ficcional hotel del título, ubicado en la primera temporada en las paradisíacas costas hawaianas de Maui y, en esta ocasión, en las playas mediterráneas de Sicilia.

Pero lo que aparenta prometer una estancia pacífica y relajante para los huéspedes termina transformándose en una historia casi de enredos que, como el público sabe desde el vamos, terminará con un inesperado y terrible crimen vinculado o atravesado, en mayor o menor medida, por los visitantes, el staff del resort y otros aislados residentes del lugar.

Indiscutidamente atrapantes, los hechos que se desenvuelven a lo largo de cada episodio (seis en la primera entrega y siete en esta segunda) se convierten sin embargo en la mera excusa para incursionar en una suerte de estudio sobre la cultura blanca y adinerada, los viajes internos, los traumas y las relaciones de amor y deseo en diferentes etapas de la vida, desde un tristemente cómico coro de figuras en las que dichos temas adquieren un relieve diferente y con el que es más fácil jugar.

El caso de Tanya es una de las máximas expresiones en la serie de esta exploración de lo íntimo y de aquello que, en última instancia, es capaz de igualar. «Su viaje, en pocas palabras, es el de la libertad misma, de la libertad de los confinamientos de su mente, que la mantienen limitada en sus experiencias», contó Coolidge sobre esta notable mirada social que, dando en la tecla, se alzó en la última temporada de premios con tres premios Emmy, entre ellos el de mejor miniserie, entre otros galardones.

«Ella sólo vive un cuarto de la vida que podría tener, está regida por sus pensamientos negativos, que la controlan, porque es fácil vivir en su propia autocrítica. Ese es el genio de Mike White, que comenta sobre todas las deficiencias de la condición humana por las que casi podemos obtener lo que queremos, pero estamos frenados por pensamientos contaminados que no podemos procesar para salir del otro lado. Creo que es la búsqueda de la humanidad en sí, el deseo de ser libre al final de cada trayecto», agregó la actriz.

Y hablando del deseo de ser libre, es allí donde se suma en esta renovada temporada una nueva camada de personajes que pueblan el resort siciliano para mover sólo un poco el lente y hablar, esta vez y sobre todo, de aquellas ataduras y sedimentos en las relaciones sexuales y de pareja, así como de las diferentes maneras de comprender y expresar amor.

En ese panorama sobresale el relato protagonizado por dos jóvenes matrimonios que eligen viajar juntos, interpretados por Theo James y Meghann Fahy como Cameron y Daphne Babcock y por la genial Aubrey Plaza junto a Will Sharpe como Harper y Ethan Spiller, que establecen un incómodo y complejo choque de intereses y prejuicios a lo largo de sus vacaciones.

«El foco en esta temporada está en eso, es un poco más oscura en el tono que la primera, y tiene una especie de emocionalidad mediterránea y extraña, casi volcánica. Esta vez, Mike fue más profundo en lo que tiene que ver con las relaciones y el amor», explicó Sharpe al respecto.

Su esposa en la ficción coincidió con esa descripción. «Hay un eje en la política sexual, en los celos y en la infidelidad. Para mi personaje es algo enorme, está lidiando con problemas maritales, son parejas comparándose entre sí, y creo que Mike está interesado en ponernos en un lugar en el que no existe el bien o el mal, porque aprendemos cosas de ambos lados», señaló Plaza.

«Lo interesante de su escritura es que está interesado en ese área gris, y creo que si hay un mensaje es que la vida es salvaje, nadie tiene razón o está equivocado por completo, y está bien tener defectos. Es uno de los mejores guionistas del momento», añadió la intérprete.

Por su parte, Sharpe consideró que el autor «está preguntándole cosas a la audiencia, fundamentalmente si hay una forma correcta de vivir, si existe una forma correcta de ser, de amar»: «A través de distintos personajes vemos a personas que cometen errores, y es genial tener tantas formas de entrarle a la historia de una manera no moralizante», dijo.

«Creo que Mike White es uno de los mejores guionistas trabajando en este momento, y la serie tiene impacto porque es simplemente muy buena, la gente se siente interpelada. Y estamos viviendo una época en la que hay tantas películas, series y contenidos, en la que mucho de eso no está bueno, y cuando tenés algo de tan buena calidad, la gente presta atención. Quizás ni saben por qué les gusta, pero es simplemente una gran escritura», finalizó Plaza.

Figuras de Hollywood como F. Murray Abraham y Michael Imperioli, junto a Adam DiMarco, Jon Gries, Haley Lu Richardson, Tom Hollander y las italianas Beatrice Grannò, Simona Tabasco y Sabrina Impacciatore completan el elenco de la aclamada The White Lotus.

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